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Anacreonte

Publicado el 16 enero 2010 por Lenny
Anacreonte
Kay leyó a Anacreonte hace un tiempo, impactado por su  visión y vigencia seleccionó algunos versos que hoy comparte con nosotros. Si hacen click en el nombre podrán visitar su blog, no se lo pierdan. Ayer, Brainy (la otra cara del Blog) comenzó a postear Las Listas (¿Recuerdan "El vértigo... de Umberto Eco?) Ellos sumas las suyas!... Aprendizaje pleno. Gracias Kay!
Anacreonte
Si cuando digo que ya estaba todo dicho desde hace eones… Poemas de Anacreonte, lírico, dramaturgo y filósofo ateniense del siglo VI antes de Cristo:
No me importa la fortuna de aquel tan rico en oro;
Jamás se apoderó de mí la envidia, ni me irritan
Las obras de los dioses; y no ansío la poderosa tiranía.
No me gusta el general corpulento o que a zancadas camina
O que presume de rizos o que cuida su afeitado.
Apresúrase la vejez despreciable a atrapar al uno;
A otros mortales los destruyen lamentables enfermedades;
Otros mueren en el mar, abatidos por el huracán
Otros se cuelgan de un lazo, en lamentable destino,
Y por propia decisión abandonan la luz del sol.
Así, nada hay libre de males, si no que innumerables
Son los espíritus de la muerte e imprevisibles
Las desdichas y las cuitas para los mortales.
Nos desnudábamos, mordíamos y besábamos;
Mientras mirábamos a través de la puerta
Para que no nos sorprendieran desnudos.
Y ella se apresuraba mientras yo la copulaba,
Mientras yo arrastraba el glande por ella,
Como si frotara una inflamada salchicha.
Y yo mandé a la mierda a los dioses
Mientras persistíamos en nuestra faena.
Poco tiempo dura, como un sueño, la juventud preciada;
Y la penosa y deforme vejez sobre la cabeza enseguida pende,
Odiosa a la vez que despreciable, que torna irreconocible al hombre
Y daña sus ojos y su razón al derramarse por todo su cuerpo.
Bebo como resulta más grato para el hombre haber bebido vino:
Sin abstenerme del todo ni en exceso ebrio.
Quien sobrepasa la mesura en la bebida
Ya no es dueño de su lengua ni de su razón;
Impertinente es su charla, que se torna vergonzosa para los sobrios,
Y no siente reparos en hacer cualquier cosa cuando está borracho:
Prudente hace un momento, necio ahora.
Los etíopes afirman que sus dioses son chatos y negros
Y los tracios que son de ojos verdes y rubios.
Si los bueyes, los caballos o los leones tuvieran manos
Y supieran pintar con ellas o realizar las mismas obras que los hombres,
Los caballos pintarían semejantes las figuras de los dioses
A la de los caballos, y los bueyes a la de los bueyes.
De nuevo me incita el amor a juguetear
Con una muchacha de níveas tetas.
Pero ella, como procede de Lesbos,
Mi vello púbico desprecia,
Y hacia otra dirige su boca abierta.

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