Las disputas internas en la institución de las sotanas han salpicado a los medios en el día más tétrico de la semana. La ola reformista del clero, abanderada por 300 párrocos austriacos, ha metido el dedo en la llaga en la cúspide de las cruces. La reivindicación del sacerdocio femenino y el casamiento de los curas ponen sobre la mesa el debate para salvar a la sociedad inteligente del analfabetismo religioso.
La disonancia entre las teorías eclesiásticas y sus prácticas mundanas marcan el deterioro de su retórica y el descrédito de su mensaje. La prohibición del preservativo, el matrimonio como símbolo de unión y legitimación de la reproducción, la prohibición del aborto, la castidad de los curas y la discriminación femenina para realizar el rol de los masculinos, son algunas de las premisas teóricas del conservadurismo retrógrado del Vaticano. El aumento de las bodas civiles, la proliferación de otras formas de convivencia distintas a la familia nuclear, el aumento del uso de condones por parte de jóvenes y no tan jóvenes, los abortos clandestinos y los cientos de asuntos judiciales de curas pederastas ilustran con creces la falta de correlación entre praxis y teoría, que decíamos atrás.
La desobediencia organizada de grupos discordantes con la línea central de la iglesia sienta las bases para abrir un haz de luz en la venda diacrónica de los curas. Es precisamente esta discordancia entre el mensaje conservador de la iglesia y la hipocresía social de sus seguidores la que invita a la crítica a reflexionar sobre el modelo de institución religiosa que necesita la sociedad. La culturalización civil y los avances de la ciencia han tocado pero no hundido a la escolástica de ayer. En días como hoy, aunque parezca mentira, millones de creyentes buscan en los argumentos divinos el sino de sus aciertos y desgracias. Es esta minoría de alfabetos religiosos la que mantiene viva la llama de una institución disonante con la sociedad del conocimiento.
La "analfabetización religiosa", en palabras del pontífice, es la principal amenaza de la dogmática divina. Después de cientos de años con el centro del conocimiento en la mano, la iglesia del presente reconoce ante sus "fieles" la principal razón de su declive. El ala reformista de la iglesia deberá esforzarse muchísimo para ganarle el pulso a los miles de seres que día tras días se levantan "sin Dios" con la creencia de su sino depositada en el producto de sus decisiones. La alfabetización laica junto con una institución marcada por la desigualdad de género y la resistencia al cambio social, son las principales razones que invitan a la "desobediencia organizada" en el seno de las sotanas.
PD: La iglesia no ha sufrido recortes en los Presupuestos Generales del Estado. La delegación del gobierno de Madrid prohibió hace unos días la manifestación atea prevista para hoy.
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