ANÁLISIS: Alex Kidd in Miracle World DX

Regresa el piedra, tijera o papel

Está claro que me ha explotado la cabeza cuando he regresado a ese mundo el que me recuerda cuando me sentaba delante de mi pantalla de tubo con mi Master System a disfrutar de las aventuras de un pequeño, cabezón y orejón personajes que resolvía los combates a piedra, tijera o papel.

Y es que desde el anuncio por parte de Merge Games del remake de ese genial Miracle World, las ganas han ido creciendo en cada imagen y video que veía de este. Cosa que me ha llevado hasta este día. Y que tras haberlo disfrutado. Os vengo a contar lo que ha sido la experiencia de Alex Kidd y, su regresión de la mejor manera posible a esos años de simpleza, amor y diversión que siempre trasmitieron los juegos de los años 80.

NOTA: 8

Y es que entrar en este Alex Kidd. Es entrar en un juego plataformero que trae los conceptos más básicos y divertidos de la época. Pero con una adaptación a la actualidad en cuanto a precisión, concepto y detalles, que consiguen unas retro-sensaciones que me han dejado encantado y ensimismado entre recuerdos de lo más melancólico a la vez de jovial.

Toca por tanto controlar a nuestro buen amigo Alex. En un universo bidimensional de scroll horizontal y vertical. Que nos lleva por diferentes zonas bastante bien diseñadas que nos harán volar, nadar, conducir y, saltar con el único fin de llegar a ese enemigo final que nos permita pasar al siguiente mundo. Y todo bajo un control realmente básico ... un botón para saltar y otro para golpear o disparar. Eso sí, perfectamente pulido, adaptado, y con la precisión que actualmente precisa un juego, y que, pese a que el original no estaba nada mal, se nota esa mejor sensación con el mando en mano.

Sensaciones que siguen surgiendo a medida que llegan los momentos de acción. Ya sea a puñetazos, a proyectiles, y como no podía faltar, a ese mítico piedra, tijera o papel. Que, sin dudarlo, es el gran puntazo que consiguió hacer míticos por aquellos entonces los combates contra jefes de final de fase de este juego. La verdad que vaya vuelco al corazón cuando uno llega aquí.

Hay algunas novedades realmente interesantes respecto al original. Y aunque no suponen un cambio grande. Si consigue aportar un buen rato más de juego, más a allá de esa media docena de horas que nos aporta la historia principal. Entre estos destaca la inclusión de un modo donde nos la veremos cara a cara solo contra los jefazos, y algunas fases que han sido creadas solo para la ocasión.

No es un juego especialmente difícil para la época. Aunque claro que tiene ese punto que si no se nos da bien puede llegar a desesperar. A ello tampoco ayuda mucho los enemigos tan mecánicos y prefijados en su movimiento... pero es que la esencia es esa. Además, aparece la recolección de monedas, con la que podremos adquirir ciertos potenciadores que nos ayuden en nuestra aventura, y que sinceramente están algo arriba de potencial respecto al resto del juego. Pero la verdad que hacen la experiencia divertida.

Como es de esperar. A nivel narrativo no os esperéis nada impresionante. Y es que aquí uno viene a divertirse, y a tener un objetivo bien claro. Ya que estamos ante la clásica historia de un malo malísimo, que ha convertido a todo el mundo en piedra. Y que sin saberle a poco además ha secuestrado a la princesa Lora a la cual nos propondremos rescatar. Claro, conciso y justamente motivador respecto a lo que uno necesita dentro de una aventura de este corte tan clásico.

A nivel visual es toda una delicia. Con un pixel-art que le queda maravilloso. Con un rediseño de cada rincón de cada nivel realmente bonito, bien acabado, y con mucho sentido. Al que se le ha dado vida, color y mucho amor. Y donde las animaciones terminan por hacer lucir un apartado artístico realmente entrañable.

Por cierto, y como curiosidad, podremos cambiar a la versión retro con tan solo pulsar un botón. Notándose ahí donde el trabajo es sencillamente precioso a nivel visual, pero sin perder la esencia original.

La parte sonora tampoco se queda atrás. Y es que más allá de la preciosa reedición de los diferentes temas originales del juego. Se le une unos divertidos efectos sonoros. Y una cuidada retro ambientación. La verdad que te alegra la vida el escucharlo.

En definitiva, os tengo que contar y, confirmar con ello, que esa ilusión que tenia en recordar de la mejor manera esa infancia plataformera que tan buenos ratos me dio cuando niño, han llegado de una forma exquisita, realmente fiel, y con esos detalles que han sido capaces de traer una aventura de corte tan clásico a los días de hoy.

Un juego que es capaz de atraer a toda clase de jugadores por lo precioso que es, la diversión que aporta, y esas sensaciones que los juegos ochenteros eran capaz de trasmitir dentro de una época tan arcaica pero tan bella que para mucho será algo imperecedero en su mente, y que para otros quedará como un tiempo tan lejos de su prisma de conceptual del videojuego, que seguramente no sean capaces de acercarse, cosa que se pierden, y es una autentica pena, porque Alex Kidd se merece toda la atención.

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