Análisis: Assassin’s Creed: Rogue

Lo primero que se te viene a la cabeza al sentarte frente a Assassin’s Creed: Rogue, es que estás frente a su predecesor, Assassin’s creed IV: Black Flag. Ciertamente puede ser así, pero solo hasta cierto punto. Los combates navales siguen siendo importantes, las eternas travesías marítimas acompañadas de diálogo también, vuelve la caza con arpón, entre otras cosas. Y teniendo en cuenta que las animaciones son prácticamente las mismas dentro de Assassin’s Creed: Rogue que en la entrega anterior, esa sensación de repetición se hace notar. Pero no por eso el juego es una simple copia; tiene sus cualidades.

Al principio, cuando el título fue anunciado bajo la sombra de Assassin’s Creed: Unity, creí que era una mera excusa para desarrollar un título extra en la pasada generación y generar más ganancias monetarias. Aún sigo pensando que es la razón de su existencia, pero de todas formas, el título es excelente; tiene mejoras tanto jugables como técnicas y la historia es realmente atrapante. Los personajes son creíbles, tienen una personalidad excelente y cómo se relacionan entre ellos es tan importante en la historia, como el mítico fragmento que templarios y asesinos están buscando en esta entrega.

Shay Cormac es nuestro Maestro Asesino, durante un período corto de tiempo ya que luego, tras un choque de ideales, es traicionado por la Orden y se aparta de ellos para unirse a sus eternos rivales, los Templarios. Lo mejor que tiene este apartado es que ahora no luchamos contra simples soldados que parecen deseosos de quedarse quietos cerca de un montón de heno. Ahora tendremos asesinos escondidos por todo el mapa y el único método para encontrarlos es usar la Vista de Águila. Una vez activa, aparecerá una brújula (idéntica a la del modo multijugador competitivo de anteriores entregas) que nos mostrará la proximidad de los asesinos o acechadores. Estos no aparecerán bordeados en rojo o de algún color en especial, simplemente serán resaltados de una manera similar a los civiles, a menos que los fijemos durante unos segundos, y si somos demasiado lentos al atacarlos y nos detectan, nos atacarán con sus dagas ocultas y saldrán corriendo para escapar, dejando detrás de sí bombas de humo o disparos de sus pistolas. Tal como haríamos nosotros.  Es realmente desafiante y ofrece un nuevo sentido a la jugabilidad dentro de PlayStation 3.

A medida que avancemos en la historia, esta nos irá atrapando más y más. Los mejores momentos son cuando Shay debe enfrentarse a sus antiguos hermanos de la Orden de los Asesinos; allí es cuando veremos cómo sus sentimientos chocan contra su sentido del deber y grandes confusiones morales surgen en la mente de nuestro protagonista. Más allá del excelente argumento que tiene esta entrega, el desarrollo de la historia no es su punto fuerte, tiene saltos y giros algo extraños y el paso de Shay de Asesino a Templario es poco claro en un primer momento. Pero dejando de lado esas pequeñas lagunas y/o confusiones, la historia te atrapa y vas a querer completar misiones para ver qué pasa con uno y otro detalle. Realmente un logro de este título, ya que la saga en general, no aportaba este tipo de pasión desde Ezio Auditore.

El tamaño del mapa es considerable, aunque partido en tres partes. Durante todo el desarrollo del juego, iremos pasando de una zona a otra y cada lugar tiene sus cualidades. Una de las novedades es la zona del Atlántico Norte, donde las capas de hielo son gruesas y las aguas heladas. Los detalles del barco cubierto de una fina capa de nieve, poder destruir los témpanos de hielo con el cañón ligero del barco y conseguir recursos congelados y usar estos mismos témpanos para destruir a nuestros enemigos es realmente muy divertido.

Las misiones principales son prácticamente las mismas que en anteriores entregas. Cazar, espiar, correr, esconderse, etc. No hay mucho que aporte nuevos elementos a la jugabilidad de las misiones, aparte de que ahora los enemigos pueden usar, por ejemplo, bombas de humo.

Con respecto a las actividades secundarias, Assassin’s Creed: Rogue trae de todo un poco. Desde los clásicos cofres esparcidos por todo el mapa, hasta los fragmentos del Ánimus. Además, agregaron algo similar a los glifos de Assassin’s Creed II y Brotherhood, nada más que se llaman Pinturas Rupestres y son justamente eso: pinturas rupestres, que una vez que encontremos todas, revelarán una historia. También tenemos la búsqueda de cofres enterrados, que nos llevarán a encontrar la Armadura Templaria y “Espada Vikinga” que es una prueba de antiguos asentamientos vikingos en América del Norte y recolectando todas, desbloqueamos… la Armadura Vikinga. Muchas armaduras y vestimentas en este título.

Otra actividad que puede considerarse secundaria es la posibilidad de deambular en primera persona por las oficinas de Abstergo. Si bien es interesante las cosas que podemos hacer y los archivos que podemos desbloquear, la historia en el presente está empezando a perder sentido práctico. No sabemos quiénes somos, no sabemos en qué año estamos y solo logramos notar alguna pista si estamos atentos a los personajes que aparecen y los personajes que ya no están. Es evidente que estamos en un futuro no muy lejano a la muerte de Desmond Miles, pero más allá de eso, no tenemos muchas pistas acerca de la situación en el presente. Me resulta entretenido salir del Animus e intentar reparar los ordenadores de otros empleados de Abstergo, pero no me resulta necesario como lo plantean en este título. Cada tres o cuatro secuencias de memorias, tendrás que salir del Animus y restablecer un servidor, escuchar algunas palabras de tu compañera de trabajo (que puede resultar bastante molesta) y consejos y misteriosas revelaciones por parte de tu jefe.

Dentro de las ciudades importantes, como Nueva York, tendremos barrios o zonas que están dominadas por los Asesinos. En un lugar específico de esa zona habrá un “fuerte” donde tendremos que asesinar al líder de banda, ultrajar algún objeto y cortar la bandera asesina para poder dominar el lugar y tener acceso a las mejoras económicas. Estas mejoras están repartidas por todo el mapa y por todas las ciudades o simples asentamientos que tengan un fuerte asesino y ayudarán a mejorar nuestros ingresos de libras.

Pasando al apartado gráfico, el juego se mueve con las texturas y animaciones de Assasin’s Creed IV: Black Flag, por lo tanto en materia gráfica sale aprobando. En ciertas partes se nota que han tenido algunas mejoras, especialmente el reflejo de la luz en el agua. Un atardecer en pleno océano con nuestro Morrigan, es un espectáculo fuera de serie, y si el azar nos envía una ballena que quiera salir del agua unos segundos, es para fotografía y cuadrito. De lo mejor en materia gráfica que podemos encontrar en PlayStation 3. La música del juego es excelente, como de costumbre, ambienta bien a la época y no hay nada para quejarse en materia de sonidos ambientales.

Assassin’s Creed: Rogue pisa fuerte y asoma su cabeza detrás de la sombra de Assassin’s Creed: Unity. Si disfrutaste de Assassin’s Creed IV: Black Flag, seguro disfrutarás este título aún más. Sus escenarios, mezclados de Assassin’s Creed III y Black Flag, serán realmente una delicia a tus ojos y la nostalgia. La historia es realmente entretenida y apasionada y es superior en muchísimos aspectos a la de su anterior entrega. No dudes en adquirir esta magnífica despedida de Assassin’s Creed, ya que será el último título de la saga para PlayStation 3.

Lo primero que se te viene a la cabeza al sentarte frente a Assassin’s Creed: Rogue, es que estás frente a su predecesor, Assassin’s creed IV: Black Flag. Ciertamente puede ser así, pero solo hasta cierto punto. Los combates navales siguen siendo importantes, las eternas travesías marítimas acompañadas de diálogo también, vuelve la caza con arpón, entre otras cosas. Y teniendo en cuenta que las animaciones son prácticamente las mismas dentro de Assassin’s Creed: Rogue que en la entrega anterior, esa sensación de repetición se hace notar. Pero no por eso el juego es una simple copia; tiene sus…

Puntuación

Gráficos - 85%

Sondio - 95%

Jugabilidad - 90%

90

90%

Resumen: Assassin's Creed: Rogue, pisa fuerte y asoma su cabeza detrás de la sombra de Assassin's Creed: Unity. Si disfrutaste de Assassin's Creed IV: Black Flag, seguro disfrutarás este título aún más. Sus escenarios, mezclados de Assassin's Creed III y Black Flag, serán realmente una delicia a tus ojos y la nostalgia. La historia es realmente entretenida y apasionada y es superior en muchísimos aspectos a la de su anterior entrega. No dudes en adquirir esta magnífica despedida de Assassin's Creed, ya que será el último título de la saga para Playstation 3.

Valoración de los usuarios: 4.55 ( 2 votos) 90