Si hablamos de clichés argumentales, a todos se nos viene enseguida a la cabeza la fantasía medieval más chusca, con sus ángeles y sus demonios, su eterna lucha del bien contra el mal y toda esa parafernalia heredada de la tradición judeocristiana más clásica. La ciencia ficción, en cambio nos tiene acostumbrados a una mayor variedad en cuanto a propuestas... aunque hay una que empieza a tener cierto tufillo repetitivo: La relación hombre-máquina.
La rápida evolución de los dispositivos electrónicos, y el aumento radical de su presencia en nuestras vidas hacen que exista cierto miedo primario hacia los mismos, y obras artísticas que basan en esta premisa gran parte de su atractivo hay para parar un tren y medio, aunque no por ello se dejan de crear nuevos productos que repiten, una vez más, que "menuda movida cuando los robots sean tan listos que tengan conciencia de si mismos y que quien somos nosotros los seres humanos para jugar a ser Dios". Binary Domain va un poco de esto, aunque he de decir que trata el tema sorprendentemente bien. Para ser un videojuego claro.
Digo esta coletilla de "para ser un videojuego" porque, por desgracia, parece que aun es bastante complicado contar una buena historia de forma interesante cuando te tienes que comer doblados un montón de lugares comunes que vienen dados por el género con el que quieras etiquetar tu obra. Binary Domain es un shooter en tercera persona, que bebe de todos esos juegos de disparos en tercera persona que se han hecho durante esta generación, con Gears of War a la cabeza. Y eso le hace daño.
A estas alturas de la película, con un montón de títulos ya pasados, con mogollón de pruebas, aciertos, errores y mecánicas pulidas, hacer un buen juego de tiros en tercera persona no tiene que ser ya muy difícil. Todos los enigmas están resueltos, se conoce la forma óptima de apuntar, de usar una cobertura, de usar distintas armas...y se nota que este juego ha hecho bien los deberes y se ha fijado en los clásicos del género, para bien y para mal. Tenemos todo lo que podríamos esperar de un buen juego de tiros, y todas esas cosas que los suelen rodear: escenas espectaculares, hordas de enemigos medianamente inteligentes, jefes finales grandes con puntos débiles luminosos y un ritmo trepidante para que el jugador no piense mucho y siga avanzando hasta la siguiente cobertura.
Pero claro, todo esto funciona a la perfección cuando lo importante en el juego es "el pegar tiros", y el resto de cosas pasan a un segundo plano. No importa que la acción sea frenética porque, yo que se, tampoco hay otra cosa y el argumento no va mucho más allá del clásico "mata a todos los malos porque, hmm, esto...porque son malos". Pero en Binary Domain, se supone al menos, el argumento es importante, y quizás no pega demasiado con el estándar de los juegos de tiros. Se nos intenta contar una historia compleja, de reflexionar sobre los fundamentos mismos de nuestra existencia, pero al mismo tiempo el juego te coge de la mano y te lleva a trompicones sin que puedas pararte a pensar en todo lo que te cuenta.
Se alternan los momentos sublimes, con una carga dramática y argumental potente con momentos vergonzosos a nivel jugable, que huelen más a relleno de metraje que a otra cosa: Persecuciones en carretera, motos acuáticas, y demás elementos que se introducen para meter variedad al juego pero que sólo consiguen sacar al jugador de la trama y hacer que se pregunte por qué narices está pasando esto. Si tuviera que definir a Binary Domain con una sóla palabra, sin duda diría que se trata de un juego irregular.
Y ojo que esto no lo hace un mal juego per se. Incorpora suficientes novedades y mecánicas interesantes como para que resulte divertido matar a tiros a los malos por enésima vez. Tal vez no todas estén perfectamente implementadas, como el cacareado sistema de comandos por voz que no acaba de funcionar muy allá, pero cosas como el sistema de mejora de armas, muy similar a las materias de FFVII o que te bonifiquen cuando te dediques a destrozar a los androides extremidad a extremidad hacen que, en general, la experiencia sea bastante satisfactoria.
Durante toda la aventura, iremos acompañados de distintos personajes no jugables, que podremos elegir o no dependiendo de si los requiere el argumento. Podemos hacer más efectivos a nuestros compañeros mediante el sistema de mejoras anteriormente mencionado, y podemos darles distintas órdenes mediante nuestra voz o, sin duda la mejor opción, usando una combinación de botones. La gracia de este sistema reside en que, dependiendo de nuestra relación con estos personajes, pueden hacernos caso, ignorarnos o , directamente mandarnos a la mierda.
¿Y cómo hacemos que nuestros compañeros nos quieran? Pues acertando la respuesta adecuada cuando hablas con ellos, siendo efectivo en combate e intentando no dispararles mucho cuando se te cruzan. En general si no se es muy cazurro todos se llevarán bien contigo, ya que las respuestas suelen ser obvias y en la mayoría de combates recibirás vítores y alabanzas por acabar con tus enemigos. Tampoco os creáis que influye mucho que tus compañeros te odien: Simplemente harán lo que quieran en combate y no utilizarán su armamento especial cuando la cosa se pone fea. ¿Alguna vez os habéis llevado tan mal con alguien como para no querer vivir? Yo tampoco, pero esta gente es así de rencorosa...
Como buen shooter, tendremos ocasión de derrotar a enemigos grandes, muy grandes, y gigantes, con mecánicas variadas aunque centradas normalmente en disparar a un sitio específico hasta que el malo cambie de dinámica y luego disparar a otro sitio distinto. En general estos combates son divertidos, pero se hacen demasiado frecuente y demasiado "porque si". A la cuarta vez que estás corriendo y de repente cae del cielo un ROBOTACO inmenso y tienes que cargártelo es imposible no soltar un " ¡¡Veeenga hoombre!!
A estas alturas del análisis sigo teniendo la misma duda que cuando lo empecé, que es la misma que llevo teniendo desde que vi los créditos de Binary Domain: ¿Me ha gustado?¿me ha parecido un buen juego?. No sabría decirlo con certeza, a pesar de haber escrito y razonado todos los argumentos que tenía en la cabeza. He disfrutado muchas cosas, sobre todo algunas partes de la historia (la escena del mercado en la que encuentran a un "Hijo del Eter" me dejó con el culo torcido) y la acción "normal", cuando manejas a tu equipo contra enemigos robóticos variados que se hacen cachitos de forma muy lograda cuando los disparas. Pero si os soy sincero, ha habido veces en las que he preferido ponerme a recoger la casa y hacerme la comida de toda la semana antes que seguir jugando, y eso es de lo peorcito que te puede pasar con un juego: Que no quieras jugar.
Como decía al principio, es un juego irregular, que se queda a mitad del camino en casi todo lo que intenta, pero que por lo menos ha intentado cosas. Seguro que una segunda parte hubiera mejorado muchas de las asperezas que trae consigo, pero visto el escaso éxito del mismo, con un auténtico batacazo en ventas a pesar de que tampoco aspiraba a ser ningún triple A, es difícil que eso pase.
Nota: 6