Tiempo ha desde que a Ken Levine le dio por llevarnos a sus universos, el primero que pisamos, a bastantes metros de distancia por debajo del nivel del mar, tan mítica era Rapture que cautivó a todo amante del videojuego, nadie podía hacer oídos sordos a tremenda obra de arte hecha videojuego.
Posteriormente vuelta a Rapture, ese pasado distópico volvía en sí desde otra perspectiva, en esta ocasión el maestro Ken Levine decidió vivirlo como un videojugador más, dando la batuta a 2k para que de esta forma llegase a nuestras estanterías Bioshock 2.
Para finalizar, y de nuevo con Ken Levine a la cabeza, volvimos a presenciar el nacimiento de otra joya para nuestra industria, los videojuegos vulgares se tambaleaban al ver la puesta en marcha de Columbia, esta vez nos encontramos en los altos cielos… donde nos esperaba otra historia digna de un oscar de la academia.
ANÁLISIS
VERSIÓN DISPONIBLE
XBOX ONE – PS4 – PC
VERSIÓN ANALIZADA
PS4
DESARROLLADOR
BLIND SQUIRREL GAMES
DISTRIBUIDOR
2K GAMES
VALORACIÓN
9
NUESTRA FORMA DE VALORAR LOS JUEGOS
Una trilogía que marcó un antes y un después
Ya hemos avanzado bastante sobre los tres títulos en la introducción, ahora el pack llega a casa titulado como Bioschock The Collection, Playstation 4, One y PC son el fondo perfecto para ver Bioschock 1, 2 e Infinite de nuevo en acción, pero esta vez con mejoras visuales y de rendimiento muy notorias.
La forma en la que irrumpió esta saga en el panorama de los videojuegos fue brutal, entró por la puerta grande con el primer Bioshock, conocimos Rapture, una ciudad submarina donde su creador, el famoso Andrew Ryan, tenía las ideas muy claras sobre cómo establecer el orden y la justicia en un mundo ideal, donde no habían barreras morales, en Rapture los límites los ponía la imaginación del ser humano. Finalmente, y como todos bien sabemos, esto no saldría nada bien.
La segunda bajada a la ciudad Submarina es menos exitosa que la primera pero otra visita más a Rapture al fin y al cabo, con toda la magia que ello conlleva. Nos vestíamos de Bid Daddy, esos adorables monstruos con escafandras que protegían a las Little Sisters, esas pequeñas niñas que recolectaban ADAM, el bien más preciado para los ciudadanos de la ciudad, y que finalmente supondrían un grave problema para aquella lujuriosa vida.
Por último, y a modo de broche de oro como cierre espectacular de una saga para el recuerdo, subimos a los cielos de Columbia, otra sociedad desmoronada la que nos presenta Ken Levine, que esta ocasión volvía para transmitir lo que en un principio tenía pensado con Bioshock. Encarnando a un detective llamado Booker Dewitt, no nos quedaba otra que volver a fascinarnos con la “Rapture” de los cielos, sin duda otro escalón más en lo que a aspecto narrativo se refiere dentro del mundo del videojuego.
Rapture y Columbia, ¡Qué bien se os ve!
La que en su momento era 2K Boston, y posteriormente bautizada como Irrational Games, había creado no solo una bestia narrativa y artística, el plano técnico no quedaba nada atrás. La forma en la que se presentó como exclusiva temporal en Xbox 360 fue arrolladora, un apartado técnico muy puntero, envuelto en el papel más bonito jamás visto, y es que Bioshock rezumaba arte por los poros, Rapture no solo se veía bien, además era bella como ella sola. Artísticamente se encuentra sin duda en el Olimpo de los videojuegos, que acompañado de tremendo despliegue sonoro, no quedaba otra que tildarla como obra maestra… jugar con esas canciones de los 30 y los 40 de fondo, sonando por las radios de los pasillos demacrados de una Rapture en caída libre, vivir eso como jugador no tiene precio.
Todo este despliegue venía ofrecido por el archiconocido Unreal Engine, que en la generación pasada fue telonero del 90% del catálogo de cualquier plataforma. Se veía para aquel entonces tremendamente bien, pero cuando colocamos nuestro disco de la colección en nuestra consola de generación actual nos llevamos un bofetón de realidad, esa nueva resolución nos da el primer toque de atención, posteriormente la nueva tasa de frames engaña a nuestro subconsciente y nos hace creer que tenemos ante nosotros a un nuevo juego de la franquicia, hasta que ya lo rematamos con las mejoras en las texturas en las superficies que ya nos hacen ver una Rapture más limpia y bonita si cabe.
Sin duda una adaptación perfecta a la nueva generación, dándole rienda suelta a un juego que de por sí rendía bastante bien en las consolas de la generación pasada, pero que ahora tiene mucho más “espacio para correr” y volver a deslumbrarnos en esta “segunda” pasada.
NUESTRA OPINIÓN FINAL
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No hay mucho que decir de la colección de Bioshock, que sí, puede que a muchos les parezca demasiado tempranera esta remasterización, y razón no les falta, pero cuando hablamos de las obras del bueno de Levine cualquier tiempo es bueno, revivir las historias de Jack o Booker son una dulce melodía para cualquier jugador que ya lo haya experimentado, pero además una gran oportunidad para el que no lo hizo en su momento.
Bioshock “The Collection” viene a ofrecernos los tres juegos de la saga con una gran actualización a nivel técnico, aprovechando las capacidades de las consolas de nueva generación, aunque no exprimiéndolas al máximo como es lógico, sobre todo tratándose de juegos “tan recientes”, que no hace falta cambiar el apartado técnico al completo por haber envejecido. Ahora sencillamente tenemos la opción de disfrutarlo a más revoluciones, y sobre todo eso, de volver a disfrutar de estas obras de arte de la industria.
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