¡Que comience la Guerra!… o mejor dicho… ¡Que no comiences!… porque eso es lo que nos espera en CounterSpy, uno de esos indie que están de moda y que aparecen sin hacer mucho ruido, pero que terminan teniendo algo interesante que nos hacen recordarlo durante un buen tiempo.
En esta ocasión se ha encargado de la creación del juego un estudio novicio, montado por antiguos trabajadores de Lucas Arts, y que llevan el nombre de Dynamighty. Habiendo conseguido crear un producto bastante notable, notándose que algo de experiencia hay en cada uno de los pocos componentes que lo forman.
Ya entrando en la historia en sí, nos tenemos que poner serios explicando que nos encontramos en medio de la mismísima Guerra Fría, donde Usa y la antigua URSS se están peleando por ver cuál es la mayor superpotencia que hay sobre este planeta, y la cosa se está caldeando tanto que todo esto puede llevar a una hecatombe nuclear. Por ello, nuestro grupo Counter se ha decidido a infiltrarnos en los dos bandos para parar esta absurda lucha sin que se lie algo más gordo. Historia sencilla, pero efectista, que nos mete de pleno en una historia de espías y tramas políticas que poco más allá llega de lo que os hemos contado.
Entrando ya en materia, este CounterSpy no lleva directamente a un juego con mecánicas muy clásicas, donde se mezclan el sigilo y la acción casi por parte iguales, aunque lo ideal será centrarnos en el sigilo ya que por el otro camino se nos puede complicar mucho la vida. Y todo en un entorno bidimensional de scroll lateral, con algunos momentos donde jugaremos con la profundidad de la pantalla, pero que no caigamos en trucos, es scroll lateral.
Nuestra misión básica será estar muy atentos a los estados de Defcon que tiene cada país, siendo el nivel 1 una cosa muy chunga, y el 5 calma chica. Pero no solo tendremos que tener todo bajo control, si no que tendremos que desentramar los planes que tengan los dos países, encontrando planos y demás documentos en una serie de ordenadores. Así que ahí está el intríngulis de la misión, conseguir documentos sin que se lie la tercera mundial.
El control de nuestro espía es de lo más sencillo, y prácticamente todo se realiza con pocas pulsaciones de botón, eso sí, por desgracia es algo brusco y poco preciso, cosa que hará que nos juegue alguna mala pasada especialmente a la hora de utilizar el sigilo.
Todo se desarrolla a través de unos escenarios con la típica cuadricula al estilo metroidvania, que tendremos su mapeado en la parte superior, los cuales son bastante sencillo y con pocas cosas que encontrar, más allá de dinero y algunos planos que se utilizarán para desbloquear armas o bonificaciones, pero la exploración será mínima por dicha sencillez. Por cierto, estos se generan desde cero cada vez que juguemos, así que no habrá dos partidas iguales nunca.
No nos encontramos ante un juego que sea sumamente sencillo, ya que tendremos la necesidad en nuestra cabeza de pegar tiros a todo lo que se mueva ya que el ritmo de juego nos lleva a ello, pero con el tiempo nos daremos cuenta de que el sigilo será necesario, cosa que como no termina de funcionar todo lo bien que quisiéramos, complica todo bastante. Se “salva” la situación en que los enemigos no son demasiado inteligentes. Pese a ello, paciencia con él, ya que pese a que nos puede durar unas cuatro horas si lo hacemos todo bien, llegar a superarlo sin que se maten a misiles, puede llevarnos un poco más, ya que una vez que se maten entre ellos la partida volverá al principio.
A nivel técnico, nos encontramos con un juego bastante interesante tanto visual como sonoramente. Visualmente desde su parte artística, y sonoramente desde la ambientación.
Gráficamente vive de su diseño artístico muy cercano al comic, donde todo posee mucho carácter y un toque de humor que acompaña al juego en cada rincón. Además, hay que destacar que hasta el interface del juego encaja perfectamente con la ambientación de la época donde nos quieren meter, así que un trabajo admirable mezclando un toque personal con ese toque histórico que tiene el juego.
La parte sonora también crea ese ambiente muy de películas de espías, que hace que nos sintamos un poco más como uno de ellos, eso sí, al igual que en la parte visual también tendrá ese pequeño toque de humor/comic que le han querido imponer en todo momento.
En conclusión. Counterspy es un juego que pese a llegar sin dar mucho que hablar, se ha quedado con un poquito de nuestro amor por lo indie, ya que ciertos detalles de la ambientación y la temática que toca de una forma tan diferente, nos ha hecho que nos terminemos encontrando ante un juego, que pese que en la mayoría de los puntos nos es nada que se salga de los cientos de juegos del estilo vistos en los últimos años, termina volviéndose un juego notable y muy aconsejable para todos aquellos amantes de una época histórica y una forma de jugar.
LO MEJOR
-Su ambientación
-Su apartado artístico y sonoro
-Muy divertido
LO PEOR
-La dificultad sufre altibajos
-El control es poco preciso
-Poca duración del juego
“Nuestra forma de valorar los juegos“