Quiero iniciar esta entrega con el siguiente fragmento de un artículo escrito por Sergio Rodríguez Gelfenstein, en fecha 19 de febrero de 2014, en el diario Ciudad Caracas, titulado “Fascismo”:
“Los gobiernos dictatoriales de Brasil, Argentina, Uruguay y Chile fueron catalogados como fascistas por algunos académicos y/u organizaciones políticas, sin embargo fue en Chile donde asumió posiciones máa claras en cuanto a sus características más importantes.
El propio presidente Salvador Allende alertaba al respecto a este maligno tumor en el acto multitudinario con el que se conmemoraban tres años de su victoria electoral, el 4 de septiembre de 1973, justo una semana antes de que la derecha chilena, amparada en el poder de las Fuerzas Armadas, derrocara por la fuerza al presidente constitucionalmente elegido.
El héroe de la Moneda describía el papel que la derecha jugaba para detener el avance del pueblo y afirmaba que la misma “no vacilaba en recurrir a prácticas fascistas. Enfático dijo: Los que crearon ayer el sitema de gobierno que nos rige, no aceptan hoy ser gobernados y quieren destruirlo. Los que apoyaron ayer las instituciones del ŕegimen para mantenerse en el gobierno, consideran hoy que ya no les sirven para sus intereses. Llegan a dejar reemplazar sus partidos políticos por grupos aventureros. No vacilan en atacar a los rectores de las universidades, a la propia iglesia, a su cardenal. Nada los detiene, sino nuestra propia fuerza, unidad y convicción por lo que estamos luchando. Han roto o intentan romper todas las formas de la convivencia. La legalidad ya no les sirve y la pisotean.
Y agregaba más adelante que En las barbaries provocadas por el fascismo, ante nuestros ojos, hay una fuerza de represión brutal, ejercitada con tal crueldad, que constituye una muestra de lo que sería capaz de hacer contra los trabajadores si tuviera el gobierno en sus manos. Es una muestra mínima de su desprecio por la democracia, por la vida de los hombres, mujeres y niños; de su odio, de su insaciable capacidad de destrucción“.
Teniendo claro que nuestro enemigo de clase está claro, y de que estos acontecimientos de la última semana, es buscando crear las condiciones propicias para generar el golpe de estado, que dentro de mis cálculos, deberíamos esperarlo para el mes de marzo a mayo. ¿Por qué se sigue insistiendo en un discurso de paz que contribuye a desarmarnos ideológicamente? ¿Por qué cuando escuchábamos a esa clase obrera rugiendo en Miraflores, con disposición de consigna de “Obreros y Estudiantes, Unidos y en Combate, la dirigencia revolucionaria insiste en un discurso de paz y de convivencia? ¿Por qué seguimos de brazos cruzados y dejando actuar a sus anchas a los enemigos del pueblo? ¿Hasta que punto será correcto el de esperar el “desgaste” de estos fascinerosos?
Lo cierto del caso es que, y por fortuna nuestra, mientras estos vándalos sigan desorganizados y en focos, se les corte los suministros logísticos para sus actos que realizan en horas nocturnas, estas manifestaciones cesarán paulatinamente, pero, si por el contrario, en la medida en que transcurra el tiempo, afinan en su organización, amén de seguir contando con apoyo y financiero y logístico, cuidado si no siguen surgiendo guarimbas, y una candelita se nos puede convertir en un gran incendio y en una ofensiva golpista, que luego no podremos contener.
Hay la percepción de impunidad en mucha de nuestra gente que no está entendiendo esta batalla, que es una faceta de la lucha de clases, y por ende la gente se está molestando, se está arrechando. Nuestros colectivos revolucionarios, que si, tienen sus armas, las cuales fueron necesarias para repeler y guiar la acción popular de nuestro pueblo en la heroica jornada del 13 de abril de 2002, se están molestando mucho, y no tienen la vocación de cristo de poner la otra mejilla. Me preocupa enormemente que el momento de tomar decisiones más contundentes por parte del Estado, no tenga la claridad estratégica del momento oportuno de tomar las decisiones pertinentes, y cuando quiera hacerlo, sea demasiado tarde.
Esto que vivimos actualmente en nuestro país, no es más que la respuesta a la ofensiva económica lanzada por Nicolás Maduro, en este año 2014, abriendo con la promulgación del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de Costos, Precios y Ganancias Justas, ahora, en el día de ayer, promulga una ley que sustituyo la ley de ilícitos cambiarios, es decir, se están tocando intereses poderosos, que es producto de las contradicciones y de la lucha de clases, como lo hemos expresado en entregas anteriores. No somos violentos, no somos represivos, queremoz paz, fomentar la convivencia solidaria y fraterna, creemos en la vida, pero, si debemos tener claro que, cuando una Revolución es agredida, tiene el legítimo derecho a defenderse.
MI mensaje y mi llamado no es a caer a la irracionalidad, en el irnos al Este de Caracas o de caer en las provocaciones de la derecha. En lo absoluto, mi llamado es a que los patriotas de Venezuela, hombres y mujeres, rodilla en tierra y bayoneta calada, tomemos cada espacio, cada vereda, cada calle, con la voluntad indeclinable de vencer, y con el primer armamento, el ideológico, teniendo claro quien es el enemigo de clase, en que terreno y en que tiempo se está dando la batalla, quienes son nuestros verdaderos aliados, trazarnos una estrategia clara, que es el camino socialista, y nunca perdiendo la esperanza y el motivo de la lucha.
¿Donde quedó aquella afirmación de nuestro Comandante Eterno y Supremo, Hugo Chávez, de que nuestra Revolución es pacífica, pero ARMADA?. Somos mansos señores, pero no seamos mensos. Y debemos formar milicias para defender nuestra Revolución, pero las primeras que debemos armar en este sentido, son las milicias ideológicas, porque es más importante el hombre o la mujer que está detrás del fusil, que el fusil mismo. Así si realizaremos una defensa real y efectiva de la Revolución Bolivariana y Socialista, Legado Auténtico de nuestro Presidente siempre invicto.
Como me lo expreso un amigo, yo sigo esperando que el orden social se de porque este Estado de “dejar hacer” me tiene agobiado, desde la metropolis hasta las fronteras esto es un bochinche y si el Gobierno no es capaz de parar esto lo que viene es Anomia total y sorpresa.
No creo que hasta ahora, sea necesario aplicar a nuestro país, un Estado de Excepción, aún podemos ponerle un “parao” a esta situación, pero ya esto no debe pasar por una semana más de guarimba. Estado y Pueblo deben asumir de manera conjunta su responsabilidad, para derrotar la conspiración, y que la Revolución Bolivariana, Socialista y Chavista, adopte definitivamente la senda del no retorno.
¡Bolívar y Chávez Viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron sigue!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!