Revista Filosofía

Análisis de la «Crítica de la razón pura» de Kant

Por Anveger

Immanuel Kant escribió esta obra en 1781 y tardo unos 10 años en producirla, en lo que se conoce como «década silenciosa». El estudio de dicha obra he dejado una gran influencia en mi propio pensamiento y que se hace necesario dejar por escrito las reflexiones más importantes sobre la obra.

Este articulo no pretende ser una defensa de Kant ni de sus ideas, sino tan solo una reflexión sosegada de las mismas.

1. Estilo

El estilo de la obra y su método es uno de los aspectos fundamentales en Kant y que, aunque sea muy denso y árido, permite construir un edificio muy sólido, que es la razón por la que su obra me ha influido tanto. Lo más importante es su estilo demostrativo a priori o dogmático, es decir, no utilizando opiniones ni hipótesis en su obra, sino que fundamenta todos los argumentos y razonamientos uno por uno de forma deductiva, hilando todos los argumentos de manera muy rigurosa. Este estilo que él llama dogmático no tiene nada que ver con el dogmatismo. El dogmatismo consiste en no aceptar ninguna crítica mientras que el estilo dogmático demuestra uno por uno la verdad de los asertos.

Asimismo, como en mucho otros filósofos sistemáticos, tiene un lenguaje propio que es necesario comprender para poder entender la obra. Muchos de los conceptos son revolucionarios y es necesario designarlos con palabras.

En muchos casos, Kant puede llegar a ser repetitivo y puede parecer que repite el argumento una y otra vez en su obra, pero esto es parte de su estilo demostrativo ya que pretende despojar toda opinión de su obra y de ir punto por punto en su razonamiento lógico-deductivo. Muchas de sus ideas básicas tienen diferentes consecuencias y él vuelve al punto de partida de cada idea para analizarlo desde la otra vertiente de sus ideas.

El propio Kant publico una obra posterior «Prolegómenos para una futura metafísica» que es un libro que resume su obra «Critica de la razón pura» pero en un estilo menos demostrativo y mucho menos denso y simplificado. Dicho libro se recomienda como introducción a la «Critica de la razón pura» que es donde aborda las cuestiones de manera muy profunda y rigurosa.

2. Objetivo de la obra

Kant realiza en esta obra un análisis de la razón desde la razón, es decir, una razón que se analiza a sí misma. Dicho análisis profundo de la propia razón es complejo y entraña cuestiones muy complejas en el mundo de la filosofía, como la definición de la verdad, la filosofía, la ciencia, etc. Todas dichas cuestiones son abordadas por Kant de manera muy rigurosa y profunda.

Lo fundamental para Kant era convertir a la metafísica en una ciencia. Para Kant la metafísica no era rigurosa y estaba llena de opiniones, silogismos, manipulaciones y errores. Para Kant las cuestiones de la metafísica eran muy importantes (la cuestión de Dios, la moral, la libertad, el conocimiento), y merecían ser estudiadas de forma rigurosa, para poder llegar a conclusiones ciertas, incontrovertibles. Sin embargo, de lograr dicha ambiciosa tarea, supondría un antes y un después en la historia de la filosofía.

Es necesario para abordar dicha tarea primero tratar la cuestión del conocimiento humano. ¿Qué es la verdad? ¿Cuándo podemos estar seguros de que algo es cierto? Estas preguntas tan complicadas son las que Kant dedica la mayor parte de sus páginas en la obra, y lo va desmenuzando punto por punto de manera muy minuciosa y meticulosa, analizando y separando las diferentes partes de las cuestiones. 

3. La teoría del conocimiento: ¿qué es la verdad?

Kant se da cuenta de que su filosofía supone una especie de síntesis entre el empirismo y el racionalismo, que llama idealismo trascendental. El empirismo sostiene que el conocimiento proviene de la experiencia que el sujeto obtiene de los sentidos, mientras que el racionalismo sostiene que el conocimiento procede de la razón misma y que los sentidos pueden engañar. Kant, que era muy seguidor del empirista David Hume, no estaba totalmente de acuerdo con su filosofía, ya que pensaba que todo no podía ser conocimiento de la experiencia que proviniese de los sentidos. Kant explica que la ley de la causa y del efecto, tiene su origen en la razón humana. Si observamos que, por el calor, una vela se derrite, concluimos que el calor es el causante del derretimiento de la vela. El ser humano puede predecir ciertos acontecimientos, utilizando la razón sin necesidad de acudir a la experiencia. 

Profundizando aún más en dicha cuestión, habla de que todo conocimiento no es más que la fusión entre lo «a priori» y la experiencia. Lo «a priori» es el sistema mental humano que tiene para ver la realidad, en concreto el concepto de espacio y el concepto de tiempo. En Kant, el tiempo es como la memoria, la comparación de aspectos del pasado con el presente. Así podemos distinguir el movimiento al comparar la posición anterior de un vehículo con la posición actual. De no existir la memoria, tampoco podríamos distinguir el movimiento. La memoria o el tiempo es un «a priori» en el ser humano. Kant concluye que todo conocimiento es la mezcla de datos que nos llegan de los sentidos y la interpretación que hacemos de ellos en función a nuestro «a priori». 

Dado que lo «a priori» se refiere a la forma en que la razón humana interpreta el mundo, todo lo «a priori» por definición es universal y necesario y no dependen de ninguna experiencia para ser validado. Por ejemplo, el juicio de «todo efecto tiene su causa» es un juicio «a priori» o «la suma de los ángulos de un triángulo es igual a 180 grados». 

Kant afirma que dicho punto de vista es una revolución «copernicana», porque antes la filosofía centraba su atención en el objeto y la verdad no era más que cuando el conocimiento del sujeto coincidía con el objeto. Por ejemplo, si el jarrón es verde y el sujeto afirma que el jarrón es verde, el sujeto está en lo cierto. Con Kant la verdad pasaría a no ser «cosmológica» sino a ser una verdad «humana» o intersubjetiva. Siguiendo con el ejemplo anterior, Kant afirmaría que no podemos afirmar objetivamente que el verde existía como color fuera de nuestra interpretación del universo. Es decir, para Kant la verdad es un concepto humano, racional. Sin razón, no hay verdad. Por eso el giro copernicano, ahora el conocimiento es en función de los sujetos. La filosofía kantiana supone una superación del idealismo (podemos dudar de todos los objetos) y del dualismo (todos los objetos existen independientemente a nuestra observación).

Esto no quiere decir en absoluto que Kant cayese en un subjetivismo o en un relativismo, error de interpretación que se suele esgrimir demasiado, lo que Kant defiende es que la verdad tiene sentido en la esfera de la razón humana en general y que fuera de ella no hay nada. Esto es lo que se conoce como «fenómeno» aquellas experiencias que se registran por nuestros sentidos y «noúmeno» un concepto teórico que designa como serían los objetos «en sí» observados por un Dios teórico, que ve las cosas tal y como son. Los noúmenos no son cognoscibles y solo tiene sentido hablar de ellos de forma negativa, para remarcar que todo conocimiento humano está sujeto a nuestra «perspectiva» humana.

En concreto, el núcleo de la obra de Kant está en la cuestión: ¿es posible añadir nuevos conceptos a mi conocimiento sin usar la experiencia? Dicho de otro modo: ¿puede la razón por sí misma ampliar el conocimiento? Mas técnicamente Kant lo formula de la siguiente forma: ¿Son posibles los juicios sintéticos a priori? La respuesta de Kant es que si, es posible ampliar nuestro conocimiento del mundo, mediante el uso de la razón y llegar a conclusiones ciertas.

4. Como funciona la razón

«Todo nuestro conocimiento empieza en los sentidos, pasa de aquí al entendimiento y termina en la razón». Kant

Kant distingue lo «a priori» de la experiencia, pero ambos son recopilados por la mente humana en un proceso complejo que Kant intenta entender y describir. 

El proceso según Kant comienza en los sentidos o sensibilidad (que él llama estética trascendental) que luego se convierten en intuiciones. Mediante la imaginación y la recopilación de todos los diversos datos de los sentidos, la mente humana realiza lo que Kant denomina como «síntesis de lo diverso» que consiste básicamente en agrupar las experiencias de los sentidos en diversos grupos que se asemejan entre sí. Es decir, comienza a plantear reglas y organizar los datos recibidos por los sentidos. En dichas reglas opera también nuestra propia estructura de la razón humana (lo que se conoce como las categorías), así como la lógica.

Por tanto, la lógica para Kant es una condición necesaria pero insuficiente para hallar la verdad. La verdad requiere de demostración empírica y de corroboración con los datos que nos aportan los sentidos. Es posible construir falsedades mediante vanos sofismas.

El proceso para Kant empieza en lo particular (los datos de los sentidos) que el entendimiento mediante reglas lo va llevando a lo general y la razón humana usa dichas reglas para establecer principios generales que más tarde puedan aplicarse a aspectos particulares. Por ejemplo, mediante datos de los sentidos y mi propia lógica, observo y aprendo que una persona es inmoral por lo tanto mi razón asocia los comportamientos observados como inmorales y actualiza la idea de moralidad.

Así mismo como hablábamos de que el tiempo es la memoria. La realidad que crea la mente es una síntesis entre los acontecimientos percibidos por los sentidos y nuestro procesamiento interno de los mismos. Es decir, la realidad es una «condensación» de la multiplicidad de hechos observados, lo que a su vez quiere decir que la realidad es una simplificación de la realidad (la multiplicidad de lo diverso). 

En este sentido, la razón crea la realidad y para ello tiene que modificarla para encajarla en su estructura. Podemos decir que la realidad no es más que un fenómeno que nos pasa por dentro; la idea de una realidad en sí, objetiva es una ilusión que no es real. Poniendo un símil, es como si los datos de la realidad son como la carne cruda y los ingredientes, que el ser humano necesita cocinar y modificar para luego poder digerirlos y convertirlos en nutrientes. El conocimiento es algo puramente humano.

Análisis de la «Crítica de la razón pura» de Kant

5. El camino seguro de la metafísica

«El único provecho de la razón pura no es descubrir la verdad, sino de prevenir los errores».

Una vez definida la verdad como concepto humano que depende de nuestra razón (estructura formal de la mente humana) y de la experiencia (los datos que nos llegan de los sentidos), se forman los conceptos para Kant. Y se intenta responder a la pregunta de cómo debemos usar la razón para llegar a unas conclusiones legitimas. ¿Como debemos estudiar las cuestiones de la metafísica de forma rigurosa y científica?

Entre muchas de las distinciones que Kant realiza, una importante entre los juicios inmanentes y los juicios trascendentes. Los primeros son aquellos que se refieren a los límites de la experiencia posible y se refieren a los fenómenos. Los juicios transcendentes, van más allá de nuestra experiencia posible y se refieren a los noúmenos, que no son cognoscibles. Solo los juicios inmanentes son legítimos. Es decir, para Kant la metafísica solo debe circunscribirse a juicios que puedan ser demostrados por la experiencia y nunca ir más allá. De lo contrario, solo llevaría a charlatanería o en el mejor de los casos a argumentos lógicos perfectos pero contradictorios e indemostrables. Esto es lo que llevaría a las «antinomias», es decir, afirmaciones a favor (tesis) y en contra (antítesis) de una idea que son lógica y racionalmente perfectas. Por ejemplo, la antinomia de la existencia de Dios se refiere a un concepto que esta más allá de nuestra experiencia y no es demostrable y se pueden dar todo tipo de argumentos a favor y en contra de la existencia de Dios. Para Kant, dichos juicios están fuera de la esfera del conocimiento y es mucho más positivo no hablar de ellos. Es decir, Kant propone que la razón se regule a sí misma. De hecho, Kant define a la filosofía como el legislador de la razón.

Al fin y a la postre, Kant está proponiendo (con un estilo y una argumentación muy diferente y mucho más matizado y acotado) algo similar a Sócrates. Filosofar de conceptos que van más allá de nuestra experiencia es inútil: Solo sé que no se nada. Aunque Kant define y acota muy bien donde podemos hablar de verdad y donde no podemos decir nada de verdad, por eso Kant no cae en un escepticismo. 

La primera fase en el conocimiento para Kant es el dogmatismo que viene seguido por el escepticismo y la siguiente evolución es el sometimiento a examen de la razón misma, esto es la crítica de la razón. 

6. La filosofía para Kant

Para Kant la filosofía significa varias cosas, que es mejor que enumeremos por separado:

  • La filosofía la contrapone a la filosofía (amor a la opinión), por lo que Kant parece aceptar la definición de que la filosofía trata de buscar la verdad. Kant define la opinión como aquella afirmación que no es suficiente ni para el sujeto (para uno mismo) ni para el resto de los sujetos (objetivo) y pone a la opinión en una categoría aun inferior al de la fe.
  • La filosofía es una aproximación asintótica sin límite a la verdad, ya que comienza definiendo (exposición in concreto) términos o conceptos y termina con la exposición completa del término. Sin embargo, Kant admite que la filosofía jamás terminara pues la definición completa es inalcanzable. El filósofo puede acercarse cada vez más a la definición completa y exacta de un término, pero nunca llegara a terminarlo.
  • La filosofía debe de encargarse de ser el legislador de la razón y de establecer como debe ser usada y que dicha razón no se extralimite a vaya más allá de los límites de su experiencia posible (los juicios trascendentes), como hemos analizado anteriormente.
  • La filosofía es el conocimiento racional mediante conceptos y busca lo particular en lo general, mientras que la matemática es el conocimiento racional por construcción de conceptos y busca lo general en lo particular.
  • La filosofía consiste en el análisis, en la exposición de conceptos datos y por ello no hay axiomas. La matemática consiste en la construcción de conceptos originariamente formados (síntesis).

Kant compara en muchas ocasiones la matemática con la filosofía. Para Kant la matemática es una ciencia analítica, en el sentido de que la matemática comienza su funcionamiento con la definición del concepto y que ninguna definición nueva va a encontrar en dicho concepto, sino que trata de analizarlos. 

Kant afirma que la matemática forma parte del conocimiento «a priori» donde todas las verdades matemáticas son necesariamente ciertas, pues la verdad humana comienza con el «a priori». ¿Son las matemáticas un descubrimiento? Para Kant en todo caso, serian un descubrimiento si se admite el hecho de que se descubren en la propia razón humana que es donde existen y que hablar de la existencia de las matemáticas fuera del hombre no tiene ningún sentido, pues eso implica afirmar que es posible salirnos de nuestra propia mente, jugar a ser Dios y observar el «noúmeno». ¿Son las matemáticas una invención? No pueden ser una invención en el sentido de que son el producto de una persona en concreto, sino que forman parte de la estructura «a priori» de como el conocimiento está estructurado en la mente humana. 

Einstein, un lector de Kant, afirmaba «las matemáticas cuando se refieren a la realidad no son ciertas; cuando no se refieren a la realidad, son ciertas» y resume a la perfección la visión de Kant sobre las matemáticas. Para Kant el papel del filósofo en las matemáticas es el de conocer los límites de estas y advertirle al matemático que no puede elevarse por encima de ellos.

7. El concepto de la libertad en Kant

Kant define la libertad como la ausencia del determinismo, es decir admitir que la razón humana tiene el poder de generar causas en los fenómenos, es decir, «la causalidad incondicionada de la causa en el fenómeno». Sin embargo, admite que el concepto de libertad, la cuestión de si existe o no existe la libertad es una antinomia, puesto que es imposible conocer en la experiencia si todo está determinado o en realidad la voluntad libre del hombre influye en las causas. 

Es decir, aquí se contraponen la «libertad trascendental» con la «ley de la causalidad». La libertad trascendental es usar el entendimiento y el análisis para descifrar y derivar todas las causas que explican las acciones humanas, pero llegaría un momento en que nuestro entendimiento se cansaría y no sería posible analizar todas. Por tanto, para dar reposo a nuestro entendimiento, a efectos prácticos se podría admitir que la libertad existe, aunque tan solo fuese una ilusión. Esta es una forma de razonar pragmática y también permite justificar la existencia de la moralidad ya que, si el hombre no es libre ni dueño de sus actos, tampoco es responsable de los mismos, según Kant. Esto es lo que quiere decir que la libertad es un concepto empírico o practico.

8. Valoración de la filosofía kantiana

En este epígrafe vamos a hacer una serie de reflexiones sobre la relación de la filosofía de Kant con descubrimientos científicos producidos con posterioridad a Kant y valoraciones de su propia filosofía:

  • Escepticismo moderado: Kant entiende a la perfección un aspecto fundamental de la filosofía que consiste en admitir que la filosofía consiste en un análisis crítico para evitar errores más que para hallar la verdad, que consiste en advertir al científico de que no se haga ilusiones y que en realidad el conocimiento y la razón son mucho menos poderosos de los que nos pudiera parecer. Este para mi es uno de los puntos más importantes para distinguir a un buen filosofo de uno que no lo es: el problema de la inducción. Por ejemplo, si observas millones de cisnes y todos son blancos, podrás asumir que todos los cisnes son blancos. Esta afirmación inductiva, lleva a error puesto que generalizar y emitir juicios más allá de la experiencia puede llevar a error. En este caso el decir «todos los cisnes» estamos emitiendo un juicio probablemente trascendente puesto que es muy improbable que yo pueda observar todos los cisnes que pueda existir, la razón se ha extralimitado y ha ido más allá de la experiencia. La filosofía debe ser el legislador de la razón y mantenerla dentro de sus límites para evitar el error.
  • La realidad es una percepción: Según las últimas teorías de cuerdas en el mundo de la física, la realidad a la escala más pequeña posible, parece ser una especie de sopa de partículas que están en constante efervescencia, apareciendo y desapareciendo continuamente y que no se puede predecir con total certeza donde va a aparecer una partícula, cuál es su posición y su velocidad, etc. Sin embargo, si ampliamos el rango desde una partícula a un conjunto de partículas, aumenta la probabilidad de acertar en nuestras predicciones de modo que a medida que nos alejamos y reducimos la ampliación de la escala, la realidad es a nuestros sentidos totalmente determinístico. La mesa de mi escritorio no está continuamente apareciendo y desapareciendo, pero si amplio la vista a la escala de Plan veo que las partículas individuales están apareciendo y desapareciendo, siguiendo unas probabilidades. Aunque no podamos decir nada del «noúmeno», con este ejemplo vemos que, si cambiamos los instrumentos de medición o mejoramos nuestro conocimiento del mundo, podemos llegar a tener una visión de este diferente. Esto está en línea con el pensamiento de Kant de que el conocimiento es algo humano, si cambia la experiencia, cambia nuestra interpretación del mundo.
Análisis de la «Crítica de la razón pura» de Kant
  • Matizar el concepto de «a priori»: El concepto de «a priori» como necesario y universal. Personalmente creo que, aunque todos los «homo sapiens» compartan los mismos conceptos a priori como el tiempo y el espacio, que sin ellos sería imposible el conocimiento, creo que las ciencias han probado que son el resultado de la evolución genética de las especies. Es decir, aunque no podamos conocer el mundo «en sí», el concepto del tiempo y del espacio está en nuestra razón porque es útil desde el punto de vista evolutivo, así como muchos otros conceptos «a priori». Desde el punto de vista de la inteligencia artificial, por ejemplo, mediante machine Lear Ning se entrenan a algoritmos para que aprendan a distinguir una mesa por ejemplo en una fotografía, mediante al análisis de un número elevado de fotografías. Aunque Kant admite que la razón humana opera de la misma forma (generalizando a partir de lo diverso), lo «a priori» en realidad es una generalización aun mayor pero que se produce en el terreno de la evolución genética de las especies, la propia razón y el cerebro se ha generado de dicha forma. Y como todo en la evolución está sujeto a cambios, pero a escala evolutiva. En términos prácticos y cotidianos, podemos asumir que nuestra forma de operar mental es «a priori», ya que tenemos memoria, córtex prefrontal, amígdala, etc. y salvo que tengamos una grave enfermedad podemos tomarlo como «a priori» para la gran mayoría. Pero lo que quizá haya que añadir a la filosofía kantiana es que lo «a priori» no es independiente de toda experiencia, sino que haya que matizar que depende totalmente de la experiencia evolutiva del ser humano, aunque sea independiente de la experiencia vital personal de cada uno de los individuos. Ese «a priori» está conectado con la Naturaleza de alguna forma y no parece ser tan absolutamente dependiente.
  • Separación de conceptos: El análisis de Kant es muy riguroso y como requiere todo análisis metódico consiste en la separación de los conceptos y en la categorización de estos. Sin embargo, creo que a veces el análisis tan minucioso y meticuloso de todas las diferencias puede llevar a perder de vista el hecho de que toda la realidad es una y todo está relacionado con todo. Por ejemplo, todo lo que conocemos en el universo hasta ahora se compone de los materiales elementales de la tabla periódica. Creo que la filosofía kantiana necesita de una visión adicional que compendia todos los conceptos en un todo y los vuelva a relacionar entre sí.

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