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Análisis de Mónica Rincón: El candidato fantasma que sorprendió a Maduro en Venezuela

Publicado el 26 abril 2024 por Claudio Antonio Diaz Muñoz @StarWlog

CNN Chile

Por Mónica Rincón

¡Hola a todos! El proceso electoral venezolano ha tenido esta semana un capítulo digno de un thriller, lleno de tensión dramática: acuerdos imposibles al filo de la noche, protagonistas desplazados y un inesperado actor secundario que se convirtió en el personaje principal de la lucha para derrotar en las urnas al dictador Nicolás Maduro.

Acá les contamos desde CNN Chile cómo es el momento en Venezuela y sus potenciales impactos en el continente.

Un candidato inesperado y atípico

  • El diplomático Edmundo González Urrutia, a sus 74 años, no es de esos candidatos que de niños jugaron a ponerse la banda o a los que su madre les veía futuro presidencial. Traducido a Chile: más Bachelet que Lagos o Piñera.
  • Lo más probable es que justo ese “no querer el poder” lo catapultó; porque parece menos amenazante para los otros aspirantes de la Plataforma Unitaria Democrática y hasta para Maduro.
  • Y así, quien ha sido un articulador desde la segunda línea; con su estilo, mesurado y sin estridencias, como lo describió en nuestro programa Conexión Global el reputado periodista venezolano Marcos David, podría ser la mejor opción si tras las elecciones del próximo 28 de julio comienza la transición tras 16 años de Chávez y una década de Nicolás Maduro.
  • No fue fácil consensuar al candidato único de la oposición. En la noche del viernes pasado hubo harta discusión antes que Manuel Rosales aceptara retirar su nombre de la boleta presidencial y que la elección de González Urrutia fuera unánime. El diplomático cumple, hasta ahora, con las múltiples exigencias de la maraña legal que diseñó a su medida el dictador y que bien podría rediseñar o reinterpretar en cualquier momento o pedirle a los tribunales electorales o judiciales que lo impugnen.
  • A pesar de toda la puesta en escena y de los subterfugios que bien describe The EconomistMaduro no es Chávez y no lo es en muchos aspectos. No sólo le falta su carisma, sino su astucia, y seguro que está arrepintiéndose de haber firmado en octubre los Acuerdos de Barbados, en los que se comprometió a hacer elecciones este año a cambio del levantamiento temporal por parte de EE.UU. de las sanciones económicas.
  • El acuerdo también incluía permitir primarias opositoras. ¡Qué error táctico! Ellas movilizaron a los venezolanos, unificaron a la oposición y catapultaron a María Corina Machado que aunque sigue inhabilitada obtuvo el 92% de las preferencias y se convirtió en la gran decisora de este proceso.

Errores del oficialismo y aciertos de la oposición

  • Por primera vez se aprecia un giro interesante en el complejo escenario político dominado sin contrapesos por Nicolás Maduro. Desde luego, la oposición se ve menos dispersa. La Plataforma Unitaria Democrática logró reunir a diez partidos y escogió a un candidato único.
  • El régimen enfrenta un camino bien cuesta arriba. Entre otros factores, la aguda crisis económica tiene a su popularidad en el piso.  Como recuerda el NY Times, Venezuela vive una crisis económica como no ha vivido en 45 años ningún otro país sin guerra: ni Zimbabue con Robert Mugabe, ni la caída de la URSS, ni Cuba de los 90.  
  • La crisis económica venezolana es de larga data y es bueno revisarla como lo hace el artículo del Council on Foreign Relations.  Es el caso paradigmático de un estado petrolero y nos permite conocer del famoso “mal danés” que afecta a los monoproductores cuando no saben reconvertirse a tiempo, y cuándo suman a eso democracias débiles que luego se transforman en autocracias y finalmente en dictaduras.
  • Una economía además turbulenta que pierde ¾ de su PIB entre 2014 y 2021, pero que el 2022 crece 3%. Endeudamiento, hiperinflación y más de la mitad de la población bajo la línea de la pobreza han llevado a casi 8 millones de personas a huir de Venezuela.
  • No son las únicas razones y de hecho, según una encuesta citada por Bloomberg, el 85% de ellos no volvería aunque mejore la economía si es que tras las próximas elecciones Nicolás Maduro sigue en el poder.

El foco regional

  • Para toda América Latina hay mucho en juego. La crisis migratoria, que ya es la más larga en la historia del continente –mayor a la de Siria incluso, como nos recuerda The Guardian-, podría agudizarse y con ello la tensión que si se produce en estados ricos como los europeos, con mayor razón sucede en países subdesarrollados con oleadas migratorias de esta envergadura. Porque además, junto con el enorme aporte que hace la gran mayoría de los venezolanos que han llegado a diferentes países, también lo han hecho organizaciones criminales.
  • Esa crisis migratoria se ha tomado la agenda nacional impulsada por la violencia de los carteles, la mayoría dominados por delincuentes venezolanos que han penetrado los barrios y ciudades del país. Maduro se ha negado a facilitar información para identificar a los antisociales y prácticamente ha ofrecido cero ayudas para recibir a los deportados aunque tras el crimen de Ronald Ojeda haya hecho algunos incipientes y no sabemos si duraderos gestos a Chile.
  • ¿Hay futuro para la democracia? Depende también de la comunidad internacional. Al menos esta semana se instaló en Caracas el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, y un actor importante de la política latinoamericana, el presidente de Brasil Luis Inácio Lula da Silva, ha formulado un expresivo apoyo a un proceso eleccionario justo y sin trabas. Al cual se ha sumado Gustavo Petro. Dos líderes que tardaron bastante en dar estas señales.
  • El presidente Gabriel Boric no debería tener problemas para articular un diálogo productivo si es que triunfa Edmundo González: ha sido claro al censurar a la dictadura venezolana. Aunque no la llame así, llegó a enfrentarse con Lula por este tema, como lo valoró en Conexión Global Prime la destacada dirigente opositora Delsa Solórzano.

Una ventana de oportunidad

  • Es clave entonces que el proceso electoral siga su curso, aunque la contienda es desigual y elegirán los venezolanos entre quienes el líder bolivariano quiso. Tal vez ahí cometió un nuevo error. Las encuestas más recientes lo ubican con un 25% de las preferencias, frente a un 45% de su oponente. González surge como un factor sorpresa; cuestión que, en cualquier batalla, siempre ofrece una ventaja. Y si lo peor que pueden decir de él es que (como ha acusado Diosdado Cabello) es “el candidato de los gringos¨ lo cierto es que o les ha faltado tiempo o están desconcertados.
  • Otra movida que ha desconcertado al régimen dictatorial es el mutismo de Edmundo González. No ha querido dar entrevistas: sólo ha publicado un par de mensajes en la plataforma X agradeciendo la designación. Los analistas sostienen que ha escogido el silencio como estrategia para eludir la furia chavista y eso es complejo, para un régimen que vive de la polarización: no tener con quien pelear produce un efecto desmovilizador de sus partidarios cuyo alcance es difícil dimensionar. El silencio es suyo, pero va acompañado de una importante campaña en redes de la oposición bajo el lema “Edmundo pa’ todo el mundo”.
  • Difícil saber si el régimen está en sus últimos días. Nicolás Maduro, con las FF.AA. de su lado, tiene las armas y tiene el petróleo, además de poderosos aliados internacionales como Rusia e Irán.
  • Más solo y más aislados, tras las críticas de Petro y Lula, Maduro será algo más débil pero mucho más impredecible. Ya tras las primarias de la oposición en octubre pasado comenzó una represión cada vez más intensa, documentada con datos que pueden revisar en varios sitios de reconocidas ONG (como Espacio Público o Provea) y, claro, en informes de la ONU.
  • Si quiere ser exitosa y recuperar la democracia, la oposición debe estar unida como condición habilitante, pero no suficiente. Debe conjugar más verbos como movilizar y convocar. Muy en la línea de lloque fue el espíritu de la campaña del No en 1988. Debe dibujar un futuro en que todos quepan. Porque además, como nos recuerda el politólogo Pablo Quintero, el chavismo no murió con Chávez y sobrevivirá a una eventual derrota de Maduro.
  • Nunca ha habido una ventana como la actual para terminar con el antidemocrático deseo de que la “revolución bolivariana” (perdóname, Bolívar, no fui yo la que bautizó así a este fenómeno) se quede hasta el “dos mil siempre”.

Fuente: Newsletter de CNN Chile

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