Hace algún tiempo os contábamos lo que Obey Me! nos prometía. Hoy venimos a rendir cuentas y a contaros que es lo que ofrece de facto. ¿Estáis listos para veros envueltos en azufre y fuego? Bienvenidos al infierno.
Obey Me! nos pone en la piel de Vanessa Held y de su fiel sabueso Monty, un par de cazadores de almas que han sido enviados por Ammon (a la sazón, hermano del mismísimo Satanás) a resolver algunos asuntos que les involucrarán en una lucha de poder en diferentes escenarios, que acabarán por implicarles más de lo debido.
Una trama sencilla, y poco profunda, que tiene su base en una exitosa colección de comics en los que se inspira par contar su historia y, sobretodo, como pretexto para ofrecer al jugador un sin fin de combates contra criaturas salidas del mismísimo infierno. Estamos pues ante un brawler salvaje con un toque retro y muy cercano al lenguaje visual de los comics. Veamos que tiene que ofrecernos.
Jugabilidad frenética… y simple
Desde que comienzas el juego, y tras la austera cinemática que te pondrá en situación (como en cada fase del juego), tendrás claro a qué has venido a Obey Me!: a destruir seres infectos hasta alcanzar el objetivo marcado por Ammon. Y no hay mucho más. Si bien, el juego te da la posibilidad de “comprar” mejoras con para tus dos personajes gracias a las almas que vas cosechando durante el juego, el árbol de mejoras ofrecido es raquítico y poco satisfactorio .
Aún así, te ayudará a avanzar, igual que la adquisición de algún nuevo artefacto que se te concederá. Estos te ofrecerán una serie de nuevos movimientos (individuales o a compartir con Monty) que facilitarán tu avance hasta la conclusión de un juego, a todas luces corto y repetitivo. Cosas que por otro lado se compensan. Aún así el juego nos ofrece, después de cada combate significativo, una suerte de calificaciones sobre el mismo. Se nos puntuará el daño provocado, la velocidad en combate y la eficiencia. Y con esto, los más competitivos del lugar, tendrán ya un motivo para repetir más de una vez los niveles. Y es que, una vez acabado el título, no creo que haya más motivo que este.
No quiero decir con esto que Obey Me! sea aburrido. Ni mucho menos. Atravesar hordas de enemigos con diferentes habilidades utilizando las tuyas propias para abrirte paso, y combinar técnicas de combate con tu acompañante perruno para hacerles saltar por los aires, es sin duda satisfactorio. Pero el diseño de niveles (a menudo basado en puzles ya vistos en innumerables juegos), la respuesta poco fluida de los personajes a tus movimientos con el mando, o lo repetitivos que llegan a resultar los enemigos, trampas y puzles, hacen al fin que su corta duración resulte más un alivio que una contrariedad.
Gráficos de otros tiempos
El apartado gráfico es sin duda el punto más flaco de este título . El uso de paupérrimas texturas y de modelados 3D que cuentan con un número tan ajustado de polígonos que podrían pasar por pertenecer a un juego de dos generaciones atrás, podrían justificarse por el fin último del rendimiento. Algo que en un juego con vista isométrica, y con tan pocos elementos dinámicos, no debería ser necesario. Aún así, el juego, sobre todo en cooperativo o cuando se juntan muchos enemigos en pantalla, sufre bruscas caídas de FPS que lo hacen a ratos difícilmente jugable.
En el apartado técnico todo parece haber sido pensado para imbuirnos en un ambiente de pesadilla, desde la paleta de colores (que no se la recomendaría a un epiléptico) hasta el apartado musical que desde luego sirven para lo que han sido ideados.
Cooperación en el averno
Y por contra, este es sin duda el apartado más disfrutable del juego. Y es que el juego te da la posibilidad de que dos jugadores compartan la historia controlando a Vanessa y a Monty respectivamente. Algo que sin duda le agrega un plus a la campaña (o a misiones sueltas, pues el cooperativo se podrá activar y desactivar a voluntad), y le sube la puntuación en cuanto a rejugabilidad.
Pero no es oro todo lo que reluce, ya que tampoco el cooperativo parece haberse implementado con la brillantez con la que podría haberse hecho. El jugador que elija llevar a Monty “heredará” buena parte de los controles y acciones que en Vanessa debía ejecutar jugando en solitario, por lo que la adaptación (a no ser que se empiece la campaña en este modo desde el inicio, se puede hacer algo engorrosa). Tampoco ayudan las situaciones en las que Monty desaparece del encuadre general, que siempre sigue a Vanessa, y que complica la vuelta del infernal sabueso a la batalla.
Conclusiones sobre Obey Me!
Pues para ir cerrando, podemos decir que Obey Me! es un frenético juego, cuyas primeras dos horas resultan de lo más entretenidas, pero que se ve terriblemente lastrado por la falta de imaginación en cuanto al diseño de niveles, sus gráficos de otras épocas, y el rendimiento general del juego.
Sin duda, la inclusión de modo cooperativo -offline- y la particular relación entre sus personajes (mención especial a los mordaces comentarios de Monty a lo largo de todo el título) son sus apartados más brillantes. Con todo, y ajustándonos al precio por el que se vende el título, estamos seguros que un buen puñado de amantes de el género estarán encantados de adquirirlo y disfrutar de su inusual historia.
Jugabilidad - 60%
Gráficos - 55%
Sonido - 50%
55%
Pues para ir cerrando, podemos decir que Obey Me! es un frenético juego, cuyas primeras dos horas resultan de lo más entretenidas, pero que se ve terriblemente lastrado por la falta de imaginación en cuanto al diseño de personajes, sus gráficos de otras épocas, y el rendimiento general del juego. Sin duda, la incluisón de modo cooperativo -offline- y la particular relación entre sus personajes (mención especial a los mordaces comentarios de Monty a lo largo de todo el título) son sus apartados más brillantes. Con todo, y ajustándonos al precio por el que se vende el título, estamos seguros que un buen puñado de amantes de el género estarán encantados de adquirirlo y disfrutar de su inusual historia.
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