Bueno, bueno, bueno. No sólo de webcómics vive un servidor, así que hoy -y debido a que no pudo emitirse el programa de hace una semana- os ofrezco, de mi puño y letra, el análisis de los videojeugos a los que llamaremos (por acortar) Pokémon Blanco&Negro, cuyas portadas de la versión japonesa ofrezco arriba.
Sin más, pasad a leer el análisis, que he dividido en sendos apartados (pincha en Más Información para hacerlo):
Empezaré, como me es tradicional, por los apartados "técnicos", para irme luego con los más "jugables":
- Gráficos
En cierto modo se podría decir que Pokémon Blanco&Negro es lo de siempre pero con mejores gráficos. Esto tiene tanto un poco de cierto como un poco de mentira, os diré porqué:
Tiene un poco de verdad porque los gráficos de mundo han mejorado. No es que hayan subido mucho desde la 4ª Generación, pero al menos sí que podemos ver ahora unas ciudades con un aspecto mucho más de ciudad (valga la redundancia) y unos efectos de clima, luz y perspectiva (que no siempre será cenital en todo momento) muy aceptables.
Pero lo dicho anteriormente también tiene un poco de mentira, pues los gráficos de combate se han quedado en un “notable bajo”: si es verdad que los pokémon se mueven y gesticulan. También es verdad que cierran los ojos cuando se duermen y que cambian de color al recibir estados con “envenenado” o “quemado”. Pero también es cierto que los “píxelitos” dominan la pantalla. Aunque, tampoco es un problema. Las cosas antes mencionadas acabarán por haceros insensibles a la pixelación que sufren las criaturitas. Por cierto, las animaciones de los ataques no han cambiado mucho desde la 4ª, lo cual también es un defecto.
- Sonido
Un apartado notable alto. No encontramos con melodías tanto antiguas como nuevas, todas ellas agradables de escuchar y -generalmente- poco repetitivas. A destacar que ahora la canción de combate cambia según el lugar del combate, el tipo e incluso la situación (la canción cambia si nuestro pokémon está a punto de debilitarse).
- Historia
Como en el yin-yang (símbolo mitológico de esta generación), pokémon nos da en la historia dos polos opuestos complementarios que no pueden existir por separado. Así, por un lado, nos encontramos la premisa de siempre: “sal tú, joven niño de un pueblo perdido en el campo de una tierra de fantasía, a buscar aventuras mientras completas una biblioteca digital de criaturas y demuestras con tu zoo andante que puedes vencer a 8 líderes y su Alto Mando“.
Pero, en el otro polo, nos encontramos una historia un poco (recalco “un poco”, pues tampoco es un “best-seller”) más compleja que ese arquetipo de la serie: una historia acerca de una misteriosa organización/secta religiosa/filosofía llamada el Equipo Plasma, de origen antiguo, cuyo principal dogma es la liberación de los pokémon -de manos de los humanos, se entiende-. Y una historia en torno a “N”, un misterioso personaje que apoya esta teoría por razones desconocidas y que tiene al protagonista como un rival filosófico, como el yin del yang.
- Jugabilidad
Como siempre en pokémon es la característica estrella. Al igual que sus predecesores, Pokémon Blanco&Negro vuelve a ser un juego que pueden jugar y disfrutar tanto “hardcores” como “casuals”, jugando cada uno a su manera.
Eso sí, aunque sea lo mismo de siempre (y no creáis que no ha triunfado por esto) también es cierto que hay ciertos cambios. No me malinterpretéis: no son cambios, sino más bien “optimizaciones” que hacen el juego más llevadero que sus predecesores. Así, por ejemplo, las tiendas y la GTS están dentro de los centros pokémon y las MT (máquinas técnicas, unos ataques que los pokémon pueden aprender por separado de los suyos propios) son ahora inagotables, al igual que los eran antes sólo las MO.
Pero, a cambio de esta “facilitación de la vida” en algunos aspectos otros han sido arreglados para dar más complejidad. El mejor ejemplo de esto es que la mayor parte de las criaturas (por cierto, no encontraremos criaturas de las antiguas generaciones hasta que nos pasemos al Alto Mando) evolucionan a niveles mucho más tardíos con respecto a las especies de los juegos anteriores. Así, por ejemplo, en las primeras generaciones casi todos los pokémon evolucionaban por última vez al nivel 30 o 40, mientras que ahora son mucho más habituales pokémon que evolucionan al nivel 40, 50 ¡O incluso 60!
- Conectividad
Al igual que con la jugabilidad, la conectividad ofrece lo mismo de antes pero tremendamente optimizado. Ahora se puede acceder a la GTS desde cualquier centro pokémon (y es mucho más fácil buscar pokémon en ella) y cuando intercambiemos de forma normal existe la posibilidad de ofrecer hasta 3 pokémon en un mismo intercambio, y no tener que ir de uno en uno.
Pero no todo es antiguo, hay cosas nuevas: el sistema de “emparejamiento aleatorio” (un sistema de lucha wi-fi sin código de amigo), la “Zona Nexo” (que nos permite ayudar con objetos o pokémon a nuestros colegas en apuros) o el sistema de “sincronizar juego” (el cual nos permitirá, por medio del “Dream World”, obtener pokémon y objetos rarísimos). Por cierto, el sistema de sincronizar juego (cuyo servidor es Pokémon Global Link) no estuvo disponible en un inicio, obligando a los jugadores a esperar hasta el 31 de marzo. Una acción muy deplorable por parte de Nintendo aunque ya que más da.
- Duración
Otro de los apartados estrella de la saga. Tenemos para entrenar y capturar (o en su defecto evolucionar) 156 pokémon completamente nuevos. En un inicio no veremos pokémon antiguos (tendremos que esperar hasta pasarnos la Liga Pokémon/Alto Mando, como ya dije antes), pero luego tendremos la oportunidad (siempre y cuando tengamos 2 DSs) de pasarnos todos los pokémon de nuestras ediciones Perla, Diamante, Platino, Corazón Oro o Alma Plata. Sobra decir que puede hacerse interminable.
- Conclusión
En conclusión un juego (o juegos, pues son dos ediciones), que como el yin-yang que le simboliza, nos ofrece una de cal y otra de arena (por cierto, la cal es lo bueno) en todos sus aspectos. Aspectos que, unidos, nos dan un producto muy recomendable, tanto para iniciados casuals como hardcores fieles a la saga.
¡Nos vemos! ¡Y nos veremos!