Análisis de The Order 1886

Esta vez toca analizar uno de los juegos exclusivos que ha salido para PlayStation 4. Se trata de The Order 1886, un título del que gráficamente tienen mucho que aprender los demás pero que peca de muchos factores que no debe tener un videojuego de acción. La guerra para hacer frente a los licántropos como corresponde no ha hecho más que empezar.
Una orden ancestral
The Order 1886 nos lleva a la historia del caballero Sir Galahad, miembro de una orden fundada por el Rey Arturo cuyo misión es la de proteger al mundo de la amenaza de los Licanos, licántropos surgidos por una mutación del genoma humano. Sin embargo en plena Revolución Industrial ha surgido un nuevo enemigo, la lucha de clases, que hará que la Orden se vea envuelta en una lucha a dos bandas.
Galahad contará con la ayuda de Sebastien Malory (Sir Perceval), Isobel d'Argyll (Lady Igraine) y el marqués de Lafayette, quienes pronto se verán envueltos en una historia de secretos y conspiraciones donde los amigos y los enemigos no son tales.

En esta historia además está el agua negra, que hace de los caballeros gozar de una longevidad más allá de lo habitual y poder curarse de todas sus heridas. Importante para la historia.
La trama de The Order 1886 así como la historia está bien contada aunque para aquellos acostumbrados a juegos de organizaciones secretas algunas partes pueden ser muy previsibles. Bien es cierto que en algunos momentos el ritmo puede ser algo lento y que la figura de los personajes principales no están del todo explotadas. Además se dejan muchas dudas por resolver en vista a una segunda parte por no hablar del final que da la sensación de haber cortado la historia súbitamente.
A causa de dejar demasiadas cosas para la segunda parte el contenido tanto de la historia como de los personajes es demasiado escasa en esta primera. Los primeros capítulos enganchan y quieres saber más pero conforme avanza la historia y ves que no se profundiza en los personajes y sus relaciones la decepción va en aumento.

El Londres de finales del siglo XIX
Si bien es cierto que algunos de los personajes y momentos que aparecen o se hacen referencia en The Order 1886 no tuvieron lugar en 1886 permiten sumergirse de lleno en lo que fue el Londres victoriano. El jugador puede visitar el barrio de Whitechapel en plena atmósfera de miedo ante los crímenes de Jack El Destripador al que se menciona así como visitar el hospital o conocer el poder de la Compañía de las Indias Orientales.
También hay referencias a Charles Dickens así como el cameo de Conan Doyle, creador de Sherlock Holmes. Por su parte, Nicola Tesla será nuestro 'Q' de las películas de James Bond y se encarga de proporcionarnos los artilugios y las armas más punteras de la época.

Los periódicos que hay que coleccionar hablan de acontecimientos, aunque estén en inglés, y los documentos sirven para ponernos en situación y saber más aún de la historia. En definitiva, la creación de los escenarios están llevados con sumo acierto y dan la sensación de estar andando por dichos entornos a finales del siglo XIX.

Gráficamente una obra maestra
The Order: 1886 es gráficamente todo lo que un seguidor de los videojuegos espera tener. Se trata del cine hecho videojuego, algo que pocos juegos, como Beyond: Dos Almas han conseguido. Tal es su realismo que no se percibe transición entre las cinemáticas y los momentos jugables. El realismo tanto a la hora de diseñar los personajes como de crear los escenarios es considerable y digna de la generación de consolas actual. En definitiva, ojalá llegaran más videojuegos con estos gráficos.
¿Cuál es la pega? Recordemos que The Order 1886 no es un sandbox, no permite la exploración sobre todo en los escenarios abiertos por lo que, al margen de las vistas espectaculares de la ciudad de Londres cuando se está en las alturas, el equipo de Ready at Dawn solamente ha tenido que centrar sus esfuerzos en el desarrollo de unas pocas calles por la que se desarrolla la acción y el interior de unos cuantos edificios. Magnífico trabajo realizado, eso sí, pero habría estado mejor si se hubiera podido recorrer Londres con cierta libertad.

Rejugabilidad nula
Llegamos a uno de los puntos más polémicos y por los que principalmente flojea The Order 1886. No es extraño ni una locura afirmar que si te vas a comprar un videojuego es porque vas a poder disfrutar de él una cantidad de horas y vas a amortizar la inversión que has hecho. Pues bien, esta exclusiva de PlayStation 4 dura como mucho ocho horas. Este tiempo basta para poder recoger todos los coleccionables y deleitarte de los escenarios, los gráficos y terminar la historia.
No tiene ningún añadido que se desbloquee cuando completas el juego tales como un nuevo traje para el personaje, un nuevo arma o como mínimo un nuevo modo de juego que te haga sudar para volver a completar el juego. NADA. Para más inri, tampoco hay misiones secundarias que completar sino un recorrido lineal que es la historia y de la que no te puedes salir.

Escasez de acción
Siguiendo con detalles dignos de llevarse las manos a la cabeza The Order 1886 está considerado como un juego de acción, pues bien, acción hay más bien poca. El hecho de convertir una película en videojuego se ha llevado hasta el punto de que, de los 16 capítulos que tiene el juego más un prólogo, la mitad son o cinemáticas en las que no se puede hacer nada salvo verla o simplemente seguir a otro personaje sin poder interactuar.
Teniendo en cuenta que la división de medio juego son cinemáticas, ¿qué pasa con la otra mitad de los capítulos? En ellos hay momentos en los que se mezcla el sigilo con la acción. Habrá que avanzar sin que nos detecten y acaban con los enemigos de forma sigilosa presionando un botón y es en dos de los escenarios y capítulos donde de verdad hay un alto grado de tiroteos y donde hay que estar cubriéndose y disparando así como cambiando de armas para sobrevivir.

Algo que puede parecer escaso teniendo en cuenta la cantidad de armamento que se puede encontrar en el juego, desde pistolas y revólveres hasta escopetas, ametralladoras, ballestas, cañones y fusiles. Por no olvidar las especiales, una dispara rayos y otra que primero crea una nube que tras lanzarle una bengala explota.
Además la Vista Negra que se recarga conforme acabemos con enemigos nos permite sumergirnos en un 'tiempo bala' donde todo se ralentiza menos nuestra velocidad de disparo.
Pero lo que más puede indignar es que los Licanos, los enemigos que se han vendido desde que se presentó el juego y que iban a ser un hueso duro de roer, solamente aparecen en momentos muy puntuales y en forma de 'enemigos finales' a los que hay que vencer primero disparando y luego a través de Quick Time Events que no tienen dificultad alguna.

Por si no fuera suficiente con la escasez de dificultad, morir es prácticamente imposible, primero porque nos regeneramos la barra de salud y segundo porque de caer, al beber el viral con el agua negra volvemos a estar en perfectas condiciones.
Quitando estos momentos de acción, el momento puzzle se reduce a abrir con una ganzúa algunas cerraduras o elevar la tensión de algunos paneles gracias a un artilugio de Tesla que consiste en el momento preciso en presionar R3 y L3.

Conclusiones
Sensaciones muy contradictorias con este videojuego en el que lamentablemente los aspectos negativos tienen más peso que los negativos. A pesar de tener unos gráficos espectaculares, la historia no está del todo aprovechada al igual que los personajes. La duración es más bien escasa y seguramente lo volverás a jugar dentro de varios meses después de que lo hayas acabado por primera vez pero sabiendo que no vas a encontrar nada nuevo que no hicieras la primera vez. La falta de recompensas y alicientes al terminar el juego por primera vez hace que los motivos de disfrutarlo una segunda sean escasos. Para colmo la dificultad es nula así como los momentos de acción, no se puede decir lo mismo de las cinemáticas.
En definitiva, hay que pensarse mucho el querer gastar el precio de este juego teniendo en cuenta su duración y el contenido que ofrece.
Puntuación: 7