El nuevo concepto de retraso mental aboga por el paradigma de los apoyos siendo el objetivo prioritario la normalización de estas personas dotándoles de los recursos necesarios. Entre las necesidades detectadas se observa el derecho a una vida sexual saludable como pilar básico para la mejora de su calidad de vida. Para ello es necesario adaptar los programas de educación sexual a sus capacidades facilitándoles la comprensión y aprendizaje de los mismos.
La muestra de esta investigación estuvo formada por 347 jóvenes de los cuales 276 cursaban sus estudios en diferentes centros educativos; 34 chicos habían abandonado el sistema educativo formal y acudían a un Centro de Inserción Laboral y 37 de ellos eran personas con discapacidad intelectual usuarias de la Federación Andaluza de Personas con Discapacidad Intelectual ( FEAPS-Huelva). Los resultados demuestran la importancia de la utilización de programas de intervención adaptados a las características de estas personas con discapacidad intelectual
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Revista Solidaridad
Análisis de un programa de educación afectivo sexual para la prevención de conductas sexuales de riesgo en personas con discapacidad intelectual
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