Hay juegos que desde el primer momento en el que empiezas a jugar comprendes que hay algo a lo que no estás acostumbrado, algún elemento que, al menos, hace mucho que no veías a los mando de tu pad y RAGE es exactamente eso, un título que ha hecho volver a dar un golpe sobre la mesa a uno de los estudios más importantes en la industria del videojuego: id Software.
De todas formas, comencemos desde el principio, su historia. RAGE, como todos los juegos desarrollados por la compañía de Carmack, no destaca por este apartado concreto. Nos encontramos en un futuro el cual la tierra va a ser destruida por un meteoríto, siendo la única forma de preservar la raza humana por los gobiernos enterrar en capsulas a algunas personas criogenizadas para que en un futuro pudieran volver a salir a la superficie, llamándose a estos aparatos las arcas. Nosotros encarnaremos a una de esas personas que fueron criogenizadas y que acaba de despertarse, encontrándonos con un mundo post-apocalíptico que sobrevive de manera primitiva de bandidos, mutantes y un gobierno fuerte y militarista.
A priori puede parecernos incluso un concepto bastante atractivo de jugar e ir desvelando poco a poco, pero rápidamente olvidaremos la historia principal debido a que esta no será demasiado detallada ni desarrollada, convirtiéndose en telón de fondo de una obra de teatro distinta.

Pero si hay que destacar un elemento que destaque en RAGE, ese sería su apartado gráfico. Un mundo que rezuma muerte y destrucción, un entorno al que casi se puede tocar desde nuestras pantallas, como si de un cuadro ultrarrealista se tratara. De todas formas esto solo lo veremos en su grado máximo en los terrenos abiertos del juego, es decir: fuera de las ciudades, siendo llamado dentro de esta obra de id: El Yermo. Ya dentro de espacios cerrados, también podremos observar el gran diseño de personajes y detalle de cada uno de los sitios que visitamos, llegando a ser casi enfermizo en algunos momentos la cantidad de objetos en pantalla que podemos ver. De todas formas no todo es oro lo que reluce, y RAGE tiene un gran problema en el momento de la carga de texturas, llegando a ser bastante molesto ver cómo casi a cada momento algunos objetos o entornos completos se empiezan a texturizar delante de nuestros ojos.

Al margen del problema que pueda tener esta entrega en cuestión de texturas, lo cual se palia en parte instalando el juego en Xbox 360 en esta versión, lo más destacable de su apartado técnico es la increíble fluidez que el juego nos ofrece en pantalla, algo que casi podríamos afirmar que nunca hemos visto en una consola, una gozada.
Como abanderado dentro de un juego de id hemos comentado el apartado técnico, pero no hay que dejar, ni mucho menos, atrás su increíble apartado jugable. La esencia que destilaban juegos como Doom y Quake vuelve a darnos una lección de humildad de cómo se tiene que hacer un buen juego de disparos, por que es eso: un juego de disparos. La mecánica del juego es muy parecida al estilo pasillero que la compañía nos tiene acostumbrados salvo que en esta ocasión intercalara estas misiones con un mundo abierto el cual podremos investigar y recorrer a nuestro antojo, encontrándonos con algunas misiones y eventos que podremos realizar y alargaran sustancialmente nuestro tiempo de juego. Una duración que si en su modo principal, realizándolo a tiro hecho, puede durarnos unas 8 horas y que jugando todas sus misiones secundarias y propuestas nos llegará perfectamente a las 15-20 horas de juego, según la pericia de cada uno.

Las misiones secundarias que hemos comentado tienen una gran variedad. Las más interesantes serán aquellas que nos manden hacer misiones del mismo estilo que las del modo principal, las cuales podremos obtener, entre otras formas, de un tablón de anuncios donde los diferentes habitantes de este mundo irán poniendo sus peticiones. También no faltarán las carreras de coches de todo tipo de índole, coches que además nos servirán para poder trasladarnos por El Yermo de manera rápida y segura, ya que la seguridad en este mundo es bastante escasa. Entre otros minijuegos que el título nos ofrece tendremos un curioso juego de cartas que, de manera bastante vaga, nos recuerda a los clásicos juegos como Magic: The Gardering, aunque también tendremos juegos de dados que tendrá como misión eliminar a una serie de enemigos que vienen hacia un personaje holográfico que controlamos, juegos de pasarnos un cuchillo entre los dedos, los más que divertidos modos "coliseo" de tantos juegos que aquí simulará una especie de show de televisión...

Para acabar con la jugabilidad, este juego también cuenta con un apartado multijugador que, lejos de tener todo lo que se desearía, cumple bastante bien para alargarnos una semanita más el tiempo que le dediquemos. Tendremos tres modos de juegos divididos en dos clases de jugabilidad.Dos de estos modos se basarán en explotar el apartado de conducción que el juego nos ofrece con carreras o pruebas de destrucción entre vehículos... Aunque para nosotros, el más interesante que nos enseñan es su modo cooperativo que, siguiendo la misma estela que la misión principal, tendremos que realizar una serie de misiones que nos completarán un poco más de la historia del juego pero junto a un amigo (ya sea en modo a pantalla partida o en Xbox Live, cosa que no pasa con los anteriores modos).
Para finalizar, tenemos que destacar un gran apartado sonoro que destaca por su total localización al castellano, teniendo un doblaje bastante decente pero que tampoco sobresale, y por una banda sonora y FX que nos harán sumergirnos de lleno en este mundo devastado.

En conclusión, un juego que ha sabido recordarnos qué es un shooter frenético al más puro estilo id Software, que aunque haya añadido pequeños elementos sacados del RPG (diferentes balas para nuestras armas, alguna mejora para el armamento y nuestra armadura, fabrcación de objetos...), reproduce de una manera actualizada lo que debería ser un shooter en primera persona profundo. Totalmente recomendable para todos aquellos que quieran disfrutar de una jugabilidad digna de los grandes y un apartado gráfico arrebatador.
