ANÁLISIS: Death or Treat

Un roguelike de fantasmas muy dulzón

Saona Studios ha sido el encargado de darnos una más que grata y fantasmal sorpresa con este Death or Treat.

Un juego de esos que te saltan a los ojos nada más que ver un par de capturas de pantalla de él. Pero que no se queda ahí solo, ya que nos trae una de esas experiencias roguelike ciertamente inspiradas en los grandes del género, y lo plasma con tan buenas maneras, que os aseguro que los amantes del género van a saber sacar lo mejor de este. Así que atentos a este análisis, porque os traigo una de esas joyitas indie que enamora por lo visual, por lo jugable, y por un oscuro y fantasmal mundo de lo más divertido.

Llega el momento de ponernos a control de nuestro bonachón amigo fantasma Scary, y con ello entrando en el particular mundo de HallowTown. Comentaros que a nivel de historia, este nos lleva a formar muy divertida y original a un curioso conflicto entre empresas de caramelos, y con ello el riesgo que tendrá el festejo más importante del año... Halloween. Todo ello causado por una nueva empresa que intenta monopolizar el mercado. Así que esperemos que esos tradicionales amigos del pueblo sigan confiando en nosotros.

Una historia que me ha sacado muchas sonrisas, y es que esta es realmente divertida. Destacando que está llena de referencia y puntos humorísticos que saben dar donde más duele, y que consigue hilar una narrativa que bebe más del contexto y sus gentes, que del propio objetivo en sí.

Llegado el momento de ponerme al control del juego, y con ello hablar de la parte jugable. Solo hay que entrar en contacto con Death or Treat unos segundos, y entender que nos encontramos con uno de esos juegos de acción frenética, repetición de zonas, aprendizaje constante, muchas plataformas y enemigos, y ante todo, una buena sobredosis de muertes, que como suele pasar en el mundo de los roguelike, estas nos llevan a un minucioso avance y enseñanzas que nos darán más y más potencial.

Una vez entendido que es Death or Treat. Deciros que este es uno de esos juegos donde las necesidades de un buen control se han llevado bastante bien. Aunque está claro que tendremos que hacernos con los diferentes tiempos de accionamiento de las diferentes cualidades de nuestro personaje. Pero ya os digo que todo fluye y se adapta a la perfección en poco minutos. Acercándonos en base a unos controles que nos proponen un sistema de golpeo fuerte y flojo, al que se les unen golpes extras con saltos o el potente gancho, todo ello junto a otras cualidades como el impulso, el doble salto, y un golpe especial, que va a depender de una línea de acumulación.

Por cierto, todo esto nos acerca a unos preparativos necesarios antes de cada fase. Poniendo sobre el papel la posibilidad de elegir diferentes armas, a cual más loca, y uno de los poderes especiales entre un listado de ellos. Haciendo esto que juguemos de un modo o de otro. Siendo especialmente curiosos, por un lado, su sistema de adquisición y mejora de nuevas armas tras el desbloqueo de su respectiva zona de fabricación. Además de necesidades de conseguir el material que se nos requiera. Y por otro lado, un mercader que nos abrirá su catálogo de pociones bastante aleatorias en cualidades y efectos.

Debido a esto os tengo que hablar de uno de los objetivos más interesantes, y casi principal misión que nos aporte cantidad de posibilidades, va a ser el relanzamiento de nuestro imperio de caramelos a base de reconstruir y volver a dar sentido a nuestro amado pueblo mediante sus edificaciones. Todo ello planteándonos un curioso sistema de recolección de materiales que nos dan acceso a esa reconstrucción, y como no podía ser menos, al beneficio que supone. Acercándonos a edificios que nos aportan nuevas armas y objetos, como ya os he comentado. Y ante todo, las posibilidades de potenciar y mejorar las habilidades de nuestro protagonista. Así que cada recorrido que hagamos cuanto menos algo nos aportará.

Por otro lado. Se ha puesto gran esmero en representar y contextualizar los diferentes lugares, escenarios, y entornos. Concibiendo cada uno de ello como una crítica social muy sarcástica y en muchos casos entrada a degüello. Pero lo que destaca de estos es su buen diseño aleatorio que posee. Que los une a ese concepto tan de roguelike, donde la conexión con el siguiente es algo que nos puede jugar una buena o mala pasada. Está claro que aquí la suerte hace mucho. Llevándonos a salas especiales, a grandes enemigos, o a situaciones mucho más llevaderas que nos den un pequeño respiro. Eso sí, siempre saldremos recompensados de algún modo.

Death or Treat es sin duda un juego exigente. Que no nos lo va a poner nada fácil. Destacando por ello la cantidad ingente de enemigos, que producen el caos en muchos momentos. Y unos jefes finales muy bien elaborados a nivel mecánico que nos lo van a hacer pasar muy mal. Por ello va a ser de esos juego de tener paciencia y saber que el morir solo es un nuevo aprendizaje.

APARTADO TÉCNICO GRÁFICO

La parte visual es toda una delicia. Poseyendo un diseño cercano a los dibujos animados realmente impecable y lleno de carisma. Con unos personajes que fluyen con unas animaciones maravillosas, que vagan por unos escenarios llenos de amor a la oscuridad y lo tétrico más absurdo. Donde un genial diseño de escenarios, un buen trabajo en lo que a efectos se refiere, y una fluidez notoria dentro del caos y frenetismo que muestra en pantalla, termina por hacer de este uno de los puntos más atrayentes del juego.

SONIDO

El apartado sonoro también se lleva con mucho esmero. Y es que este posee una gran ambientación oscura pero con esos tintes cómicos que lo envuelve todo. Sabiéndose acompañar de una buena banda sonora. Un amplio catálogo de efectos que adornan mucho a la jugabilidad. Y que termina engalanándose gracias a la inclusión de unos siempre agradecidos textos en español.