Fallo de la violencia
El primer encuentro entre Vucub Caquix y los gemelos divinos no concluye con un vencedor claro tal y como Corazón del Cielo había imaginado al enviar a ambos a castigar al soberbio, ambas partes están muy igualadas y salen damnificadas por igual, teniendo que pagar un alto precio: tanto Hunahpú como Vucub Caquix pierden su atributo característico. Como cazador que es, Hunahpú al perder su brazo se verá en grandes dificultades a partir de ese momento para poder emplear su cerbatana; por otro lado, Vucub Caquix es herido en la boca y por lo tanto no podrá realizar sus largos discursos autoglorificadores, motivo principal de su castigo.
Es gracias al episodio de la lucha en torno al árbol del nance cuando los contendientes ven que la victoria no se obtendrá mediante la violencia, pues están muy igualados, por ello han de recurrir a otras artes como pueden ser la astucia y la magia.
Dientes y ojos
Las verdaderas riquezas de Vucub Caquix son eso, sus dientes y sus ojos, como podemos apreciar en un fragmento del capítulo anterior (ver…….):
“Porque de plata son mis ojos, resplandecientes como piedras preciosas, como esmeraldas; mis dientes cuajados de joyas y semejantes a la extensión del cielo”
Tal y como podemos suponer no se vanagloria de sus ojos y sus dientes directamente, sino de las cualidades que se alcanzan con ellos como son la palabra (los dientes) y la visión (los ojos), ambos sentidos son los que hacen la grandeza de los señores: el simbolismo de los ojos es enorme y se ha estudiado mucho sobre el tema (especialmente estudios relacionados con la antigua cultura egipcia y del valle del Indo). El sol se concibe en muchas culturas como un gran ojo, así se representaba por ejemplo al joven dios Horus en Egipto. Respecto a la cualidad del habla ya hemos podido comprobar la importancia de ésta en otros capítulos del Popol Vuh (ver el capítulo de la creación de los animales y de la creación de los primeros hombres) y más directamente en el análisis del mito chamula sobre la creación de los primeros hombres. En muchas monarquías antiguas la palabra del gobernante era la ley, el caso más cercano al maya que tenemos es el del imperio mexica: Tlatoani (emperador mexica) se traduce como “el que habla” o “el orador”, vemos nuevamente la importancia del don de la palabra en toda mesoamérica.
Sustituidos sus dientes y reventados sus ojos, es decir, completamente desprovisto de los atributos que caracterizan a los señores (la palabra y la visión) terminará por morir.