Evolution llegó como agua de Mayo para los poseedores de PS4 amantes de la conducción. La competencia poseía de salida su título, en mejores o peores condiciones, pero su buque insignia en la simulación y que tantísimos fans arrastra, al igual que Poliphony ofrece el estandarte las plataformas de Sony con Gran Tusimo, pero como todos sabemos son salidas contadas.
Esta situación es algo diferente, Evolution ha llegado para ofrecer algo distinto a los usuarios, pero que quite en cierta manera el mono por el olor a asfalto en sus centros de ocio. Driveclub venía pisando fuerte desde las primeras imágenes mostradas, un juego muy vistoso que provocaba ese placer que sienten los videojugadores al observar lo que le está por venir.
¿SIMULACIÓN? NO, GRACIAS
Y esta es la apuesta que pone sobre la mesa Driveclub, lejos de plantar cara a las grandes bestias de la simulación, y con poco tiempo para ver a otro hijo de la simulación como tiene pinta Project Cars, en esta ocasión nos encontramos con un híbrido de lo arcade y lo simulado, no acercándose en nada en la manera de jugar a la realidad, pero bastante en ciertas sensaciones que ahora explicaremos.
La manera de jugar Driveclub no es precisamente la que se esperaba cuando se observaban las primeras imágenes, vídeos y material relacionado con el mismo, se esperaba un juego de conducción que sin llegar a ser un purista de la simulación, se pudiera disfrutar por los seguidores del género, ya que de vez en cuando la adrenalina que se suelta al pisar a fondo sin miedo a que venga una curva cerrada no está nada mal. La realidad es que tampoco bebe tanto de la simulación en lo que a forma de jugar se refiere. Evolution nos ha traído un título donde la bestialidad no penaliza en absoluto, la mala gestión de una curva no nos retrasa en demasía, usar un coche ya sea amigo o rival está bien visto por estos barrios.
Los distintos vehículos del catálogo no responden de manera diferenciada y fieles a la realidad, tienen un patrón de comportamiento similar dependiendo de la clase a la que pertenezcan, en resumidas cuentas todos corren, derrapan y chirrian gomas de manera muy parecida, por no decir que es casi el mismo vehículo con la carrocería de distinta marca.
Pero a pesar de todo esto, de lo que parecía que podía ser y no alcanzó, nos encontramos ante algo de savia nueva, el pisar a fondo y olvidarte e incluso buscar sacar de pista a alguien sutilmente no es negativo, diríamos incluso que gratificante, no enfocándose el juego en lo que se esperaba de un principio pero que no desagrada verlo desde esta nueva perspectiva, los amantes de la simulación también merecen un respiro, que el agobio de apurar bien una curva tomando la trazada perfecta es en muchas ocasiones tenso y agobiante. El juego tiene pequeñas penalizaciones por fuertes impactos y por comerte una curva para recortar, pero son penalizaciones de un bloqueo de motor de medio segundo, cosa que recuperas rápidamente, por lo cual el juego no está pensado para cumplir las normas de circulación.
Una de las cosas a mencionar y de manera diferenciada es la del éxito que ha tenido el estudio en lograr la pura sensación de velocidad, siendo en ocasiones algo bastante temerario ver como tu coche empieza a temblar y sabes que como no centres tus esfuerzos al 100% en la carretera puedes salirte de una forma demasiado bestia, y eso nos acojona.
ALCANZANDO LA FAMA
El quid de la cuestión en Driveclub es ganar puntos de fama, de esta forma llegar a ser unos pilotos legendarios, para ello podremos hacer el camino solos o con amigos e ir ganando puntos de fama en las distintas modalidades que nos ofrecen.
El tour como abanderado modo campaña para Driveclub nos ofrece un abanico de opciones para competir en los distintos circuitos y con las distintas marcas disponibles de vehículos. Por ejemplo, una carrera de coches alemanes, con carreras de punto a punto y en forma de campeonato, una de las tantas opciones que nos ofrece Driveclub para disfrute del piloto; También podemos enfrentarnos a nuestros competidores en circuitos a vueltas, vueltas rápidas, puntuaciones por derrape, carreras nocturnas y el campeonato final de cada etapa, donde iremos pasando de ser novatos, amateurs, etc… hasta llegar a ser leyendas del volante.
En el modo multijugador que es donde está la chicha de este tipo de juegos, sacar a la CPU de pista no está malejo, pero sacar de pista a un amigo siendo en ese mismo momento rival en pista es orgásmico. A partir de aquí Driveclub pone de moda la lucha por equipos, denominados clubes, de ahí el propio título del juego. La cuestión es crear un club, invitar a tus amigos e ir quemando goma juntos por los diferentes circuitos, si es humillando a otro club rival mejor aún.
PAISAJES DE REVISTA
Una de las cosas por las que verdaderamente destaca Driveclub es por su apartado técnico de puro lujo.
Tiempo ha desde que se comenzó a hablar sobre la posibilidad de que Driveclub llegase a nuestras Playstation 4 a una resolución de 1080p con unos 60 fps, la situación final es distinta, nos llega un juego a 30 fps pero sí con su resolución a 1080p. El Director de desarrollo ya comento en su momento cuando saltó la liebre que esto era debido a que preferían ofrecer una experiencia sin chapuzas, dar una calidad de texturizado y detalle de los vehículos envidiables al igual que sucede con los circuitos y sus paisajes.
A pesar de todo ello, creemos que la decisión fue la adecuada, Driveclub se mueve a unos rocosos 30 fps con una resolución a 1080p que nos muestran un modelado de vehículos a la altura de los más grandes, además de esto, lo más espectacular son los paisajes, se acabaron las cuatro texturas planas para hacer un circuito, ahora en el título de Evolution cobran vida, las formas y texturizado de todo el mapeado hace parecer que estemos ahí tomando la curva. Mención especial a la representación de los coches, exterior, pero sobre todo en la vista interna, con unos salpicaderos y cuadro de mandos detalladísimo, pero lo más abrumador es la realidad que transmite la luna delantera, si pega sol de frente no se ve nada, los reflejos del propio salpicadero en la luna, todo digno de ver.
En el apartado sonoro es donde, y nunca mejor dicho, chirría esto. Banda sonora a parte, que en líneas generales en cualquier juego cumple, es simplemente música seleccionada por el autor, vamos más allá. Cuando hablamos de apartado sonoro nos referimos a los efectos de sonido del juego, los cuales en realidad no están demasiado bien conseguidos o diferenciados, todos los coches reaccionas casi de la misma manera, notándose diferentes sonidos dependiendo del tipo de coche al que estemos sometiendo, pero no las locuras de los juegos de simulación donde cada coche tiene un tratado específico para grabar sus audios y las reacciones de su propio motor. Lo mismo pasa con tomar derrapando una curva, un mismo y puñetero sonido genérico para el chirriar de las ruedas, esta vez más exagerado, que hace que el producto final no luzca tan bien como merece.
Al perder por completo la faceta simulador en la conducción, el motor de impactos y por consecuencia los efectos de dañado en los coches, son casi inexistentes. Planteando el juego que es y lo que busca tampoco es necesario ponerse super exigentes en este aspecto, pero realmente en Driveclub los coches rebotan en las vallas y quitamiedos y vuelven a la carretera con cero problemas, mucho menos volver dañados, con algún que otro golpe dado y arañazo, cristales desquebrajados, pero nada que pase de ser testimonial.
VUELTA FINAL
En definitiva Driveclub ha llegado, con menos promesas cumplidas de lo que se esperaba, una semana de lanzamiento algo caótica con problemas en los servidores y que aún algún que otro hay, y sobre todo y más flagrante la no aparición aún de la versión para socios del plus, que se prometió que en su salida regalarían la versión para usuarios del plus, algo capada, pero versión con la cual podrá jugarse al fin y a la postre.
Viendo el trasfondo total del juego, y echando a un lado los consecuentes mosqueos de la masa jugona en general, Driveclub presenta una solida alternativa para los amantes del motor y la diversión, puesto que es entretenido y adictivo a partes iguales, el nuevo planteamiento de correr mediante clubes de amigos es bastante entretenido, y sobre todo que a la hora de la verdad, en carretera, transmite muchísimas sensaciones positivas, como por ejemplo esa sensación de velocidad en circuitos ruta, donde la carretera se va estrechando y tu velocidad va en aumento. Sin duda Evolution tiene aún trabajo que pulir, pero que poco a poco iremos disfrutando al 100% de Driveclub.
LO MEJOR
-Nivel de detalle en los coches.
-La vista de cabina interna, una delicia.
-La brutal sensación de velocidad.
LO PEOR
-El chirriar de las ruedas, tan artificial.
-Problemas de servidores desde salida.
-Efecto pinball entre coches y contra muros de hormigón.
“Nuestra forma de valorar los juegos“