Un sigiloso niño en el Oeste
Peculiar y emocionante historia, la que nos quiere llevar de la mano al oeste junto a un pequeño desamparado, es lo que nos han presentado desde el equipo indie, Honig Studio.
Una propuesta sencilla, bien tratada, y con un acabado final de esos que es difícil que no entre por los ojos y se termine de quedar con nosotros cuando nos topemos con su bien tratada jugabilidad.
Y es que El Hijo es una agradable sorpresa, y un producto que agradecerán tantos los amantes del western, como del sigilo, y que desde ya os aseguro que no os va a defraudar al resto tras haberlo disfrutado.
NOTA: 7'8
Entrando ya en el juego. Lo primero que os tengo que dejar claro, es que os vais a encontrar con un juego prácticamente centrado en sigilo. Donde la violencia por nuestra parte no llega en ningún momento, más allá de sencillos sustos, siendo algo que es de entender siendo un desvalido niño en un mundo de malhechores armados hasta los dientes.
Y es que El Hijo sabe plantear y llevar muy bien adelante el concepto base y su aplicación jugable. Creando un entorno con una gran variedad de posibilidades, de decisiones que tomar, y con una variedad de caminos que nos llevan a conseguir nuestro objetivo de salir airoso hacia la siguiente zona sin que nadie se interponga en nuestro camino de formas muy inteligentes.
Y es aquí es donde entra uno de los puntos que quiero subrayar por su genial trabajo realizado. Y esto no es otro que el diseño de los escenarios. Realizados con muy buen gusto, y con un diseño tanto en formas como en objetos, que vendrán genial para las diferentes tomas de decisiones o caminos que variarán nuestra forma de superarlos, como ya os he comentado. Así que iros preparando para encontrar cantidad de muebles, barriles, arbustos, sombras, y lugares donde meternos, que se compensará con ciertas distracciones que nos van a venir la mar de bien.
Además, se ha implementado un amigable pajarillo que nos va a acompañar en la aventura, y que nos dará una mejor visión del terreno, para así poder plantear mejor nuestra estrategia de huida. Y en la que se nos permitirá además ver los rangos de visiones de los enemigos, y las posibilidades que tendremos a nivel de utilización de un sistema de sombras que van a ser de lo más útil.
Como curiosidad, me ha gustado mucho la vida y los constantes devenires que se darán a lo largo de los escenarios, de la mano de los personajes que por ellos deambulan. Encontrando en algunos momentos escenas algo perturbadoras o confusas, que hacen una idea de la degradación y el sin sentido que fue esta marcada época.
El control está bastante bien implementado. Con una buena reacción y precisión en la mayoría de los casos. A lo que se le une además una simpleza bastante importante a la hora de adaptarnos a ellos, y a las mecánicas de un juego, que se deja disfrutar y controlar entre variedad de posibilidades con suma sencillez.
Por lo que se refiere a la dificultad, deciros que no es un juego especialmente complejo, siendo curioso como se ha hecho más difícil en sus inicios que en la parte final. Pese a ello, tiene momentos que tendremos que repetir cierta cantidad de veces, y que solo se puede complicar si somos completitas y nos queremos topar con los otros niños que sobreviven en condiciones algo paupérrimas, y que encontraremos en el mapeado. Y todo bajo una buena cantidad de horas, en una treintena de niveles, que van a depender de nuestra capacidad de pasar desapercibido y tener mucha paciencia.
La parte narrativa es un punto que casi que se utiliza más para meternos en ambiente y ponernos un objetivo base, que para narrarnos una historia intensa. Eso sí, ciertos valores de la infancia, uno abandono en un convento, algunos temas algo escabrosos vistos desde los ojos de un niño, y en general, un grupo de malvados forajidos, se interpondrán entre nuestra madre, nosotros, y el duro y degradado oeste.
Pese a ello, si queremos sacar conclusiones propias, empatizar con nuestro protagonista, y sentirse cercano a un pequeño drama guionizado de una forma correcta, lo podremos hacer, pero ya os digo que no es un punto esencial, quedando muy tapado por la jugabilidad.
Desde el punto de vista técnico el juego destaca por su precioso apartado artístico. Con un diseño de escenarios y personajes realmente bonitos. Y con un estudio del color y las luces bastante bien llevado.
Además, hay que destacar el buen trabajo de ambientación, que consigue crear esa tensión que cualquier juego de sigilo necesita, y que además te hace sentir la época donde todo se desarrolla. Por cierto, el juego llega con textos en español, y con ese curioso silencio de no tener doblaje sino un sistema de simbología.
En conclusión, y terminando con este sigiloso análisis. Os tengo que decir que El Hijo me ha supuesto una apuesta inteligente, bien acabada y que, si eres fan de los juegos donde se deja muy claro desde el principio sus mecánicas y hacia dónde quiere encaminarlas, sin dudarlo este juego te va a gustar.
Y es que El Hijo supone un interesante pequeño juego de sigilo, con cierto tinte dramático, y un diseño artístico de estos que te lo venden solo con una captura. Así que, si le dais una oportunidad, os aseguro que este paseo por el oeste casi de puntilla de nuestro entrañable protagonista os lo va a compensar con una más que agradable experiencia que la gente de Honig Studios ha sabido trasmitir y representar bastante bien.
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