Análisis Fallout 76 – Un solo instinto: sobrevivir

Casi un mes nos separa desde el lanzamiento de Fallout 76. Desde el pasado 14 de noviembre está disponible el último título de Bethesda de una de sus icónicas sagas que ha decidido dar el paso y meterse de lleno en un juego con una fuerte vertiente online multijugador, un mundo recurrente donde el resto de supervivientes no son NPCs que cuenten historias, sino supervivientes que, como nosotros, forjan la suya propia.

Hemos tenido tiempo suficiente para jugar largo y tendido y desgranar todas las posibilidades de Fallout 76, desde sus inicios nada más salir al exterior, así como de tratar de conocer todo el contenido para alto nivel una vez llegamos a niveles elevados. Estamos listos y preparados para contaros no sólo nuestra experiencia en Appalachia sino nuestras impresiones y qué es lo que podéis esperar del título de la famosa saga. Los ecos de la explosión nuclear han llegado más allá de la historia del título, donde la comunidad de jugadores en general, tanto los que no son tan exigentes, así como los veteranos que explotan al máximo todas las posibilidades del título, no están nada contentos con el lanzamiento de este título, casi se antoja como un paso en falso para la franquicia y un experimento fallido para la propia Bethesda, que tras llevar tras de sí una serie de lanzamientos realmente buenos y destacables, quizá este título sea de esos que no recordará con tanta dulzura. Pero, ¿realmente es para tanto? A continuación os lo contamos todo.

Y todo comenzó por la guerra nuclear

Una vez más, Bethesda trata de echar toda la carne en el asador para forjar la historia de esta precuela de toda la saga. Tal y como os comentamos en nuestro artículo de impresiones antes de su lanzamiento, nos encontramos en el año 2076, coincidiendo además con el tercer centenario de Vault-Tec. Los estragos de la Guerra Nuclear han dejado que la vida normal tal y como la conocemos del ser humano deje de ser viable y practicable. Y tras aprobar con éxito el examen de acceso, nos encontramos siendo uno de los habitantes del Refugio 76. Pasan los años, concretamente 30 años, y ahora estamos en el año 2106, donde una vez creado nuestro personaje, con la profundidad de personalización que caracteriza a la saga, nos despertamos tras la fiesta conmemorativa que precede a lo que Vault-Tec llama la Recuperación, donde tras hacernos con unos cuantos pertrechos, materiales y enseres, además de nuestro Pip-Boy 2000, salimos del Refugio 76 para cumplir nuestra tarea.

Una vez puestos en contexto, pasamos a desglosar todos los elementos de Fallout 76. Es importante no dar nada por sentado desde el principio, eso incluye el funcionamiento de la propia franquicia. Su ambientación es uno de los pilares de la saga y el valor más incontestable que esta entrega tiene y pone sobre la mesa. Fallout 76 es un título de supervivencia, un mundo donde una guerra terrible lo ha puesto todo patas arriba y los recursos que hay son escasos a la par que valiosos. En esta entrega se sigue al dedillo esta premisa, y lo hace con una gran solvencia, este pequeño pedazo de West Virginia, que la catástrofe ha bautizado como Appalachia, vuelve a conformarse como un festival de mugre y rascacielos derruidos hasta sus propios cimientos, en los que como es de antojar a lo largo de todas las entregas de la saga, apetece perderse, ya que nunca se sabe lo que puedes encontrar en cualquier rincón. Explorar al completo, ya sea solos o en compañía casi llega a justificar el sinnúmero de baches que encontramos a lo largo del camino.

No obstante, todos esos escollos por el camino no son los famosos bugs y errores en las misiones, texturas y comportamientos de los personajes (algo que ya casi es característico de la saga debido a la envergadura del proyecto y la cantidad de parámetros a manejar). Fallout 76 es un título rocoso pero que en la base de su diseño radica un elemento que le resta mucho a la experiencia de juego, una obsesión por el estudio de ponernos constantemente amenazados y en situaciones límite.

Esto es así debido a nuestro personaje, que más bien se definiría bajo la expresión de humor española conocida como “tener un hijo tonto”. Nuestro personaje tiene las necesidades básicas que tiene un ser humano normal: comer, beber, dormir, mantener controlada la radiación y tener cuidado de no enfermar por el hecho de tener que alimentarnos con cualquier cosa por no morir de hambre o de sed.

Esto se combate con la misma tónica de siempre, saquear y aporrear el botón para saquear hasta que borramos el dibujo de nuestro mando en cualquier rincón donde entremos, es cierto que hay algunos elementos realistas, como hervir el agua para beberla y no intoxicarnos es un punto muy fuerte y que le suma realismo a la ambientación, y la escasez de suministros en nuestros bolsillos es una escusa más para hacer un alto en el camino, desviarnos a una gasolinera abandonada o un colegio en ruinas y hacernos con todo lo que entre en nuestra mochila. No obstante, esta necesidad abrumadora de alimentarse en Fallout 76 y no saltarse una comida no encaja del todo con los supuestos estándares exigentes para formar parte del programa de Vault-tec, no está de más de vez en cuando saltarse una comida, sobre todo cuando la situación apremia y una tormenta radiactiva o un ataque súbito de una horda de enemigos nos pone con la soga al cuello. De aquí es por lo que mencionamos el término o frase española mencionada en el párrafo anterior.

Ahora bien, puestos ya directamente gameplay, y sobre todo el juego cooperativo/competitivo, que es la principal baza fuerte de esta entrega, Fallout 76 consigue de nuevo la diversión que caracteriza a la saga. Podemos invertir en habilidades que nos permitan aprovechar mejor los recursos, esto se consigue a través de las cartas de habilidad, un sistema profundo, ágil y divertido donde dejarlo todo a nuestro gusto no cuesta más que unos pocos segundos, ya que la acción no se pausa, porque como os hemos mencionado estamos ante un título online.

No todo es para siempre

Puestos a sumar, tenemos en Fallout 76 que todo nuestro equipamiento necesita, no de cuidados, sino de repuestos. Todo nuestro equipamiento se desgasta, nuestras armas se rompen, nuestra armadura deja de ofrecer protección, etc… Pero para ello tenemos las mesas o bancos de trabajo que nos permiten reparar los desperfectos, o fabricarnos nuevas armas y armaduras, donde todos esos recursos que hemos encontrado en Appalachia los podemos descomponer en materiales simples o básicos para así usarlos en fabricarnos nuestras propias creaciones, y también nuestra propia mini fortaleza, gracias al C.A.M.P. una herramienta que nos permite ir con la casa a cuestas, donde si la hemos dejado en algún sitio, simplemente podemos invertir un poco de dinero que hayamos conseguido en nuestra aventura y reposicionar todos nuestros bancos de trabajo y nuestro pequeño refugio portátil. Un sistema que nos recuerda directamente a Fallout 4, si no prácticamente es el mismo concepto llevado a cabo en esta entrega. No obstante, y como no podía ser de otra forma, es la edificación de forma cooperativa la que es el verdadero punto fuerte, es un título que pide a gritos la ayuda entre otros supervivientes, una característica que es de verdadera mención.

Puesto todo esto en liza, nos encontramos ya combatiendo contra cantidad de enemigos para conseguir más botín, Fallout 76 se consolida como un juego de disparos donde matar y lotear es la mecánica principal en su jugabilidad, donde poco más tiene que ofrecer. Jugar con amigos es divertido, pero si somos aquellos supervivientes solitarios, encontrarnos con gente desconocida, y dada las mecánicas pensadas para comunicarnos sin decir una sola palabra, generalmente implica tener una mayor potencia de fuego para entrar en esa casa atestada de enemigos y poco más.

Aun así, tener un grupo de amigos con el que jugamos a la vez, aunque estemos en grupo o con un personaje creado específicamente para jugar en grupo, no plasma ninguna sensación de progresión en equipo, es decir, si estamos en una misión donde hay que conseguir 10 elementos de los enemigos de la zona, el progreso no se comparte, lo que implica que cada miembro del equipo tendrá que saquear esos 10 elementos en cuestión para continuar con el progreso, un punto negativo que le resta mucho a esa supuesta cooperatividad donde sobrevivir en equipo se antoja más importante que ser un llanero solitario. Ahora bien, el tema que más reparo nos daba a nosotros era el PvP, un punto que Bethesda ha querido tener bien atado para evitar esos posibles desequilibrios que se dan cuando se cruzan dos jugadores, uno muy avanzado, y otro que está comenzando a jugar, una mecánica que cumple en muy buena manera pero que es algo casi simbólico.

Apartado Técnico

Ante la ausencia de una historia realmente aprovechable, nuestros paseos en Fallout 76 se antojan monónotos, una monotonía que también se rompe por motivos equivocados, con una textura o un cadáver de un enemigo que tiembla o se pone a bailar en los momentos menos idóneos, o porque un marcador de misión desaparece mágicamente o un objetivo importante se convierte en un amasijo de polígonos irreconocibles donde sabemos que es un personaje importante porque al pasar la mira, la interfaz nos indica su nombre, aunque en ocasiones estos errores hacen que el objetivo se haga invulnerable en los peores momentos posibles. El apartado gráfico, aunque en líneas generales es correcto, no es aquello que se prometió en su presentación en el E3 2018, estamos hablando de una colección de errores abultados, cuelgues inexplicables y errores en general que resultan totalmente inaceptables en un título final, ya existían en la B.E.T.A. y aunque tenían que haber llegado reparados en parte, nos encontramos con la misma cantidad de problemas, donde deja más que a las claras que bien le habrían hecho falta, al menos unos cuantos meses más de maduración. Es cierto que, como ya os comentamos anteriormente, en títulos de esta envergadura, quizá es algo que se suele disculpar, pero en esta ocasión se ha ido demasiado lejos. No obstante, la gran noticia tras los bugs es que tienen solución, pero en tónicas generales estamos ante un trabajo que lejos de tener toda el alma de la saga, parece que le falta gran parte de ella.

En lo sonoro, como todos los títulos de Bethesda, estamos ante un Fallout 76 que al igual que sus predecesores llega totalmente traducido y doblado al castellano, con una banda sonora que acompaña muy bien a ese concepto de recién salidos al mundo de los vivos tras el apocalipsis nuclear, heredando una ambientación, unas locuciones en las emisoras de radio y todo lo que caracteriza a la saga, que sigue estando ahí.

Conclusiones

Fallout 76 es, quizá, todo lo que no se esperaba de un título con tanto nombre por delante. Hemos de decir que tiene todos los elementos característicos de la saga, donde quizá eso es todo lo bueno que nos puede ofrecer el título. También hemos de decir que, para ser la entrega en un mundo recurrente en línea donde sobre todo la cooperatividad se pide a gritos, hay elementos que se interponen en nuestro camino para hacer de esa experiencia cooperativa quizá una escusa más para tener compañeros temporales, o directamente no tenerlos, donde por ejemplo tenemos un progreso de misiones que no se comparte aunque estamos en grupo con otros jugadores. No obstante, en tónicas generales, si eres fan de la saga el título te va a ofrecer todo aquello que buscas, donde todo lo positivo lo pone todo el peso de la saga, y lo no tan disfrutable es aquello con lo que hay que hacer las paces para que tengamos por delante toda la diversión que, esperamos, se vaya solucionando con más actualizaciones de contenido.

Hemos realizado la Review de Fallout 76 gracias a un código de descarga digital proporcionado por Bethesda España a través de Ziran PR.

Jugabilidad - 75%

Gráficos - 70%

Sonido - 70%

Historia - 65%

Multijugador - 65%

69%

Fallout 76 es, quizá, todo lo que no se esperaba de un título con tanto nombre por delante. Hemos de decir que tiene todos los elementos característicos de la saga, donde quizá eso es todo lo bueno que nos puede ofrecer el título. También hemos de decir que, para ser la entrega en un mundo recurrente en línea donde sobre todo la cooperatividad se pide a gritos, hay elementos que se interponen en nuestro camino para hacer de esa experiencia cooperativa quizá una escusa más para tener compañeros temporales, o directamente no tenerlos, donde por ejemplo tenemos un progreso de misiones que no se comparte aunque estamos en grupo con otros jugadores. No obstante, en tónicas generales, si eres fan de la saga el título te va a ofrecer todo aquello que buscas, donde todo lo positivo lo pone todo el peso de la saga, y lo no tan disfrutable es aquello con lo que hay que hacer las paces para que tengamos por delante toda la diversión que, esperamos, se vaya solucionando con más actualizaciones de contenido.

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