Si nos hacen un truco de magia, y luego buscamos su truco, por espectacular que sea perdemos ese algo que tiene la magia. Eso es lo que vamos a evitar que pase cuando leáis este análisis, un juego que vive de ese encanto, que tiene ese algo que no solemos ver en cualquier juego y que de contar más de la cuenta podríamos estropear todo lo que el juego tiene que transmitirnos. Y es que el juego en cuestión da que pensar mientras jugamos y al terminarlo, llegando a crear incluso cierta adicción por terminarlo. Por cierto, el título del juego es Fran Bow, y está desarrollado por un estudio sueco llamado Killmonday Games. Cuando un juego es una superproducción, decimos el nombre del estudio y listo, en donde incluimos ahí a un número de empleados sin darle protagonismo a nadie. Pero con Killmonday Games hacemos esa excepción que tanto nos suele gusta, y es que el estudio está formado por dos personas, que son Natalia Figueroa e Isak Martinson. Cada uno de ellos ha sabido bien hacer su trabajo, y es que Natalia se ha encargado del apartado visual, del que os hablaremos luego, y de una historia brillante, que también desmenuzaremos con cuidado y cariño, ya que nos ha parecido lo mejor del juego. En cambio, Isak también ha dejado huella en este juego, y es que ha sido quien se ha centrado en la programación del título y en el también espectacular apartado sonoro. Desde nuestra humilde web tenemos que decir que estas personas nos han dejado boquiabierto con el trabajo realizado, consiguiendo así una admiración profesional. Nos queda todo un análisis por delante, así que tomen asiento y lean estas líneas de un juego que nos ha sorprendido de una manera brutal.
ANÁLISIS
VERSIÓN DISPONIBLE
PC
VERSIÓN ANALIZADA
PC
DESARROLLADOR
KILLMONDAY GAMES
DISTRIBUIDOR
KILLMONDAY GAMES
VALORACIÓN
9
NUESTRA FORMA DE VALORAR LOS JUEGOS
La historia de por sí trae migas. Como hemos dicho, nos ha parecido una auténtica obra de arte y lo podemos calificar como lo mejor del juego. Somos Fran Bow, en la que vamos a destacar que Fran es una niña, y destacamos esto porque nosotros mismos pensábamos que Fran estaba atribuido a un nombre masculino, como es el caso de nuestro popular y campechano redactor Fran Calvo, y no es así. Aclaraciones aparte, Fran es una niña que tiene como mascota un gato, llamado Sr. Medianoche. Además de este gatito negro que será también un protagonista (y jugable en algunos momentos determinados) Fran tiene un padre, una madre y una tía. No nombraríamos esto si todo fuera normal, ya que aunque imaginamos que en su día tuvo abuela, especificamos lo de sus padres porque estos fallecen nada más comenzar el juego, y aquí es cuando empieza la pesadilla para nuestra protagonista a la que se le llega coger cariño y con la que sufriremos todas las adversidades del juego. ¿Y qué pasa con la tía? Solo podemos decir que algo pasa, y tiene cierto peso en la historia también. Hay un enemigo principal en la historia que se llama Remor, que no vamos a decir lo más mínimo de él, al igual que tampoco lo haremos de un amigo imaginario (o no) llamado Itward. Además de esto, os ponemos un poco en situación de lo que da que pensar en el juego. Todo esto son conjeturas y no para hacernos el interesante, sino porque realmente es como lo han querido hacer sus desarrolladores. Fran sufre al parecer, un trastorno cerebral, en donde se imagina cosas de las que nos paramos a hacer una pregunta que tiene una respuesta tan ambigua como imprecisa… ¿Qué es lo real de esta historia? ¿El mundo que nos hacen ver como real, o el mundo de otra dimensión que aparentemente es el que vemos por culpa de nuestra enfermedad? Como podréis ver, el juego toca de cierta manera el tema de la cordura, jugando así un poco con la mente de los jugadores. Por último, la historia está dividido en cinco capítulos que nos traslada de un lugar a otro totalmente diferenciados unos de otros.
Fran Bow es en una aventura gráfica de corte clásico en donde la combinación de todo tipo de objetos, la resolución de puzles y las conversaciones, son las mecánicas que nos acompañan a lo largo del juego. Como único punto negativo, y que aumentaría algo su dificultad, es que las conversaciones entre los demás personajes son lineales. Nos explicamos. En todas las conversaciones en las que nos dan la posibilidad de participar tenemos como única respuestas la opción “a” y la opción “b”. Ahora bien, si el personaje en cuestión nos va a dar una pista, explicar algo, o interactuar con él de una u otra manera, las opciones vendrán a ser prácticamente las mismas pero dicho de otra manera, por lo que queramos o no saber más, el juego nos obliga a seguir dicho diálogo. Esto facilita un poco la dificultad ya que evita, si tenemos una memoria más o menos decente, no tener que volver a hablas dos veces con el mismo personaje. En cambio, si el personaje es irrelevante en la historia y no va a aportar nada, las opciones pasan a ser una para seguir preguntando e informándonos como mera curiosidad, y otra despidiéndonos del personaje, cortando así la conversación.
Algo que también coge muchísimo peso en la historia son unas pastillas que nos dan casi al principio del juego, en un manicomio o psiquiátrico, juzguen ustedes mismos cuando lo jueguen y del que os aconsejamos que apuntéis la dirección por si una vez terminado el juego os hace falta ir a visitarlo en persona. Sin saber si es bueno o malo el tomar estas pastillas, resulta que las acabamos tomando, ya que es una vía rápida (y la única a decir verdad) de seguir avanzando en la aventura, ya que el efecto que nos producen es inmediato y se base en ver una realidad en un universo paralelo, y por consecuencia, nos trae más dudas de las que ya de por sí teníamos.
Del control poco tenemos que decir, ya que el al ser jugado únicamente mediante razón, la selección de objetos e interacción es tan buena como precisa.
Cabe a destacar que la dificultad del juego no es muy elevada. Los puzles serán fáciles si hemos sido jugadores habituales de este tipo de juego, y aunque hay un par de puzles con relativa complicación, encontraremos tarde o temprano la solución. Nosotros, en resolver todo el juego, leyendo todo lo que hay que leer, haciendo cosas no obligatorias pero recompensadas con logros y demás acciones en el juego, hemos tardado algo menos de diez horas. No es una duración estimada ni mucho menos, pero podríamos decir que estará en torno a ese tiempo de juego, un par de horas arriba, un par de horas abajo. Diez horas de plena tensión, intriga y preguntas sin responder que acaban siendo zanjadas salvo una, que si queréis saber cuál es, ya estáis comprando este juego.
Y hablemos por último del espectacular, porque es espectacular, apartado técnico del juego. Empezamos como de costumbre por la parte visual. Como ya hemos dicho, cinco capítulos, cinco zonas completamente distintas unas de otra, pero con esa esencia gore y oscura. Nosotros consideramos como error coger Fran Bow como juego de terror, porque no lo es a nuestra manera de verlo. En cambio, si nos dijeran que este título ha sido diseñado por Tim Burton, nos lo creemos y ni nos molestamos en buscarlo. Este título vive de una esencia oscura, de mucha tristeza y de dolor. Algo que vemos en cualquiera de los escenarios del juego, recreados con todo lujo de detalles aunque tenga ese toque que se le ha querido dar. Un diseño que cuesta creer que esté hecho únicamente por un estudio de dos personas.
Hablando del apartado sonoro lo resumimos antes de explicarlo. Brillante. Magnífico. Estupendo. Por consiguiente podemos decir que al igual que le ocurre al apartado visual, en lo sonoro han sabido usar de manera más que notoria las melodías, casi todas ellas de tristeza y suspense, y las pocas que hay de alegría, como la de Pianoladans, entre alguna que otra más.
NUESTRA OPINIÓN FINAL
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Y acabamos ya el análisis de Fran Bow, un juego que como bien habéis visto si habéis visto la nota y leído el análisis, nos ha encantado. Un juego redondo, que destacamos numerosas virtudes y admiramos cómo ha sido posible tener un resultado de tanta calidad habiendo trabajado únicamente dos personas. Chapeau por Natalia Figueroa e Isak Martinson. Un juego que toca esa membrana de nuestra mente que nos hace pensar en qué de cierto tiene el juego y qué no. Con un final que dependiendo de quién lo juegue, pensará una cosa u otra. Y eso, ha ganado muchos puntos. Jugar a Fran Bow es obligatorio, pero no es aconsejable para todo el mundo. Hay que saber coger este juego como se merece. De una forma especial y distinta que a otro tipo de juegos.
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