ANÁLISIS: God of Rock

Entre el ritmo y las tortas

La combinación de música y videojuegos siempre ha sido un tema recurrente en la industria del entretenimiento. Desde los clásicos juegos de baile hasta los más recientes títulos que utilizan la realidad virtual, los desarrolladores han explorado muchas maneras de unir ambos mundos. A pesar de esto, los juegos de ritmo-luchador todavía son bastante escasos, y aunque hemos visto algunos ejemplos en el pasado, parece que hay mucho espacio para la innovación en este género. Quizás algún desarrollador se anime a dar el salto y sorprendernos con una experiencia única y refrescante.

Por ello tengo que volver a destacar al estudio de desarrollo detrás de este God of Rock, Modus Studios. Ya más que conocido por sus títulos innovadores y poco convencionales. Con una amplia experiencia en la creación de juegos que desafían las convenciones y ofrecen experiencias únicas, por la que ha optado por este enfoque tan original para este género.

God of Rock es un juego de lucha rítmica en 2D que ofrece una experiencia única. Apartado a un lado y dejando en segundo lugar la dependencia de combos y listas de movimientos, Y centrándose en seguir el ritmo de la pista generada para infligir daño a tu oponente y bloquear sus ataques, de entre una serie de personajes de un elenco variado, que montan enfrentamientos uno contra uno contra otro personajes. Todo ello con una clara premisa, vencer la pista rítmica. Todo ello bajo un juego rápido y exigente, que te obliga a estar completamente enfocado en las notas que aparecen en tu pista. Si te distraes, perderás notas, recibirás daño y perderás combos. Y aunque la premisa es única, para mí el juego pierde ese encanto competitivo ya que nunca tienes realmente la oportunidad de planificar por adelantado o estudiar la situación en la que tú y tu oponente se encuentran, lo que puede resultar frustrante.

El juego tiene un ritmazo y propuesta interesante, pero que presenta un problema claro que dificulta la experiencia de juego. Este problema en cuestión es la dificultad de atender y prestar atención a todo lo que aparece en la pantalla que no sea la pista de notas. Y aunque podamos mirar durante segundos a otros elementos, estos momentos son escasos y solo se utilizan para realizar ataques especiales predefinidos. Por lo tanto, se pierde la oportunidad de apreciar y darle sentido a lo que sucede en pantalla, lo que hace que la experiencia sea menos inmersiva y satisfactoria.

En cuanto a sus mecánicas, deciros que es un juego que presenta una curva de aprendizaje muy amigable para los jugadores novatos. Unas mecánica de juego sencillas que se basan en el uso de cuatro botones principales del control, lo que lo hace muy accesible para cualquier persona que quiera probarlo por primera vez. A lo que se le une una serie combos requieren algunos movimientos adicionales, pero en general, el juego se puede dominar con facilidad.

Así que el control de God of Rock es muy intuitivo y fácil de usar. Los cuatro botones principales del control se corresponden con las cuatro notas de la guitarra: verde, rojo, amarillo y azul. Al igual que en otros juegos de ritmo, los jugadores deben presionar los botones en el momento adecuado para tocar las notas y mantener el ritmo. Los controles también incluyen una palanca analógica, la cruceta y los gatillos, que se utilizan para realizar los movimientos especiales y los combos más complejos. Sorprendiendo como el juego ofrece una gran variedad de movimientos y combos de gran potencial, que los jugadores pueden utilizar para ganar los enfrentamientos.

En cuanto al nivel de dificultad, a medida que avanzamos en este, el desafío también se incrementa. Complicando las canciones, el potencial de los jugadores, y la velocidad de los ritmos se acelera a medida que los enfrentamientos duran más tiempo. Así que iros preparando para entrar con rapidez al juego, pero ver como la cosa se complica a marchas forzadas, ya que llegará un momento que los dedos no os den para más.

Es curioso como se ha incluido una docena de personajes. Cada uno representando una cultura y género musical diferente, lo que le da una sensación diversa al elenco. Teniendo además su propio conjunto de ataques de combo, lo que hace que sea emocionante experimentar con diferentes personajes y encontrar el que mejor se adapte a tu estilo de juego. Pero por desgracia, a pesar de tener personajes únicos, todos se ven iguales en rendimiento durante el juego.

Por último quiero deciros que posee una correcta lista de modos de juego disponibles, un modo historia parece más un conjunto de partidos arcade consecutivos que una verdadera narrativa. A ello se le une un multijugador local y en línea, un modo entrenamiento, y un editor de niveles para que los jugadores puedan crear sus propias pistas. Y que terminan por darnos muchas horas de juego si le cogemos el tiento a esta experiencia.

APARTADO TÉCNICO GRÁFICO

El apartado gráfico, God of Rock ofrece una estética llamativa y colorida que se adapta muy bien al género musical que representa. Los personajes están diseñados con mucho estilo y cada uno tiene su propia personalidad y estilo, lo que hace que la elección de personaje sea muy llamativa por lo cercano a ciertos mitos musicales. Además, tengo que destacar el buen trabajo que se ha realizado con los efectos visuales que acompañan a los ataques y movimientos especiales, realmente muy vistosos y atractivos. Aunque pueden crear el caos desde el punto de vista jugable.

SONIDO

En cuanto al apartado sonoro, God of Rock tiene un gran potencial debido al género musical que representa. Las canciones son una selección interesante de distintos géneros, desde rock clásico hasta música electrónica, que pueden apelar a diferentes gustos. Además, cada personaje tiene su propia canción de introducción y temática musical, lo que le da más personalidad al personaje.

Eso sí tiene un error que me hace que el sonido no me encaje, y esto se debe a la dichosa mezcla entre combate y música, y si bien el enfoque principal es el juego de ritmo, la música se reproduce a un volumen bastante bajo en comparación con los efectos de sonido de los ataques y movimientos especiales. Esto puede ser un problema para aquellos que quieran disfrutar plenamente de la música.