Quisimos ser positivos cuando jugamos a la BETA de Homefront: The Revolution, pero nos equivocamos. Pensábamos que era el contenido de la BETA lo que estaba algo capado, pero resulta que lo que de verdad lo estaba, y está, es el juego realmente. No dicta mucha la diferencia entre esa fase BETA y esta GOLD que estamos analizando. Y es una pena.
Estábamos tranquilos porque pensábamos, y de hecho estábamos confiados, que no era posible que Crytek y Deep Silver hiciera un mal juego. Y así os lo intentamos transmitir a vosotros también. Homefront: The Revolution es un juego que tiene cierto renombre, que ha contado con ciertas campañas de publicidad y que no hace falta ser un experto en el mundo de los videojuegos para conocer, o al menos que nos suene, el hombre de Homefront. Un juego que ya salió en la generación de consolas anterior y que, sin sobresalir en nada, cumplía con lo ofrecido y tenía más de un punto interesante. Años más tardes, con un trabajo lleno de trabas y agravantes, nos llega Homefront: The Revolution con un acabado un tanto cuestionable y que nos ha resultado muy poco. Demasiado, para lo que prometía y se esperaba.
ANÁLISIS
VERSIÓN DISPONIBLE
PC, PS4, XONE
VERSIÓN ANALIZADA
PS4
DESARROLLADOR
DAMBUSTER STUDIOS
DISTRIBUIDOR
DEEP SILVER
VALORACIÓN
5,5
NUESTRA FORMA DE VALORAR LOS JUEGOS
Por suerte no todo lo que vemos ni experimentamos en Homefront: The Revolution es malo. La historia nos ha gustado, no es brillante, y la forma de narrarla es aceptable para el tipo de juego en el que estamos. Y os ponemos en situación. Viajamos a Filadelfia (o Philadelphia para quienes no le gusten traducir los nombres), al año 2.029 y es en esta ciudad de los Estados Unidos de América donde Korea del Norte viene a hacerle una visita a los americanos, ya que estos últimos se niegan a pagar a los koreanos el dinero que le deben por las armas creadas en el país asiático. Hay entonces que distinguir entre los bandos que dominan la ciudad en la que se desarrolla el videojuego, es decir, los propios koreanos y la población norteamericana sumisa que ni pincha ni corta. La tercera y última parte a distinguir en este juego, la parte de la resistencia, es decir, nosotros.
Un shooter centrado en la historia como se supone que es ha lo que estaba destinado este Homefront: The Revolution debe ser lineal. Con escenarios más o menos grandes, pero lineal. Objetivos que estarán en un radio relativamente cercano, no necesariamente de fácil accesibilidad. Pero en Homefront: The Revolution se ha optado por un sandbox. No es gigante, gracias a dios, pero sí es demasiado grande para el enfoque que ha tenido esta entrega. Pese a ello se ofrecen algunos vehículos con un control que bueno, luego especificaremos mejor, pero que como habréis deducido no es muy bueno.
Este mundo relativamente abierto deberíamos explorarlo y recorrerlo lo mejor posible para poder ir recogiendo objetos. Cualquier esquina, cualquier caja… Mirad todo ya que esto es una de las cosas que consideramos que sí han sido trabajadas un poco más.
Mezclar el sigilo con la acción es una fórmula tan usada en este mundillo como buena. Y Homefront: The Revolution ha tenido la buena idea, porque a nosotros así nos parece, de hacer esta mezcla, pero la mala suerte en cambio de que se refleje un poco de manera caótica. Hacer algo con sigilo, cualquier zona, por chica que sea, sin importar el número de enemigos que sea la parte dominante, o tengamos los recursos que tengamos en el momento determinado, es imposible. !Y también influye poco la dificultad en este aspecto! La parte de acción en cambio, qué menos que llevarla bien a cabo, las cosas como son.
Vamos a hacer una especia de paréntesis para indicar lo que vamos a poner a continuación ya que queremos que esto quede claro ya que es una de las cosas buenas que tiene el juego y no queremos que pase desapercibido. Este punto no es otro que posiblemente, gracias a Homefront: The Revolution estemos ante uno de los juegos más bélicos de la actual generación y que, dependiendo de la cantidad, lo seguirá estando a lo largo de toda la generación. Una verdadera lástima que no esté tan solo un poco más pulido para que lo podamos recomendar a un amigo que nos pida un juego de estas características ya que, difícilmente un amigo habrá jugado a Homefront: The Revolution, y si lo ha hecho se le vendrán antes otros títulos.
Seguimos con un combo de buenas cosas de este Homefront. Su arsenal. Un arsenal tan bueno como bien introducido en el juego. Desde el primer momento, para intentar conseguir, y lo logra, llamar la atención del jugador. Lo particular de este arsenal es la modificación de las armas, ya que bien es verdad que a simple vista el sistema circular de selección de armas es casita. Un problema inexistente cuando nos explican desde el primer momento como funciona. Como bien sabréis, y si no lo sabéis os lo explicamos. Las armas están fabricadas (hablamos tanto de la vida real como de Homefront: The Revolution) por piezas. Pues ahora bien, la empuñadura de, por ejemplo, una pistola, puede valer también para un rifle de asalto. Y con los objetos necesarios ya, como mirillas, silenciadores, etcétera, podremos ir transformando en un santiamén un arma en otra. Algo que sinceramente, nos ha gustado.
Otra mecánica de juego secundaria y con la finalidad de buscar y ampliar los recursos de nuestro personaje, es la de expandirnos y dominar las diferentes zonas. Para ello debemos usar a nuestro favor la tecnología, recompensar a ciertos ciudadanos en concreto de la ciudad y matar al líder de la zona en la que estemos, algo que no será demasiado fácil.
Y ahora es turno de hablar del control del juego. Primero, el movimiento de nuestro personaje. Un poco bruscos, sobre todo en las subidas, y en el giro. Esto último nada que no se pueda solucionar con los ajustes de por medio y con un poco de práctica jugando. Por otro lado, tenemos el control en las zonas de disparos en la que sí somos jugadores novatos en este tipo de juegos, la precisión será todo un desafío. Juguemos al nivel que juguemos. Y ya por último, control en los diferentes vehículos. Muy bruscos, más que con el control del personaje a causa de la mayor velocidad, y con falta de una precisión exquisita.
La inteligencia artificial de nuestros enemigos, pues no nos equivocaríamos si decimos que eso es lo peor. Acciones sin sentidos, movimientos ilógicos, no atacan… La mayor asignatura pendiente de este Homefront.
Debido a esta escasa IA, lo que le salva al menos es ese modo multijugador en red para poder jugar con los amigos. Nuevas alternativas, objetivos, personajes con sus habilidades como pudimos ver en la BETA, y un apartado que recomendamos jugar porque se hace así más ameno.
Antes de poner punto y final con este análisis, vamos a hablar del apartado técnico del juego. Hablando primero del apartado gráficos, estamos ante un juego que podría correr en las consolas de la antigua generación, PlayStation 3 y Xbox 360. Sí es verdad que hay elementos realmente hechos con mayor mimo, pero las texturas, las bajadas de frame en algunas ocasiones y, lo que más nos ha sorprendido, que al guardar la partida automáticamente, se congele la imagen durante unos segundos. Hemos tenido la oportunidad de jugar a la versión de PlayStation 4 y a decir verdad, no estamos ante un problema de consolas, ya que esto es algo que ocurre. Esta vez, las consolas se salvan en este sentido tan criticado a veces por los “pceros”. Un apartado visual irregular, con pocos detalles, y que se queda muy por debajo de la calidad de juegos de esta generación y no muy por encima de los de la anterior generación.
NUESTRA OPINIÓN FINAL
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Terminamos este análisis con un mal sabor de boca ya que esperábamos más. Se esperaba más de este Homefront: The Revolution y no ha sido lo esperado por culpa de un desarrollo con cambios de estudios, retrasos y una dedicación que no es la que merecían. Adelantamos que pese a todo lo leído, Homefront: The Revolution no es para nada un juego injugable, ni tampoco vamos a amargarnos si lo jugamos, pero sí que es verdad que no es ni recomendable ni tampoco disfrutable como al menos nos gustaría.
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