En el entorno del videojuego como en el mundo globalizado que vivimos, acuñar expresiones anglosajonas para definir según qué cosas es una de las prácticas más habituales. Ya sea para definir un género, el estatus de una desarrolladora, referirnos a una acción durante el juego o incluso etiquetar al propio producto en cuestión, adoptamos directamente expresiones de habla inglesa no recogidas en nuestro rico diccionario. En el caso que nos ocupa hay dos que destacarán por encima de todas: Sandbox y sleeper. La primera para “encasillar” el género de este Sombras de Mordor como un juego de mundo abierto con una gran variedad de acciones a llevar cabo, y el segundo para transmitir la sorpresa tan grata que nos hemos llevado ante la obra de Monolith.
Sombras de Mordor es sin duda el sleeper del año, a pesar de ser un juego que cuenta con un gran publisher guardando sus espaldas y una desarrolladora más que interesante. Pero lo cierto es que los juegos basados en licencias importantes tienden a ser productos lanzados por el mero hecho de arrastrar a los fans del producto original a dejarse los cuartos en algo normalmente mediocre y sin alma. Por suerte nos encontramos ante un juego redondo en casi todos sus aspectos y que además se permite el lujo de innovar en un género donde algunos de sus máximos exponentes ya han fijado unas bases de las que cuesta mucho salirse.
Warner Bros. Interactive tira en esta ocasión de una de sus licencias con más tirón entre el fandom, para esta vez sí, ofrecer un producto redondo con la peculiaridad de no basarse en ninguna de las obras originales de J.R.R. Tolkien y dejar rienda suelta a los guionistas, que han creado su propia historia enmarcada entre los acontecimientos de El Hobbit y El Señor de los anillos. Para el fan más rígido de la Tierra Media habrá más de una incoherencia argumental que despertará su ira pero lo cierto es que la historia creada funciona.
MITAD MONTARAZ, MITAD ELFO
La Tierra Media Sombras de Mordor nos pone en la piel de Talion, un montaraz encargado de vigilar la Puerta Negra donde las huestes de Sauron empiezan a desarrollar sus maquiavélicos planes que veremos más adelante en ESDLA. Entre esos planes a corto plazo incluye librarse de todos aquellos vigías, y a manos de una avanzada de orcos y uruks, Talion y su familia son brutalmente asesinados. En un giro inesperado y poco habitual en el universo de Tolkien, nuestro protagonista volverá compartiendo cuerpo con el espectro de un elfo. Este amnésico personaje con el que compartiremos venganza no es otro que Celebrimbor, el elfo forjador engañado por Sauron durante los acontecimientos de El Silmarillion. Juntos y aprovechando las virtudes de cada uno, deberemos llevar a cabo la venganza de Talion y recuperar los recuerdos de Celebrimbor.
Esta dualidad provoca uno de los primeros encantos jugables del título, combinando tanto la habilidad con la espada y la daga del montaraz como la del elfo con el arco. Además de proporcionarnos la posibilidad con solo apretar un botón (L1) de controlar a cualquiera de los dos personajes, pasando del mundo humano de Talion al plano espectral de Celebrimbor, que nos permitirá descubrir enemigos, coleccionables o ejecutar una suerte de tiempo bala. Esta alteración nos recordará y mucho al modo detective de la saga Batman Arkham o la vista de águila de Assassin Creed, dos títulos de los que como veremos bebe constantemente.
Sombras de Mordor es una ensalada perfecta que ha sabido combinar con cierta maestría algunos de los ingredientes más destacables de los dos títulos mencionados anteriormente, incluso de alguno más. De esta forma el modo de desplazarse de Talion nos recuerda al de los asesinos de la saga de Ubisoft, incluso haciendo suyas algunas de las torpezas habituales; el combate para nuestra satisfacción lo hereda de los juegos de Rocksteady: un botón de acción, otro de contra, esquive y aturdir, todo con unas coreografías precisas y preciosas esta vez aderezado con ejecuciones de lo más sangrientas; y como última referencia adopta la caza de Red Dead Redemption aunque solo a modo de misiones muy básicas y dirigidas al público que más guste de exprimir a fondo la propuesta.
A este plato fresco le sumamos un extenso árbol de habilidades que diferenciará muy claramente entre las propias de Talion y las de Celebrimbor, las cuales iremos desbloqueando mediante el Mirian (la moneda del juego) que obtendremos realizando tanto las 20 misiones principales como la multitud de secundarias que se nos propone. Misiones bastante típicas del género: ir de un punto A al punto B, usar el sigilo, asesinar x enemigos, rescatar prisioneros, etc., pero que a diferencia de otros títulos no llegan a cansar sobre todo porque entre medias nos encontraremos con el gran acierto del juego: el sistema Némesis.
SI YO TUVIERA UN EJERCITO ORCO…
Sombras de Mordor si por algo destaca, además de por saber combinar todos los aspectos mencionados, es por innovar y para ello nos descubre el sistema Nemésis, del cual auguro veremos a partir de ahora diferentes versiones en posteriores títulos del género. Para ponernos en situación, el ejército orco se divide en jerarquías: Capitán, Guardaespaldas y Caudillo, siendo este último el rango superior. Dentro de estos escalones habrá disputas entre los diferentes orcos por hacerse con el puesto del otro, las cuales podemos aprovechar para debilitar el ejército o infiltrar a un orco dominado por nosotros cuando adquiramos el poder para ello.
Básicamente nuestra meta es llegar a dominar a todo el ejército para poder enfrentarnos al Señor Oscuro. Para ello deberemos ir derrotando a los orcos que lo conforman bien mediante misiones principales o con encuentros fortuitos durante nuestro discurrir por el mapa. El enfrentarnos a uno de estos orcos y tener éxito dependerá mucho de nuestra estrategia, para ello es recomendable recabar información sobre las debilidades de cada uno de ellos mediante interrogatorios a ciertos orcos que se identifican de color verde al usar la visión del espectro. Aprovechando estas debilidades seremos más contundentes en nuestro combate con estos jefes, pero la cantidad de orcos que les rodean también dificultarán nuestro objetivo, por lo que es recomendable tratar de alejarlo de ellos. Por tanto, plantear el combate antes de llevarlo a cabo siempre es recomendable y un ejercicio bastante interesante de realizar. Tenemos que tener en cuenta que si somos derrotados por este enemigo subirá de nivel, así como escalará posiciones dentro de la jerarquía del ejército y cuando nos lo volvamos a encontrar nos recordará y se mofará de nosotros. De la misma forma si durante un combate con uno de estos jefes este huye, la próxima vez que nos encontremos nos temerá y será un rival más sencillo de batir.
Lo que en las primeras tomas de contacto parece un combate muy costoso de llevar a cabo, conforme vayamos desbloqueando nuevas habilidades nos daremos cuenta de que los orcos de menor rango no serán un rival costoso. Salvo por el número elevado de enemigos que se aglutinen en el combate, la mayor dificultad viene con los caudillos cuyas debilidades hay que aprovechar muy bien. Muy avanzado el juego seremos capaces de dominar a los orcos y que luchen a nuestro favor, lo cual hará de este ejercicio casi un paseo, pero para ello habremos muerto las suficientes veces como para valorar todo este esfuerzo.
A pesar de que el juego no cuenta con ninguna opción multijugador, si incluye un sistema por el cual si un amigo de nuestra lista de PSN que juegue a Sombras de Mordor es derrotado por un orco del ejército se nos propondrá una misión que consistirá en vengar la muerte de nuestro amigo. Una forma más de picarnos a derrotar a estos orcos de rango superior.
A LOMOS DE LA BESTIA
Como todo sandbox que se precie, en Sombras de Mordor no puede faltar algo similar a lo que sería en GTA la conducción de vehículos. Evidentemente en Mordor no disponemos de tales pero si podemos dominar a un par de bestias con las que circular de la forma más poderosa posible por las tierras áridas de la Tierra Media. Estas bestias son los caragors y los graug, el primero una especie parecida a los guargos que ya vimos en las películas de Peter Jackson, y con los cuales podremos despedazar a nuestros enemigos e ir de una parte a otra del escenario a grandes velociades. Los graug por el contrario son unas bestias enormes que no conseguiremos dominar hasta bien avanzada la historia, bastante lentas pero demoledoras en sus ataques.
Además de esta forma de viajar y luchar también dispondremos de las Torres de forja, algo muy similar a las atalayas de Assassin Creed que deberemos ir desbloqueando por el mapa. Para localizarlas además de visualizarlas en el hud deberemos usar la visión del espectro para que se descubran ante nosotros. Estas torres nos desbloquean gran parte de los coleccionables de la zona que dominan y nos permiten el viaje rápido entre ellas.
MORDOR, MAL SITIO PARA IR DE VACACIONES
Si bien tanto en los libros de Tolkien como en el universo fílmico de Jackson hemos descubierto gran variedad de lugares de la Tierra Media, el juego se encuadra solo en Mordor y como podéis imaginar no es la parte más exótica ni bella de este mundo. Por ello el juego puede parecer en cierto modo feo por momentos, con escenarios poco inspirados incluso y lo que sí es cierto con una repetitividad de zonas semejantes entre sí. Pero es culpa más del lugar donde se encuadra que un defecto gráfico, si bien no es un apartado que pueda llegar a deslumbrarnos, tiene sus apuntes interesantes. Tal vez el hecho de ser un juego transgeneracional le pese un poco, pero lo cierto es que en PlayStation 4 luce lo suficientemente bien como para justificar su compra.
Efectos como los cambios climáticos o ciclo día/noche que podremos alterar en las torres de forja a nuestro beneficio, dotan al juego de un apartado gráfico más que notable. Aun así algunas expresiones quedan por detrás de los visto en juegos como Infamous Second Son o incluso el propio The Last of Us. Si bien el mapa no es suficientemente extenso y en poco tiempo lo habremos recorrido por completo, llegados a cierto punto de la historia se nos abrirá una nueva zona igual de amplia que la anterior pero con una nueva variedad de escenarios bastante más vistosos que los iniciales.
A destacar sobre todo el modelado de algún personaje conocido de la saga como Gollum, que además contará con el doblaje de las películas, así como los momentos en que usemos la visión del espectro, que nos recordarán al modo en que Peter Jackson recreaba las visiones de Frodo o Bilbo al ponerse el Anillo.
Se incluye el ya famoso Modo Foto de PlayStation 4 que hará las delicias de más de uno para capturar los momentos de decapitaciones y de paso da un poco de publicidad gratuita al título mientras las compartimos con nuestros amigos.
A nivel sonoro cumple a la perfección, como todo juego con estos valores de producción cuenta con un doblaje de calidad al castellano donde reconoceremos voces familiares de televisión y cine o incluso otros juegos. Los efectos de desmembramiento y casquería están muy logrados, y se vuelve a hacer uso del altavoz del DualShock 4 para efectos como pisar la hierba, las voces del espectro, etc.
CONCLUSIÓN
Sombras de Mordor es una de las grandes sorpresas del año, un sandbox que en esencia recoge lo mejor de varios títulos del género y que además innova con el sistema Némesis, que hará que en un futuro hablemos de juegos “a lo Sombras de Mordor”. Con una historia que por momentos se vuelve bastante interesante, pero que a más de un fan de Tolkien podrá parecer una herejía a la obra del autor, nos ofrece una buena cantidad de horas de bastante calidad. Un título muy recomendable tanto para el fan de La Tierra Media como para el que gusta de una buena aventura de acción con tintes épicos.
Un juego que recuerda mucho a la sorpresa que nos llevamos en la anterior generación con Batman Arkham Asylum y que a buen seguro tendrá su recorrido, ya sea en forma de saga o en el sello que deje en otras, en lo que resta de generación.
En el entorno del videojuego como en el mundo globalizado que vivimos, acuñar expresiones anglosajonas para definir según qué cosas es una de las prácticas más habituales. Ya sea para definir un género, el estatus de una desarrolladora, referirnos a una acción durante el juego o incluso etiquetar al propio producto en cuestión, adoptamos directamente expresiones de habla inglesa no recogidas en nuestro rico diccionario. En el caso que nos ocupa hay dos que destacarán por encima de todas: Sandbox y sleeper. La primera para “encasillar” el género de este Sombras de Mordor como un juego de mundo abierto con…Puntuación
Gráficos - 85%
Jugabilidad - 93%
Sonido - 92%
9090%
Resumen: Sombras de Mordor es una de las grandes sorpresas del año, un sandbox que en esencia recoge lo mejor de varios títulos del género y que además innova con el sistema Némesis que hará que un futuro hablemos de juegos “a lo Sombras de Mordor”. Con una historia que por momentos se vuelve bastante interesante pero que a más de un fan de Tolkien podrá parecer una herejía a la obra del autor, nos ofrece una buena cantidad de horas de bastante calidad. Un título muy recomendable tanto para el fan de La Tierra Media como para el que gusta de una buena aventura de acción con tintes épicos. Un juego que recuerda mucho a la sorpresa que nos llevamos en la anterior generación con Batman Arkham Asylum y que a buen seguro tendrá su recorrido, ya sea en forma de saga o en el sello que deje en otras, en lo que resta de generación.
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