Podríamos decir que una vez en la vida es cuando podemos ver los mejores hitos de la naturaleza: escalar el pico más alto del mundo, presenciar las auroras, el paso del cometa Halley, pero pocas veces hemos encontrado en los videojuegos historias irrepetibles, de esas que llegan al corazón, y que además demuestran que no hay que tener un alto presupuesto para presentar un título que sobrepase las expectativas generadas. Si este año ya hemos podido disfrutar de Rime, hoy vamos a hablar de otro de esos títulos que, con cero diálogos, son capaces de evocar los más tiernos sentimientos y decir tanto con tan poco. The Last Day of June es uno de los proyectos para este año de 505 Games junto con Ovosónico que nos presenta en estado puro ese concepto de incertidumbre de: “Y si…..”.
En LivingPlaystation hemos podido jugar por completo el título, vivir su historia de cerca, y conocer las vivencias del pequeño pueblecito que protagoniza Last Day of June, el cual nos narra el último día de vida de una de sus habitantes. En esa ocasión, al ser un título que por su duración y por la importancia que tiene la trama que se desarrolla, no vamos a traer videoanálisis, porque consideramos que la historia del título merece la pena ser jugada, o mejor hemos de decir, vivida.
Una historia de amor, pérdida y resignación
Ovosónico nos presenta en The Last Day of June a Carl y June, un matrimonio de un pequeño pueblecito al lado de un lago que se encuentra en el muelle de éste celebrando algo, ya que June le da a Carl un regalo, no sabemos si es de cumpleaños, de aniversario, o simplemente porque June prefiere hacerle un regalo a su querido esposo, es algo que no se presenta de forma clara en la historia, y cada mente puede llegar a una conclusión diferente, de igual manera, aunque es un hecho central de la historia, el motivo no es relevante. Desgraciadamente, cuando el día se está terminando, la noche se abre paso con una tormenta, y es en el ocaso de este día cuando ocurre una tragedia, la cual tampoco es que sea muy difícil adivinar, dado el nombre del título de juego. Carl tiene que continuar su vida lejos de su esposa, que pierde la vida, pero en medio de su oscura y gris soledad se le presenta la oportunidad de revivir y cambiar los hechos que terminan de forma tan desagradable para su esposa y pintora.
A través de los cuadros de los retratos de los pueblerinos pintados por June, donde tenemos a un joven niño, la mejor amiga de Carl, el cazador y el abuelo, podemos recordar con dolor qué paso para que todo termine como terminó, e incluso podemos cambiar lo ocurrido para tratar de evitar que June muera. Un claro desafío a toda esa teoría del caos y el aleteo de una mariposa, y de si cualquier pequeño cambio pudiera haber servido para que las cosas no se desarrollaran como han sido, sino como verdaderamente hubiéramos preferido que pasaran. Y es que, ¿quién no hubiera querido dar un paso atrás para cambiar algo?. Esta es una de las preguntas que nos planteamos jugando The Last Day of June, y encarnando a Carl, protagonista de la historia, vamos a ser testigos de su esperanza y su continua frustración para cambiarlo todo.
Abordando de forma directa la jugabilidad del título de Ovosónico, el estudio ha implementado un sistema jugable muy sencillo, donde nada más que tenemos que disfrutar del paisaje que tenemos alrededor y sólo teniendo que hacer uso del botón X para realizar las acciones. Incluso, gracias a los puzzles que se desarrollan en el transcurso de los sucesos para cambiar la historia, hemos de hacer uso de algo de backtracking para poder reunir un total de 20 coleccionables repartidos por todo el pueblo y que tendremos que recoger con cierto habitante del pueblo mientras recordamos su día, y que nos permitirá además conocer la historia de cada personaje, qué fue de ellos en el pasado, y qué es lo que les mueve a actuar de una u otra manera a lo largo del último día de la vida de June.
Y es que The Last Day of June no se trata sólo de cambiar los devenires de una sola persona para salvarla, ya que todas las acciones de cada miembro del pueblo, hasta de la propia June, son clave para tratar de evitar el trágico final del día. Incluso, puede que un cambio que hayamos hecho tengamos que modificarlo después de nuevo ya que puede volver a afectar de forma directa al final del día, a pesar de haberlo solucionado en una primera instancia. En general el título ofrece una jugabilidad muy directa, aunque se hubiera echado de menos que se hubiera implementado alguna mecánica más, pero donde se nota de lleno que el objetivo del estudio no es ofrecer un gameplay adictivo, sino centrarlo de lleno en la historia que tenemos por delante, la cual se puede completar del todo, incluido todos los logros, en unas 4 ó 5 horas.
Aunque puede que la historia parezca demasiado lineal, y a lo mejor a alguno no le guste el final, es una maravillosa experiencia que merece ser jugada, si se han jugado otros títulos como, por ejemplo, el que ya mencionamos antes de comenzar el análisis, el Rime de Tequila Works, The Last Day of June no va a dejaros indiferente.
Apartado técnico
Como ya mencionamos, el propósito del estudio de desarrollo de The Last Day of June se centra en contar y ofrecer una historia llena de amor, y es por ello que no cuenta con un esqueleto o base gráfica hiperrealista, pero esto no quiere decir que la sensación final no sea satisfactoria o gratificante, de hecho la ejecución final es todo lo contrario. Gracias al motor Unity, un motor que ya se conoce por ser uno de los motores más modestos pero que mejor juego dan, podemos ser testigos de un lienzo en movimiento, donde podemos captar a simple vista esos toques más impresionistas, o incluso los más lúgubres, gracias a que podemos disfrutar de una historia tallada y pintada con unos tonos pastel con una paleta de colores muy rica y bien cuidada, además de poder gozar de unos buenos efectos de iluminación, y unas sombras que es lo único que no está tan a la altura en ejecución, porque en varias ocasiones vamos a ver unos bordes de sierra en éstas muy pronunciados. Junto con esto último podemos destacar como no tan positivo los tiempos de carga, que aunque sólo se viven cuando se va a revivir un recuerdo del día de algún miembro del pueblo, son en ocasiones más largos de lo esperado, sobre todo debido a que la carga gráfica no es tan elevada.
Respecto al sonido, una vez más el estudio ha optado por narrar la historia de Carl y June sin nada de guión, al menos hablado, con unos personajes que lejos de articular palabra, lo hacen al más puro estilo Sims, articulando sus palabras sin palabras, pero careciendo de lenguaje, ya que seremos nosotros quienes les pongamos palabras en su ausente boca, ya que los diseños de los personajes carecen de ella, a medida que veamos qué hacen, cómo se relacionan con otros, y cómo reaccionan ante las situaciones. La banda sonora, es una de esas de las que hay que quitarse el sombrero, ya que en todo momento ayudan a que la experiencia sea todo lo inmersiva que se requiere en cada momento, tanto en los días donde vivimos lo cotidiano de cada habitante del pueblo, como en los momentos de dolor que vivimos en la piel de Carl.
Conclusiones
The Last Day of June es una experiencia que merece la pena ser jugada, o vivida, donde podemos recrear el último día bajo una maravillosa estética que parece que ha salido de un marco impresionista de Monet. Una historia de amor, pérdida y resignación que con un apartado técnico muy humilde, cumple las expectativas más que de sobra, y que a pesar de su duración, es una experiencia liviana que no se hace pesada, con un apartado técnico que cumple a la perfección y una banda sonora perfecta, como véis, todos los ingredientes necesarios mezclados en buena proporción que consiguen hacer de esta experiencia, una de las que no pueden ser pasadas por alto.
Y tu, ¿qué serías capaz de hacer por salvar la vida de tu ser más querido?.
Jugabilidad - 75%
Gráficos - 80%
Sonido - 75%
Historia - 85%
79%
The Last Day of June es una experiencia que merece la pena ser jugada, o vivida, donde podemos recrear el último día bajo una maravillosa estética que parece que ha salido de un marco impresionista de Monet. Una historia de amor, pérdida y resignación que con un apartado técnico muy humilde, cumple las expectativas más que de sobra, y que a pesar de su duración, es una experiencia liviana que no se hace pesada, con un apartado técnico que cumple a la perfección y una banda sonora perfecta, como véis, todos los ingredientes necesarios mezclados en buena proporción que consiguen hacer de esta experiencia, una de las que no pueden ser pasadas por alto.
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