Siguiendo el camino que ya inició con I Am Setsuna, Square Enix volvió a poner a trabajar a su estudio Tokyo RPG Factory en un nuevo juego de corte similar. Si no lo sabes, este estudio lo abrió la editora hace unos años precisamente para producir JRPGs de corte clásico. Juegos que imitasen a los que ya vimos los más mayores de nosotros en la época de las consolas de 16 bits. Con esa filosofía y espíritu nos han traído ahora Lost Sphear, juego que está disponible para su adquisición desde el pasado 23 de enero.
MÁS NOSTALGIA QUE ORIGINALIDAD
Ya hemos dicho que Lost Sphear es un juego que aspira a despertar un sentimiento de nostalgia en el jugador más veterano. Como tal, su guión no es precisamente el más original o rompedor, y por el contrario, se construye en torno a uno de los elementos más manidos en el mudo de los JRPG, la pérdida de memoria y la recuperación de los recuerdos.
El muchacho protagonista, Kanata, acaba descubriendo, una vez llevamos ya un rato jugando pues el inicio es algo lento, que su aldea y gran parte del mundo han acabado sepultados bajo una especie de cristal blanco. Este material, aparentemente indestructible, sólo puede desaparecer cuándo él accede a los recuerdos de dichos lugares. Esto, como es evidente, le va a llevar a una aventura en la que recorrerá el mundo en la búsqueda de la fuente de estos terribles sucesos, mientras por el camino salva a diversas poblaciones.
El lector avispado habrá ya descubierto que de esta manera tan sutil se nos impide el acceso a ciertas zonas antes de tiempo y así se va articulando el relato en un orden establecido, lo que tiene un peso en la jugabilidad de este Lost Sphear.
Como decimos, no es la propuesta más transgresora u original, pero está enfocada hacia un público muy concreto que busca una serie de elementos muy específicos. Prueba de esto, por ejemplo, son el resto de compañeros que se unen al grupo de Kanata, como la dulce y al mismo tiempo bruta Lumina, el inocente y despreocupado, y a veces algo tonto, Locke, o el oscuro <<soy demasiado guay para hablar con vosotros>> Van, entre otros. Es decir, los secundarios son en su mayoría estereotipos tan reconocibles como el héroe. Pero de nuevo, este es el objetivo del juego, que busca apelar y parecerse a los primeros juegos del género que muchos jugadores occidentales experimentaron, como los primeros Final Fantasy, Chrono Trigger o Secret of Mana.
PURA BELLEZA PLÁSTICA Y SONORA
Lo primero que llamará la atención al jugador más novel de Lost Sphear, es que el estilo visual del título es una puesta a punto del que ya tenían los juegos del género en los años 90. Entonces la vista cenital del mundo y los personajes con proporciones deformadas eran una consecuencia directa de las limitaciones tecnológicas del momento, y no tanto una decisión consciente. En el título que nos ocupa, está realizad a propósito.
Así, el juego prescinde de técnicas de cámara más modernas, y en su lugar experimentamos toda la aventura, incluidos los combates, desde una perspectiva isométrica. Los personajes y enemigos son también pequeños, con unas proporciones alteradas que imitan a los de juegos pasados. Además, las conversaciones están realizadas mediante texto, prescindiendo de voces (salvo en alguna ocasión) y de el casi omnipresente estilo novela visual con ilustraciones animadas de los protagonistas.
Aún con todo, sin la necesidad de ser un portento técnico, Lost Sphear tiene un apartado visual precioso, con un cuidado diseño artístico. Recorrer las diversas localizaciones que conforman la aventura es una pequeña delicia, y son muchos los entornos que nos han dejado con la boca abierta por su atractivo diseño.
Y la música no le va precisamente a la zaga. No me tiembla el pulso al escribir en este análisis que Lost Sphear cuenta con una de las mejores bandas sonoras que he escuchado en un juego de este género en los últimos años. Esta compuesta por temas eminentemente sinfónicos que acompañan la acción de manera magistral, y le dan mucha personalidad al juego y al mundo.
JUGABILIDAD DE LA VIEJA ESCUELA
No podía ser de otra forma que en lo jugable Lost Sphear también se viese más que influenciado por la jugabilidad de antaño. Nuestro recorrido por el mundo se hace desde el clásico mapamundi, en el que estarán diferenciadas las localizaciones, sean mazmorras o ciudades, que podemos visitar con más detalle. Por supuesto, nos va a tocar desandar nuestros pasos en numerosas ocasiones, pues el sistema de recuerdos y cristalización de entornos hace que sean bastante los emplazamientos que no están disponibles para ser visitados en nuestro primer viaje.
En las poblaciones lo propio es que se avance la trama, que podamos hablar con cualquiera de los numerosos habitantes de cada zona, y que compremos y vendamos objetos en las diferentes tiendas, o descansemos en las socorridas posadas. No hay mucho más que hacer, aparte de estas necesarias actividades, y no hay variadas y extensas misiones alternativas a la trama principal. Hay algunos encargos de recolectar ingredientes, u otro tipo de tareas menores que no te hacen desviarte de la historia.
Las mazmorras adoptan formas muy variadas y diferentes, desde viejas ruinas hasta bosques. Son los escenarios más extensos que vamos a visitar en nuestro periplo, y siempre tienden a terminar con una batalla final contra un monstruo único y poderoso, como manda la tradición. Es en estos lugares donde vamos a estar combatiendo mucho, con monstruos que merodean por el mapa, y no con encuentros aleatorios. Esta es quizá una de las pocas concesiones que hace Lost Sphear al jugador más moderno, y en la que abandona un poco el estilo que se destilaba hace años en los JRPG. Aunque tampoco es que sea una diferencia abismal, pues en nuestras horas de partida hemos sido incapaces de evitar ni uno sólo de los enfrentamientos con las criaturas que patrullan las mazmorras.
El sistema de combate, si que reutiliza mecánicas vistas en el pasado. Para empezar es por turnos pero bastante dinámico puesto que estos se reparten mediante el clásico ATB, o Active Time Battle, que hace que un medidor se vaya llenando cada cierto tiempo y permita al personaje actuar cuándo está completo. Como decimos es un sistema bastante más ágil y rápido de lo que pueda sonar, y lo hemos visto ya en muchos juegos.
Además, aunque el terreno de la batalla es cerrado, se nos permite movernos por él con cierta libertad, de manera que se pueda elegir desde que posición atacar e impactar a más de un enemigo. Al principio las batallas son bastante sosas, y se solucionan con el comando atacar y poco más, no obstante, a medida que se progresa en la aventura se van abriendo nuevas opciones que le dotan de una mayor complejidad, lo que se agradece. Más adelante tenemos acceso a las Spritnite, que son el sistema de magia del Lost Sphear, y a los Vulcosuits, una especie de armaduras de combate que otorgan nuevas habilidades y poderes tanto dentro como fuera del combate. El resultado final es un sistema de combate con una correcta curva de aprendizaje para el jugador y que va ganando en profundidad con el tiempo.
CONCLUSIÓN
Lost Sphear es un juego muy particular. Se trata de un título que está dirigido a un público muy específico. Apela a la nostalgia de los más veteranos, e intenta imitar para ellos un estilo y una manera de hacer y entender este género que en gran medida ha desaparecido con los años. El precio que paga por ello es el de no ser un juego ambicioso, no busca, ni por tanto consigue, innovar dentro del mundillo de los JRPG; y es por ello posible que para los jugadores más nuevos, o que en general buscan un juego de rol japonés con un enfoque más actual, no sea de su agrado. Con esto en mente, resulta difícil emitir un veredicto lo más imparcial posible. A nosotros, como parte de ese público hacia el que Lost Sphear parece encaminado, nos ha parecido un juego notable.
Hemos realizado este análisis con una copia del juego para PlayStation 4 proporcionada por Koch Media.
Historia - 70%
Jugabilidad - 80%
Gráficos - 77%
Sonido - 90%
79%
Lost Sphear es un juego muy particular. Se trata de un título que está dirigido a un público muy específico. Apela a la nostalgia de los más veteranos, e intenta imitar para ellos un estilo y una manera de hacer y entender este género que en gran medida ha desaparecido con los años. El precio que paga por ello es el de no ser un juego ambicioso, no busca, ni por tanto consigue, innovar dentro del mundillo de los JRPG; y es por ello posible que para los jugadores más nuevos, o que en general buscan un juego de rol japonés con un enfoque más actual, no sea de su agrado. Con esto en mente, resulta difícil emitir un veredicto lo más imparcial posible. A nosotros, como parte de ese público hacia el que Lost Sphear parece encaminado, nos ha parecido un juego notable.
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