De manos de Idea Factory y Compile Heart, compañía y estudio responsables de sagas como Hyperdimension Neptunia, llega a PlayStation Vita este MeiQ: Labyrinth of Death. Se trata de una apuesta de la compañía por juntar el subgénero RPG de los dungeon crawlers, con el fan service ligero. Un experimento que les ha salido correcto, pero que se ha quedado bastante lejos de llegar a algo más.
HAY QUE REINICIAR EL MUNDO
Pues sí, por extraño que pueda sonar, el cataclísmico evento que está a punto de acabar con el mundo de MeiQ: Labyrinth of Death es ni mas ni menos que la detención del planeta. Como ya ha sucedido otras veces, el mundo ha dejado de girar sobre si mismo, lo que tiene funestas consecuencias para sus habitantes. Por fortuna, hay un método para salvarlo, reiniciarlo; o lo que es lo mismo, que vuelva a girar. Para lograr semejante hazaña, una Mage tendrá que superar a los guardianes/jefes finales de las cuatro torres de Southern Cross, y realizar el ritual correspondiente después, en el centro de la ciudad, dónde se alza un templo. Hay cinco Mages, cada una afín a un elemento, y de forma individual, cada una lo dará todo para salvar su mundo. Nosotros controlaremos a Estra, una de esas cinco chicas a las que un sabio gato (has leído bien), les ha encargado la misión de completar el ritual.
Esta es una acertada sinopsis del argumento del que hace gala MeiQ: Labyrinth of Death. Se trata de un guión bastante insulso, que nos ha suscitado poco interés a lo largo de nuestra partida. Hace uso del humor ligero y el fan service como método para atraer la atención del jugador, lo que funciona hasta cierto punto, pero poco más. Es cierto que siempre es complicado hacer una crítica objetiva de la trama de un vídeojuego, al ser algo tan subjetivo, pero es innegable que cada uno de los personajes del juego son un cliché típico de la cultura japonesa y ninguno destaca especialmente, incluido el villano, que carece de carisma ninguno. Dónde la saga Hyperdimension Neptunia si conseguía crear unos personajes carismáticos, en gran parte por su parodia a la industria del videojuego, pese a lo poco trascendente de sus argumentos; en MeiQ: Labyrinth of Death, todo lo que tenemos es algo de trasfondo que sirve de unión a los distintos niveles del juego. Como mucho endulzará nuestras partidas, pero tan pronto desconectemos la PSVita, habremos olvidado todo lo que se nos ha contado.
NIVEL TRAS NIVEL, MONSTRUO TRAS MONSTRUO
Como ya mencionamos, MeiQ: Labyrinth of Death es un dungeon crawler, una rama del género RPG centrada en la exploración de mazmorras y la eliminación de monstruos. A la hora de explorar los dungeons, lo haremos en primera persona, con el mapa dividido en cuadrículas, y pudiendo movernos exclusivamente en cuatro direcciones, adelante, atrás, izquierda y derecha. A medida que vayamos descubriendo cada nivel de la mazmorra, aunque en este caso son torres, cada una de las cuatro que hay en la ciudad del juego, se va generando un auto-mapa, que nos muestra la disposición del escenario. Como viene siendo habitual en el género, en nuestro camino hallaremos cofres con tesoros, fuentes que nos hagan recuperarnos, puertas cerradas, y dispositivos para abrirlas. Y por supuesto, encuentros aleatorios.
Ya en combate, estos se desarrollan por turnos. Y nosotros lucharemos tanto con Estra, como con nuestro guardián, una especie de robot gigante con vida propia. Aunque en combate se despliegan ambos, sólo podemos realizar una acción con uno de ellos en cada turno. Lo normal es que ataquemos con el guardián, que además recibe todo el daño de los enemigos si no usamos a Estra, y dejar que la Mage use objetos o utilice hechizos. Más adelante a nuestro grupo podrán unirse más guardianes y otros personajes.
El sistema de combate en MeiQ: Labyrinth of Death está bien realizado, y goza de la clásica profundidad basada en elementos. Ya sabéis, cada monstruo/personaje tiene unos elementos asociados que lo hacen más resistente a ataques de dicho tipo, y más débil a los de tipo contrario. Además, los guardianes pueden ser equipados con distintos objetos que les proporcionan ataques y habilidades diferentes, y las magas pueden vestirse otros trajes, que las hacen más afines a otros elementos, y por ende, hacen a según que guardianes, más efectivos en combate. No se trata de un sistema jugable difícil de aprender, y hasta aquel que no haya un jugado de este tipo por primera vez, no tendrá muchos problemas para entenderlo y sacarle el máximo partido en pocas horas. Por desgracia, o por fortuna, según sea el tipo de jugador, la dificultad de MeiQ: Labyrinth of Death no es muy alta, por lo que no requiere que nos estrujemos la cabeza en busca de estrategia en los combates, y con dominar la mecánica de elementos, y tener a mano hechizos de curación, podremos superar casi todos los combates. Esto será bienvenido para los neófitos en este tipo de juegos, pero supone una carencia de reto para los más curtidos.
Por último, entre torre y torre, visitaremos Southern Cross, la ciudad en la que se sitúa la trama. Pero no podremos hacer turismo por sus calles, pues en ella navegaremos por un menú, y se trata simplemente de un lugar del que acceder a las distintas torres, tiendas, gremios, etc. El clásico sitio desde el que abastecernos de objetos y descansar antes de afrontar cada nuevo dungeon.
ILUSTRACIONES Y 3D
Si hay algo positivo que puede decirse de MeiQ: Labyrinth of Death, es que utiliza más a menudo un motor gráfico en 3D que muchos juegos similares. Ahí están títulos como Demon Gaze, Operaion Abyss o Ray Gigant, también dungeon crawlers, pero que tanto en los combates, como en las escenas de vídeo, o la visita a las ciudades están realizadas mediante ilustraciones y en dos dimensiones. Muy bonitas, todo sea dicho, pero solo hacen uso de gráficos en 3D cuando toca explorar mazmorras. MeiQ: Labyrinth of Death no es así. En el juego de Idea Factory la exploración de mazmorras, y lo que es más importante, los combates, están realizados con un motor gráfico en 3D. Esto es positivo, como decimos. El punto negro es que no tiene unos gráficos especialmente vistosos o espectaculares, pero son correctos, y el rendimiento es bueno.
La interacción con otros personajes si está realizada al estilo de las novelas visuales, con cajas de texto e ilustraciones animadas de estilo anime. Como suele ser normal en estos juegos, el diseño artístico es bueno y se deja querer, pero tampoco sobresale especialmente. Además, como ya dijimos, en la ciudad si que se hace uso de la imagen fija y un menú por el que navegar.
Como en tantos otros aspectos de MeiQ: Labyrinth of Death, el apartado sonoro es correcto, pero olvidable. El juego tiene un buen trabajo de efectos, y el doblaje tanto japonés, como inglés, está a buen nivel. Pero tampoco es destacable en ningún sentido. Lo mismo puede decirse de la banda sonora, que cumple su cometido y es correcta, pero no llega a grabarse a fuego en la mente del jugador. Por cierto, hay que decir en este sentido, que el juego está completamente en inglés, tanto textos como voces.
CONCLUSIONES
Compile Heart y Idea Factory han hecho sus deberes con MeiQ: Labyrinth of Death. Han creado un dungeon crawler que funciona, correcto, y que no parece estrellarse en ninguno de los diferentes apartados que conforman un videojuego correcto. Sin embargo, al mismo tiempo, no resulta complicado ver que el juego no tiene alma propia, que su trama es sosa, sus personajes son clichés carentes de carisma, y su apartado gráfico y sonoro no destaca en ningún sentido. Es simplemente un juego que cumple, y que en su conjunto puede disfrutarse, pero que tan pronto se ha apagado la consola o lo hayamos completado, lo olvidaremos en la estantería, pues no hay nada en él que lo haga sobresalir como para recordarlo. Más allá de eso, es un correcto RPG que agradará a los aficionados a este estilo de juegos.