Análisis Need For Speed

Dos años de silencio, dos años tras el último lanzamiento de un Need For Speed, una de las sagas de conducción más emblemáticas e históricas del mundo gamer. “20 años no es nada” decía Gardel en su tango “Volver”. Pero 20 años en el mundo de los videojuegos es toda una vida, y Need For Speed ya los ha cumplido. Corría el año 1994 cuando hacía su primera aparición en PC y desde entonces no ha parado de ganar adeptos lanzamiento tras lanzamiento. Estamos ante el reinicio de una saga y el primer juego desarrollado íntegramente para la next-gen, ¿cumplirá las expectativas que los fans han depositado en esta nueva entrega?

UN REBOOT CARENTE DE ALMA

Need For Speed ha sido y sigue siendo un juego de conducción inherentemente arcade, de acción y velocidad inmediata y del dominio de la conducción sencilla en el control, y algo más pulida en el perfeccionamiento.

Pero de un lanzamiento a otro han ido variando el foco de atención, a veces hacía el mundo del tunning y la personalización como en Need For Speed Underground, y otras más centradas en un modo historia y mundo abierto como en Need For Speed Most Wanted o The Run. Por el camino, como no podía ser de otro modo, ha sufrido altibajos, con entregas sobresalientes y otras no tanto.

En Need For Speed y su nuevo reinicio de la saga han intentado aunar todas y cada una de las diferentes vertientes y estilos de conducción, suponemos que con la premisa de agradar a cada uno de los diferentes fans. Por lo tanto, aquellos que disfrutaron del estilo tunning y callejero de los Underground y Carbono tendrán la oportunidad de revivir ese toque gamberro y nocturno que caracterizó aquellas entregas. Por el contrario, los que disfrutaban más de una historia y un arco argumental también lo harán en esta nueva entrega. Entonces, ¿qué falla en el nuevo Need For Speed?

Quizás lo que falle sea que no salgan de esa zona de confort a la que EA está tan acostumbrada y en la que Ghost Games se ha dejado llevar. No falla en ninguna mecánica pero tampoco sorprende, y es aquí donde reside uno de sus mayores errores.

Todo lo que jugamos tenemos la sensación de haberlo jugado con anterioridad, Ventura Bay, la ciudad que da cabida al juego, nos es demasiado familiar, la historia, aunque cumple, es más de lo mismo y la personalización de los vehículos es un aliciente estético y de rendimiento, pero que influye de soslayo en la experiencia del juego.

DE BEBIDAS ENERGÉTICAS Y COLEGUEO

Nuestro protagonista al que, “sorpresa”, nunca le veremos el rostro ni le oiremos hablar, se gana una reputación como corredor. A partir de aquí, entra a formar parte de un grupo de colegas adictos a la adrenalina y los coches.

Así comienza la historia de Need For Speed, que es más una excusa para ir aceptando los diferentes retos que un arco argumental serio y que de verdad enganche. Nuestros colegas de vandalismo y gas serán Spike, obsesionado con la velocidad, Amy, la mecánica, que debe usar algún tipo de aceite de su taller para que su tupé desafié las leyes de la gravedad y de la oscilación, Manu, un adicto a los derrapes y las gincanas, Robyn, a la que le va el trabajo en equipo, y por último Travis, de voz ronca y con un halo de misterio.

La historia está narrada con secuencias de imagen real, a través de estos FMVs iremos compartiendo peripecias con nuestros compañeros y con conductores reales. Entre los elegidos nos encontramos a Ken Block, Nakai-San, Magnus Walker o Morohoshi-San. Sus apariciones, aunque escasas, son relevantes debido al peso que tienen en el mundillo.

Es cierto que la historia no es la más original, ni apasiona, pero si funciona como hilo conductor, y sirve para tomarnos breves recesos entre carrera y carrera. En ellas nos iremos de bares, fiestas, billares, etc., y donde quedará de manifiesto que nuestro equipo, y nosotros mismos, tenemos una dieta basada exclusivamente en bebidas energéticas o refrescos (nunca alcohol que luego debemos conducir). Y donde el colegueo, el choque de puños y frases como “eso ha sido la bomba” o “que pasada” son una constante.

¿CONTROL O DERRAPES?

Need For Speed lo sabemos todos, es un juego arcade de eso no cabe duda. Nunca ha querido competir con simuladores estilo Gran Turismo, Assetto Corsa o el más reciente Project Cars. Su estilo lo tiene definido: velocidad, adrenalina y un control asequible desde el inicio.

Para la ocasión, EA y Ghost Games han querido ir un poquito más allá y poner a disposición de los usuarios modificaciones que afecten a la respuesta del bólido según nuestro estilo de conducción. Si somos amantes del derrape, o si por el contrario, somos adictos al control, podremos ajustar los diferentes coches para que su respuesta se incline más hacía un estilo o hacía otro.

Aunque no esperemos una configuración de reglajes profunda y compleja. Pero se agradece poder modificar el manejo de los coches, además es recomendable tener diferentes manejos asignados a distintos coches. Así, cuando nos toque una prueba de derrapes o gincanas tendremos un coche preparado para ese tipo de pruebas, en cambio si tenemos que hacer una crono o un sprint, tendremos listo otro vehículo que se adapte a esas características.

Existe un abanico de pruebas entre las que se encuentran: carreras de circuito (su presencia es bastante escasa), sprint, derrapes (las más abundantes), gincanas o retos que tiene que ver con superar ciertos requisitos huyendo de la policía. Estos últimos pueden resultar algo frustrantes, porque más de una vez es casi imposible encontrar un coche patrulla. Y una vez lo has logrado, nos topamos con una IA policial nefasta. Parece que los coches patrullas los conduzca un ciego, porque no dan una, escapar de ellos es tremendamente sencillo. Lejos quedan aquellas persecuciones trepidantes de anteriores Need For Speed.

La IA de los corredores tampoco se libra de la quema, y en muchas ocasiones nos encontramos con incoherencias e injusticias. Acelerones imposibles, que hace que se coloquen detrás nuestra en un abrir y cerrar de ojos, cuando no eran visibles en el minimapa, pérdidas de velocidad sin motivo aparentes o colisiones en cadena (sobre todo en las pruebas de derrape por equipos).

Un total de 79 eventos que nos llevará unas 12 horas completarlos. La dificultad se incrementa en consonancia vayamos subiendo nuestra reputación. Esta se rellena de muchas maneras, principalmente ganando eventos, pero también haciendo nitros perfectos, conduciendo a rebufo, destruyendo el mobiliario urbano, etc. El nivel máximo de reputación al que podremos llegar es 50. Además existen coleccionables repartidos por Ventura Bay que alargan la experiencia. Tenemos 30 sitios donde realizar donuts con nuestro coche, otros 30 miradores donde hacernos una foto o 12 camiones que nos darán una pieza gratis para nuestro vehículo.

A todo esto debemos sumarle los desafíos de coches y el mundo abierto. Por si no lo saben Need For Speed requiere de conexión online permanente. Una carga que además no se justifica bien del todo. El modo multijugador y el autolog no están tan bien implantados como en ediciones anteriores. Podemos jugar solo o por equipos, realizando pruebas con nuestros amigos y consiguiendo mayor reputación. Pero aunque juegues solo, necesitas estar conectado permanentemente.

Para retar a un oponente debemos situarnos detrás y darle a R1, igual que para iniciar un evento en offline. Entonces se despliega un menú y aparecen cuatro eventos espontáneos asociados cada uno a un botón. Tendremos que elegir uno de ellos para desafiarlo y esperar a ver si acepta. Pero lo cierto es que no hay demasiados vehículos controlados por los usuarios a los que retar, y dependemos de su feed-back para poder disfrutar de una competición online.

TUNNING COMO SEÑA DE PERSONALIDAD

En 2003 apareció Need For Speed Underground coincidiendo con el estreno de 2 Fast 2 Furious, que supuso un gran éxito para la saga de EA, repitiendo al año siguiente con Need For Speed Underground 2.

Esta nueva entrega nos devuelve esa esencia callejera de personalización y tunning. Tendremos un amplio editor a nuestro alcance. Donde elegir la pintura, añadirle vinilos o modificar la estética de la carrocería y poder guardar los diseños que más nos gusten y así aplicárselos a nuevas adquisiciones. Tendremos que ir subiendo el nivel de reputación y ganar eventos con Amy para que se vayan desbloqueando nuevas piezas y poder fardar de bólidos únicos.

PURO MÚSCULO VISUAL

Need For Speed entra por los ojos, el motor gráfico Frosbite le sienta genial. Y es que su acabado técnico es una de sus mayores bondades. El juego de luces, los reflejos en el asfalto mojado, la lluvia que hace acto de presencia en ciertas ubicaciones, el humo, las gotas que empañan la cámara y se deslizan por nuestro vehículo, las partículas, los rascacielos de fondo y el neón están representados de forma soberbia.

Es cierto que utilizan algunas argucias como la noche perenne y una casi ciudad vacía. Pero hay que reconocer el trabajo bien hecho y en este apartado cumple con creces. Además el frame-rate es estable, eso sí a 30 frames, pero la sensación de velocidad y buen acabado está presente desde el primer momento.

El modelado de los vehículos sigue esa tendencia, están geniales y se ven de lujo. Además, las modificaciones estéticas que podemos aplicarles consiguen que el tunnig esta vez le siente como un guante. Tenemos un total de 51 vehículos a nuestra disposición, desde coches más modestos como Toyotas o Subarus a topes de gama como Lamborghinis o Ferraris. La conducción no varía en exceso entre unos y otros, más allá de su capacidad de aceleración y velocidad punta.

La sensación de velocidad que trasmiten los vehículos más rápidos es de lo más gratificante de Need For Speed, sobre todo cuando llegas a dominar la conducción y esos giros característicos tan agresivos.

LA CIUDAD NUNCA DUERME

Ventura Bay es gigante pero adolece de ser una ciudad vacía, una ciudad muerta. Es cierto que jugamos siempre de noche, pero una cosa es que el tráfico sea excesivamente denso, y otra que sea completamente nulo. Aun así alguna que otra vez acabaremos dándonos de bruces contra algún coche despistado, que se cruza en el momento menos oportuno.

Si obviamos que Ventura Bay es un desierto con rascacielos, estamos ante una de las ciudades más grandes de Need For Speed y mejor representadas visualmente. Pero que como dije con anterioridad, se parece “muy mucho” a lo que ya hemos visto tantas veces.

La noche eterna a veces se ve resquebrajada por algunos haces de luz, eso sí en muy contadas ocasiones. Dándonos un respiro a tanta oscuridad. Estos destellos del alba me hacen reflexionar acerca de cómo hubiera sido Need For Speed con un ciclo día-noche y una climatización dinámica.

DANCEFLOOR & GAS

El sonido en Need For Speed es otro apartado más que correcto. Los diferentes rugidos de cada máquina, los acelerones, las explosiones de motor, los derrapes, etc. Suenan simplemente espectaculares.

Need For Speed viene acompañado de una BSO que, como suele ser habitual en estas entregas, está plagada de música Electrónica, donde podemos encontrar a grupos de renombre como The Chemical Brothers o productores de la talla de Hudson Mohawke. También hay hueco para el Rap de la mano de los americanos Run The Jewels, para el Rock con algún tema de Slaves e incluso para el Electro-Rock nacional de GoMad! & Monster.

A esto debemos sumarle un doblaje a nuestro idioma que cumple de sobra durante las secuencias de imagen real.

CONCLUSIONES

Estamos ante el reinicio de una saga que es historia en estado puro dentro del mundo gamer. EA y Ghost Games no han arriesgado y han jugado toda su baza a recopilar y aglomerar lo más destacado de sus anteriores entregas, meterlo y agitarlo en un vistoso frasco y lanzarlo al mercado. No es un mal juego, al contrario, es un juego notable que cumple en la mayoría de los casos.

Visualmente espectacular, un notable montaje sonoro y una personalización en el manejo y los vehículos más profunda de lo habitual en la saga.

Pero tiene lastres, una IA mediocre, una conexión online permanente poco justificada, una ciudad vacía que deja poco que hacer una vez concluida la historia y una sensación de escasa innovación, es lo de siempre pero más bonito. Los amantes del tunning, la velocidad y los Need For Speed no se defraudaran, pero los que esperaban algo más quizás no les enganche del todo. Al menos queda otra buena noticia, EA prometió que todos los DLCs serán gratuitos, alargando la vida del juego y su experiencia.

Dos años de silencio, dos años tras el último lanzamiento de un Need For Speed, una de las sagas de conducción más emblemáticas e históricas del mundo gamer. “20 años no es nada” decía Gardel en su tango “Volver”. Pero 20 años en el mundo de los videojuegos es toda… Análisis Need For Speed Análisis Need For Speed 2015-11-12 Robert

Gráficos - 82%

Jugabilidad - 70%

Sonido - 78%

77

77%

Estamos ante el reinicio de una saga que es historia en estado puro dentro del mundo gamer. EA y Ghost Games no han arriesgado y han jugado toda su baza a recopilar y aglomerar lo más destacado de sus anteriores entregas, meterlo y agitarlo en un vistoso frasco y lanzarlo al mercado. No es un mal juego, al contrario, es un juego notable que cumple en la mayoría de los casos. Visualmente espectacular, un notable montaje sonoro y una personalización en el manejo y los vehículos más profunda de lo habitual en la saga. Pero tiene lastres, una IA mediocre, una conexión online permanente poco justificada, una ciudad vacía que deja poco que hacer una vez concluida la historia y una sensación de escasa innovación, es lo de siempre pero más bonito. Los amantes del tunnig, la velocidad y los Need For Speed no se defraudaran, pero los que esperaban algo más quizás no les enganche del todo. Al menos queda otra buena noticia, EA prometió que todos los DLCs serán gratuitos, alargando la vida del juego y su experiencia.

User Rating: Be the first one ! 77