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ANÁLISIS: Ori and the Blind Forest

Publicado el 22 marzo 2015 por Raúl Vázquez Santos @Generacionpixel

Llevamos ya entorno a un año y medio, y los juegos triples A y las superproducciones, no llegan o bien acaban dejando un mal sabor de boca, dudas sobre si aún queda por arrancar y, los más pesimistas, con que muy difícil lo tiene esta generación para logar una senda gloriosa en cuanto a títulos. Además de lo mencionado, constantes refritos, ports o remasterizaciones, llamarlo como queráis, están a la orden del día. Pero Moon Studios ha logrado algo que hasta ahora, ninguna otra desarrolladora ha conseguido en la actual generación. Un debut que ni ellos mismos lo imaginaron, pero que ha sido glorioso, tanto como para ellos, como para los jugadores. Y no, no hablamos del mejor juego de la generación actual, pero sí del posiblemente mejor juego independiente de este 2015 y uno de los mejores juegos del año, o al menos, más de uno dudará si meterlo o no en su lista top. Hablamos de Ori and the Blind Forest, un juego exclusivo para las consolas de Microsoft y PC que, aunque no innova en nada de nada, todo lo que hace es brillante. Os explicamos toda la magia que contiene este indie.

ANÁLISIS

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Ori

VERSIÓN DISPONIBLE

XBOX 360 – XBOX ONE – PC

VERSIÓN ANALIZADA

XBOX ONE – PC

DESARROLLADOR

MOON STUDIOS

DISTRIBUIDOR

MICROSOFT

VALORACIÓN

9,5

NUESTRA FORMA DE VALORAR LOS JUEGOS

La historia es quizás, lo más flojito del juego, pero no es mala. Hay posiblemente una ausencia de un buen guión, con un narrador que habla en momentos puntuales, para decirnos a dónde tenemos que ir o qué tenemos que hacer. Y así, nos metemos en la piel de Ori, un espíritu e hijo del gran árbol que habita en el Bosque Nibel, lugar donde se desarrolla la aventura, y el cuál tendremos que salvar de su muerte. El antagonista de la historia es Kuro, un búho que por sucesos que vamos viendo, quiere impedir a toda costa los movimientos de Ori por salvar no solo el árbol, sino con él, todo el Bosque Nibel. Y así es lo que Ori and the Blind Forest nos hace vivir en este título.

Con Ori and the Blind Forest estamos ante un plataforma que más se puede parecer a un Motroidvania puro y duro, con toques de acción, resolución de numerosos puzles, los cuales precisan de cierta habilidad para  resolverlos y, aunque es un juego lineal a fin y al cabo, deja mucho que exploremos a nuestro antojo, aunque habrá ciertos lugares restringidos momentáneamente por falta de habilidades o ciertas llaves.

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La mecánica se basa en la adquisición de poderes y habilidades que nos van otorgando los árboles mágicos del bosque. También vamos adquiriendo experiencia eliminando a los diferentes enemigos (no muy variados) que nos vamos encontrando en la aventura. Para ello, algunas habilidades nos permiten superar a los enemigos y, principalmente, la ayuda de una especie de hada (similar a la de Navi de The Legend of Zelda) es quien va eliminando tras nuestra orden a todos los enemigos que estén en un rango de distancia no muy lejos. Dicha experiencia irá dando puntos de habilidades para posteriormente gastarlo en el árbol de habilidades que ofrece el juego y que mejorará cosas tales como el ataque, habilidades adquiridas y poderes. Además de todo esto, la forma de avanzar en ciertos lugares es con la obtención de llaves que permiten abrir, junto con la presencia del hada (siempre con nosotros) ciertas puertas que impiden nuestro camino. Por último queremos destacar también la forma de guardado, y es que nosotros mismos seremos quienes decidiremos dónde y cuándo guardar, creando una especie de portal con orbes de magia (que se agotan al usarlo) y que además de ello, es donde se usarán esos puntos de habilidades.

Es difícil decir qué es lo mejor del juego, pero si nos obligasen a elegir, y tras pensarlo y debatirlo mucho, estamos casi con total seguridad (y si no acertamos no es por mucho) es que lo mejor del juego, es el control. Un control que responde milimétricamente a nuestras orden, porque el juego, así lo requiere, que se ha pulido hasta el último movimiento, tanto en salto, como en desplazamiento, y que no dejará a la duda que si cometemos un error, es culpa de nosotros mismos y no por un error de programación o de imprecisión. Y aunque realmente gusta que sea así, temeros lo peor del por qué es así, y es que un milímetro, como decíamos, es lo que hará muchas veces que cometamos un error. Insistimos, muchas.

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La duración de Ori and the Blind Forest dependerá mucho de tres factores: la dificultad (que no se puede ajustar, es la que es y ahora hablaremos de ella), el tiempo que invirtamos (que no perdamos) en explorar los escenarios, y nuestra habilidad en resolver, pero por lo que respecta, nosotros hemos tardado alrededor de diez horas dejando casi el cien por cien del juego completado y con casi todos los secretos encontrados. Si vamos a tiro hecho, podemos tardar la mitad perfectamente, pero sin disfrutar de la magia de la que vive Ori.

La dificultad es un reto de principio a fin. La habilidad será necesaria en todo momento, junto con la precisión y nuestra tranquilidad y calma, ya que el desesperar, frustrará a quienes menos paciencia tengan. No es un juego excesivamente difícil, pero mirando el registro de muertes que se te indica en el menú de pausa, no es difícil superar las trescientas / cuatrocientas muertes, muchas, eso sí, por desesperación ya.

Y como no… para terminar con este análisis no nos queda otra que entrar con la parte donde más destaca Ori, es decir, la parte técnica. Y es que Ori es amor hecho videojuego allá por donde lo mires o escuches.

Su apartado visual es una autentica obra de arte, con un diseño artístico que pocas veces se ve en un videojuego, y con unos personajes llenos de vida que a mucho os recordará a las películas de animación de los Studios Ghibli. El colorido de cada rincón, la iluminación, los efectos visuales, etc, todo unido nos da un acabado final de estos que nos dejan marcado a fuego, y nos hacen entender porque seguimos amando este medio visual.

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Pero no todo nos entra por los ojos, si no que si la parte visual es de ensueño, la parte sonora tampoco se queda atrás. Empezando por una banda sonora perfectamente implementada a cada rincón o situación que se nos dé. Especialmente destacables son algunos temas de piano y ambientales que nos dejan con los pelos de punta.

Y por otro lado, y no menos destacable es la implementación de los efectos sonoros, los cuales también nos dejan entusiasmados con la potencia que le dan a cada golpe, chasquido, o evolución que nuestro personaje sufre a lo largo de la historia. Por cierto, el juego nos llega con textos en castellanos… y voces en dios sabe qué idioma…

NUESTRA OPINIÓN FINAL

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Para finalizar, la opinión que tenemos sobre Ori and the Blind Forest es que se trata de uno de los juegos más bellos de este año y posiblemente, de los que más gustan visualmente, y sobre todo sonoro, que ha habido en los últimos años. Un título que por sacarle un defecto, y tampoco, puede llegar a ser esa historia un tanto distante al resto del nivel de los demás apartados, todos ellos consiguiendo o rozando el sobresaliente. Un juego único que no debéis dejar escapar, y que aunque no innova en nada, y por muchos juegos similares que hayamos jugado, Ori and the Blind Forest es un juego obligado.

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