Análisis preelectoral: PP

Menos de un mes para que los españoles decidan en las urnas la configuración de un nuevo Congreso de los diputados y, de manera indirecta, la consecución de un nuevo gobierno encargado de gestionar un país todavía en vías de recuperación durante la próxima legislatura. Ante el incesante bombardeo de encuestas que se prepara para las próximas semanas, ¿podemos atisbar de algún modo cómo pueden comportarse las urnas el 20-D y qué partido llega en mejor posición a la cita?
Para el análisis electoral de hoy contamos con cinco encuestas diferentes correspondientes a octubre y noviembre de este año, de las que, además de tratar de extraer una visión general del panorama presente y futuro, buscaremos determinar las opciones de victoria del Partido Popular y las diferentes causas que lo han llevado a esa situación. Es interesante analizar encuestas de meses consecutivos, ya que así aparte de buscar un ganador para las elecciones podremos comparar tendencias y de qué posición anterior proviene cada partido.

La encuesta de Celeste-Tel presenta un Podemos en horas bajas y un Ciudadanos que, si bien todavía no había logrado adelantar al PSOE como reflejan sondeos más recientes, sí conseguía recortar su ventaja con los socialistas. El PP, como en todas las encuestas que vamos a ver hoy aquí, a la cabeza. Bien es cierto que, a pesar de lograr la victoria, Celeste-Tel es una de las encuestadoras que menos ventaja ofrece al PP sobre el PSOE (apenas 2 puntos).

La encuesta de Metroscopia es, sin lugar a dudas, aquella que más disparidad presenta con respecto al resto. Sigue dando la victoria al PP, pero esta victoria mínima acaba entrelazándose con una amalgama tripartidismo en la que entre el partido ganador y el tercero solo existen 2,5 puntos de diferencia, y en la que los tres primeros partidos suman más del 66% del electorado. En cuarta posición, y relativamente lejos del tercero: Podemos.

Ciudadanos todavía no había adelantado al PSOE, y seguía disputándose con Podemos el honroso y amargo bronce de las elecciones generales. En resumen, otra encuesta en la que se lo lleva el PP y en la que el PSOE no logra siquiera acercarse a su competidor natural.

Por otro lado, la encuesta de Invymark es la que más refleja la superioridad del PP con una holgada distancia sobre el PSOE. Las encuestas de noviembre, y en especial ésta en concreto, muestran el inicio de la caída de voto de Podemos, que en algunos sondeos se traducirá en poco más del 10% de los sufragios.

Ya por último, la encuesta del CIS refleja tendencias fácilmente identificables en otras encuestas (victoria del PP, gran distancia entre el primero y el segundo, bajada de Podemos) y abre una brecha con respecto al resto: la enorme distancia que separan al segundo y al tercero, una distancia de más de 10 puntos. Es hasta ahora la encuesta que más apuesta por el bipartidismo, lo cual teniendo en cuenta que tiene casi un mes y que se elaboró en septiembre (y dada la volatilidad del voto actual) debe hacernos tener precaución en su análisis.

Posibles causas
Las encuestas incluidas más arriba dejan entrever en conclusión un panorama muy reñido por el tercer, en incluso según sondeos más recientes, segundo puesto y una casi segura victoria del Partido Popular. Conocidos estos datos, es necesario realizar un análisis sobre las posibles causas de este éxito de la formación ahora en el Gobierno. Lo cierto es que observando las encuestas publicadas, el PP pierde alrededor de la mitad de los votos que en el año 2011, un hecho que ya se pudo ver con claridad en las pasadas elecciones locales y autonómicas, que permitieron a Podemos y Ciudadanos entrar a comunidades y ayuntamientos, algo insólito tiempo atrás en un clima de firme bipartidismo. Esto parecer tener sus causas directas en el trasvase del voto popular hacia Ciudadanos e incluso Podemos, algo que tiene su explicación en la gran desafección que experimenta el tradicional núcleo de escépticos de centro-derecha y centro-izquierda y a la abstención (nada común entre los votantes de derechas).

Pero, aún con la potente fuga de votos, que todavía sufre en mayor medida el PSOE, el Partido Popular consigue aguantar el temporal pese a estar en uno de los gobiernos que más ha recortado en Democracia. Sanidad y Educación han visto reducida su inversión en 10.000 millones, los funcionarios han perdido poder adquisitivo por la suspensión de parte de la paga extra y además los datos de paro siguen siendo extremadamente altos.

¿Cómo se explica pues que todavía sobreviva en la primera posición? Las razones pueden encontrar sostenimiento en la antes comentada división del voto de izquierdas (PSOE, Podemos, Izquierda Unida + parte Ciudadanos), un proceso que, pese a este último partido, todavía no afecta lo suficiente al PP y le permite erigirse como opción en cabeza. Además, a eso se añade la mejoría general de la economía (que no del mercado laboral) y la existencia todavía de un mantra en la sociedad que afirma que la derecha gestiona mejor la economía (algo, al menos, cuestionable) por su cercanía al dinero, un pensamiento que se ha consolidado todavía más tras el fracaso económico del gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, lo que explicaría también la situación demoscópica. La posición que mantienen los potenciales votantes del PP refleja por tanto conformismo ante la posible incertidumbre que suscitan los nuevos partidos y miedo a su vez a la abstención, que podría posibilitar un gobierno de izquierdas. Mejor lo bueno conocido, que lo malo por conocer. Una actitud de unión muy tradicional en la derecha que, aunque se agrieta por primera vez, subsiste.

Las causas más importantes parecen ser pues las indicadas más arriba, pero a ellas se pueden sumar a su vez otras como el terrorismo (en este caso yihadista), que siempre beneficia de una u otra manera al partido gobernante (aunque en este caso la concreción de medidas ha sido más estética que real) y también las medidas positivas que se aplican en periodo electoral, que sin duda buscan intentar recoger el voto perdido. El 20D decidirá, eso sí, si la tesitura pronosticada se cumple o no, pero lo que está claro es que el gobierno popular va a ser uno de los que mejor aguante la crisis global en Europa.