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Análisis Red Dead Redemption II – Forajidos de por vida

Publicado el 02 noviembre 2018 por Jorge Farinós Ibáñez @Living_PS

Analizamos en detalle el que para muchos, nosotros incluidos, es el juego de la generación.

Análisis Red Dead Redemption II – Forajidos de por vida

Pocos son los estudios desarrolladores de videojuegos capaces de incendiar las redes con el anuncio únicamente de la fecha de un tráiler. Rockstar es uno de esos casos, y es una atención que se ha ganado a pulso, con esfuerzo, trabajo y juegos de calidad excelsa. La historia de Red Dead Redemption II comenzaba como la de tantos otros juegos de la compañía, con una entrega previa de calidad soberbia y un teaser trailer que dejaba a los aficionados de todo el mundo con más preguntas que respuestas, devanándose los sesos para analizar hasta el último fotograma. Dos años después de aquel primer atisbo de lo que sería el nuevo sandbox ambientado en el Salvaje Oeste de Rockstar, por fin sabemos hasta qué punto esta secuela es ambiciosa y profunda en sus planteamientos.

AL MARGEN DE LA LEY

Aunque en lo que a número se refiere estamos ante una secuela, a nivel argumental Red Dead Redemption II es en realidad una precuela. Situado años antes de que John Marston cazara a sus viejos compañeros criminales por orden del gobierno en el primer juego, aquí seguiremos los pasos de aquella banda de criminales y salteadores, la de Dutch Van der Linde. A medio camino entre peligrosos asesinos y comuna hippie, todos los integrantes siguen al carismático líder, Dutch, obligados a medrar en un mundo en el que la temida civilización y la ley cada vez se vuelven más fuertes. Nos acercamos al ocaso del Salvaje Oeste.

Análisis Red Dead Redemption II – Forajidos de por vida

Esta propuesta supone un gran acierto tanto si eres un recién llegado a la saga o un veterano que ya tuvo ocasión de jugar el primer título. En el primer caso, todos los personajes, sus relaciones y devenires a lo largo de las misiones principales son novedosos y no harán que te sientas perdido o confuso en ningún momento.  En el segundo caso, los veteranos poseen la información adicional de quiénes son muchos de estos personajes, de cómo acaban y de qué le sucedió a esta banda de forajidos. El relato pasa a convertirse en un viaje a una época mejor, para un grupo de gente a la que le cogiste cariño, pero cuyo trágico final, en muchos casos conoces.

Análisis Red Dead Redemption II – Forajidos de por vida

Como es costumbre en los juegos de Rockstar, estamos ante un excelente trabajo en lo que a historia y reparto se refiere. El juego cuenta con personajes excepcionales y pintorescos, repartidos por un mundo enorme en el que también iremos conociendo a extravagantes secundarios que no tienen que ver con la trama principal, pero dotan de vida y color a un mundo inmenso. La principal duda residía en, teniendo en cuenta el cariño que todo el mundo cogió a John Marston, si el nuevo protagonista, Arthur Morgan, estaría a la altura. Nos reconforta confirmar que así es. Morgan es un personaje muy distinto a John, pero desde el estudio le han dotado de un gran carisma y una personalidad radiante que no tardará en ganarse el corazón de los jugadores.

Red Dead Redemption II aparece publicado en inglés, con todos sus textos en castellano. A estas alturas, es bastante obvio que Rockstar no tiene pensado doblar sus juegos a más idiomas, el nuestro incluido. Esto puede ser negativo o positivo, según las preferencias de cada uno. Lo que es innegable, es el soberbio trabajo de doblaje que tiene el juego, con unas actuaciones impolutas, dónde además también se resalta lo bien escrito que está el guión, con dejes, muletillas y expresiones propias de la época. Los subtítulos en esta ocasión vienen superpuestos sobre un fondo negro. De nuevo, esto habrá a quien no le agrade, pero es innegable que se ven más nítidos y permite una correcta lectura.

Análisis Red Dead Redemption II – Forajidos de por vida

UN GIGANTESCO MAPA DE INFINITAS POSIBILIDADES

Con cada nuevo sandbox, Rockstar se supera y en Red Dead Redemption II tenemos uno de las mapeados más grandes, sino el que más, que hemos visto en un juego de mundo abierto. Además, al contrario de lo que sucedía con la primera parte, que en su gran mayoría era desierto, los entornos en la secuela son más variados, y abarcan el territorio de varios estados, incluyendo las áreas del anterior juego, con la excepción de México.

Aquí cabalgaremos por desiertos, montañas heladas, verdes llanuras, rocosos acantilados, frondosos bosques o pobladas urbes. Cada área tiene su clima particular, sus localizaciones especificas, vegetación autóctona y especies animales concretas. Es un mundo más vivo que nunca.

Todo el mapa, sin embargo, no está abierto desde un inicio a la exploración por parte del jugador. La historia ha de seguir su curso, y es el progreso en las misiones principales de ésta, las que marcan en qué instantes se van desbloqueando territorios nuevos, equipo nuevo y actividades nuevas. La limitación de exploración puede romperse, pero uno se expone a que le persigan las autoridades con ahínco.

Análisis Red Dead Redemption II – Forajidos de por vida

Son las misiones principales, repartidas por el mapa, y otorgadas por los diferentes personajes que completan el reparto de la aventura, las que marcan nuestro progreso. Son muchas y muy variadas, y centrados solo en ellas es sencillo que Red Dead Redemption II nos exija la inversión de más 65 horas solo para completar esta porción de su contenido. Pero muchas de estas misiones sirven para explicar el funcionamiento y poner a nuestra disposición otro tipo de actividades secundarias.

La cantidad, variedad y calidad del contenido opcional es abrumadora. Oscila entre los mini-juegos que pueden tenernos absorbidos durante horas, como el Póker, el Blackjack o el Dominó, a misiones secundarias completas como son las de los personajes desconocidos que pululan por el enorme mapa. Entre medias, podemos dedicarnos a cazar fugitivos a cambio de recompensas, a rastrear y cazar animales normales o legendarios, a pescar, a robar casas, a atracar comercios, a tener duelos contra otros pistoleros, encontrar huesos de dinosaurios, tener encuentros fortuitos, personalizar nuestro atuendo, personalizar nuestras armas, trabajar en el campamento de la banda, ayudar a nuestros amigos, completar desafíos, acabar con bandas rivales, y la lista sigue y sigue. Se extiende hasta el punto de que es perfectamente posible pasar días jugando a Red Dead Redemption II sin haber avanzado el argumento, y sin habernos aburrido en el proceso. Asusta.

Análisis Red Dead Redemption II – Forajidos de por vida

Para movernos por este vasto mundo abierto contaremos con un fiel corcel. Nuestra montura ha mejorado notablemente con respecto al anterior juego. Ya no se trata simplemente de un simple medio de transporte al que se le podía coger algo de cariño. Ahora, nuestro caballo necesita cuidados, como por ejemplo estar aseado, si queremos que corra a su máxima velocidad, y tendremos que tener un vínculo elevado con él, que se incrementa recibiendo nuestras atenciones, guiándolo o acariciándolo, o a medida que pasamos horas cabalgándolo. A mayor nivel de vínculo, más rápido y resistente será. Esta unión entre jinete y montura es importante, puesto que si muere, muere para siempre.

A decir verdad, todo lo relacionado con los caballos se ha visto potenciado en Red Dead Redemption II. Aparte de las novedades mencionadas, también se han incrementado el número de razas y tipos de caballos disponibles, cada una con sus características propias, además se les puede personalizar a nuestro gusto, con mejores sillas, arreos o detalles estéticos como una crin o una cola peinada de un modo concreto. Por último, sirven de carga, pues es en nuestra montura dónde Morgan guarda muchas de las armas más grandes que él no puede llevar personalmente en todo momento. En resumen, querremos tener al animal siempre cerca, y aquí entra en juego un nuevo detalle, y es que sólo responderá a nuestros silbidos si lo hacemos dentro de su rango de audición, y su llegada no será inmediata, sino en tiempo real. Esto en la práctica significa que podemos quedar relegados en una zona del mapa, y nuestro caballo en otra, obligándonos a robar otro corcel para llegar al nuestro, o hacer el camino a pie.

Análisis Red Dead Redemption II – Forajidos de por vida

Los tiroteos es otro elemento que ha ganado en realismo. Tal y como debería ser, Arthur tiene un variado repertorio de armamento, que al mismo tiempo puede recargarse con diferentes tipos de munición, muchas de las cuales tendremos que fabricarla nosotros. Esto abre un nuevo abanico de posibilidades en la caza y en los tiroteos con enemigos. Además, muchas de estas armas han ganado en realismo, y ahora necesitan su tiempo para disparar. Desenfundar rápido y apuntar a un rival no implica que nuestra bala sea todo lo precisa que pueda ser, suele ser necesario invertir un segundo o dos para que el disparo sea certero y vaya exactamente a dónde pretendíamos. Esto se muestra visualmente con un circulo que se van cerrando a medida que mantenemos la mira fija en nuestro objetivo. Y por si fuera poco, las armas se desgastan, por lo que requieren un mantenimiento continuo para rendir al 100% de su capacidad.

El sistema Dead Eye, esa cámara lenta que nos permite tomarnos unos cuantos segundos para ser unos ases del revólver, también tiene nuevas funciones. Ya no será necesario que marquemos los objetivos dónde queramos impactar, con pasar por el área escogida la mira, se marcan con una x los puntos a dónde irá la bala. Este sistema, además, es mejorable, y a medida que lo dominemos, se irán desbloqueando nuevas funciones, como la de mostrar los puntos débiles de los enemigos, imprescindible para obtener la mejor carne y pieles durante la caza.

Análisis Red Dead Redemption II – Forajidos de por vida

PLAGADO DE DETALLES

Red Dead Redemption II supone el primer juego de Rockstar creado desde cero con el hardware de la actual generación en mente, y eso se nota. Nos atreveríamos a decir que estamos ante uno de los hitos gráficos que nos va a dejar PlayStation 4 y su competencia.

Las imágenes y el videoanálisis hablan por si solos y hacen más justicia al juego de lo que podamos explicar nosotros con palabras. Baste decir que estamos ante un portento gráfico, con unos modelados de personajes de sobresaliente y una carga gráfica en el escenario que muchos juegos desearían para sí mismos. Sin embargo, son los pequeños detalles los que hacen de la parte visual de Red Dead Redemption II un orgasmo plástico.

Podríamos fácilmente invertir párrafos y párrafos de texto en cómo Arthur se llena de polvo y barro al caer al suelo, cómo nuestra montura se mancha de sangre cuando dejamos animales depellejados en su grupa, y cómo esas manchas solo se retiran cuando nos metemos en una realista y natural agua que reacciona con credibilidad a nuestro paso. También podríamos describir con excelso detalle cómo a Arthur le crece la barba y el pelo con el tiempo, o cómo se cuelan los rayos del sol por entre los árboles al amanecer, cómo la nieve mantiene nuestro rastro de forma realista, y cuándo cae la noche sólo la luna ilumina nuestro camino ante una oscuridad reinante.

Análisis Red Dead Redemption II – Forajidos de por vida

Todos estos detalles y otros se quedan grabados en la retina, pero son las animaciones las que quitan el hipo. Pocas veces hemos tenido ocasión de ver un trabajo de animación como el que posee Red Dead Redemption II. Morgan reacciona cuando cabalga dependiendo del entorno, se cubre la cara al atravesar zonas con ramas, recarga las balas de su pistola una a una, camina de forma distinta cuando la nieve le llega hasta las rodillas o cambia las riendas de manos cuando guía a su caballo. Éste último, precisamente, casi parece real. Tiene un trote natural, es capaz de dar pasos laterales, y reduce la velocidad y se contorsiona de un modo precioso cuándo le hacemos variar la dirección o siente pánico de un depredador cercano.

A todo este conjunto le acompaña un rendimiento estable, que casi cuesta creer. Nosotros hemos jugado en una PlayStation 4 original, no una versión Pro, y el juego se ve y mueve de un modo magnífico, solo hemos notado alguna leve bajada del rendimiento al visitar alguna de las pobladas urbes que hay por el mapa.

Análisis Red Dead Redemption II – Forajidos de por vida

Aunque hemos sido afortunados, y no hemos experimentado ningún bug, nos consta que los hay. Éstos son un mal inevitable en un título que ofrece tanta libertad al jugador, y con tantos elementos que deben actuar de forma individual y realista. Hasta el momento, no obstante, no hemos sabido de ninguno que sea realmente perjudicial para la partida.

Para la música, Rockstar ha compuesto una serie de piezas memorables, que le sientan como anillo al dedo a la aventura aquí narrada. Todas ellas se evidencia que están influenciadas por la obra de Ennio Morricone, el compositor que puso sonido al Salvaje Oeste con sus aportaciones en varios clásicos del western, del que tanto bebe este juego.

Análisis Red Dead Redemption II – Forajidos de por vida

CONCLUSIONES

En esta industria, tenemos cierta facilidad para la hipérbole y con demasiada ligereza tildamos a muchos juegos de obra maestra; haciendo que el término pierda valor. No es el caso de Red Dead Redemption II. Hablamos aquí de un título con mucho, muchísimo que ofrecer. No es importante, sin embargo, la cantidad de contenido que hay aquí, sino el cuidado que se ha puesto para que hasta el más pequeño de los elementos que conforman este juego, tengan una calidad soberbia. Los grandes números hacen de Red Dead Redemption II un juego sobresaliente, pero son los pequeños detalles los que lo elevan a la categoría de obra maestra.  

Hemos realizado el presente análisis en una PlayStation 4 original con una copia para prensa proporcionada por Rockstar Games. 

Historia - 100%
Jugabilidad - 100%
Gráficos - 100%
Sonido - 100%

100%

En esta industria, tenemos cierta facilidad para la hipérbole y con demasiada ligereza tildamos a muchos juegos de obra maestra; haciendo que el término pierda valor. No es el caso de Red Dead Redemption II. Hablamos aquí de un título con mucho, muchísimo que ofrecer. No es importante, sin embargo, la cantidad de contenido que hay aquí, sino el cuidado que se ha puesto para que hasta el más pequeño de los elementos que conforman este juego, tengan una calidad soberbia. Los grandes números hacen de Red Dead Redemption II un juego sobresaliente, pero son los pequeños detalles los que lo elevan a la categoría de obra maestra.  

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