Nos embarcamos en la aventura más oscura de Lara Croft tras el reboot de la saga con Shadow of the Tomb Raider.
El pasado 14 de septiembre llegaba a las tiendas Shadow of the Tomb Raider, la tercera entrega de esta especie de trilogía a modo de reinicio de la saga, que comenzó en el año 2013, cuando Crystal Dynamics y Square Enix lanzaron el primer juego con una nueva imagen de Lara Croft, mucho más humana y en proceso de convertirse en la intrépida «saqueadora de tumbas» que todos conocemos.
Shadow of the Tomb Raider pone el colofón a ese viaje, que con cada título ha tratado de ofrecernos un personaje un poco más oscuro, un poco más dispuesto a hacer lo que sea para conseguir sus objetivos, que en este tercer juego se centran en principio en acabar con la Trinidad y sus planes, aunque la historia dará un giro bastante pronto y los problemas de Lara no harán más que crecer, como veremos más adelante.
Y aunque en esta ocasión el desarrollo del juego ha corrido a cargo de otro estudio, algo de lo que siempre podemos sospechar y sentir cierta preocupación, lo cierto es que Eidos Montreal ha sabido crear un juego sólido en todos sus apartados y mantener la línea en la jugabilidad y las mecánicas, así como en la evolución del tono de la historia de las dos entregas anteriores, añadiendo elementos nuevos para darle un pequeño soplo de aire fresco al título.
El fin del mundo y la Trinidad
Shadow of the Tomb Raider continua la trama de la Trinidad con la que ya tuvimos nuestros roces en Rise y llevará a Lara desde la Cozumel méxicana, dónde comenzaremos nuestra aventura, hasta la selva peruana, dónde tomará lugar la práctica totalidad del juego. Con las culturas azteca, maya e inca como transfondo, nuestra arqueóloga británica tendrá que hacer frente no solo a su némesis, encarnada en los líderes de la Trinidad, sino también a sus propios errores, porque al comienzo de esta aventura, Lara desatará el comienzo del apocalipsis maya y comenzará una carrera contra sus enemigos y una serie de desastres naturales para dar con el artefacto que podría poner fin al fin del mundo. Durante su odisea, Lara descubrirá una civilización perdida, una ciudad prohibida y la verdad detrás del asesinato de su padre.
No queremos desvelaros muchos detalles de la historia del juego, pero sí que podemos deciros que aunque la trama no es lo más original del mundo, logra conducir el juego con un buen ritmo y cerrar la evolución del personaje de Lara, que comenzó con el reboot de la saga y que es, al menos en la opinión de quien escribe este análisis, lo que mejor está desarrollado dentro de los tres juegos.
Una ciudad perdida, un mundo que salvar, misiones secundarias, tumbas, criptas y coleccionables
La jugabilidad de Shadow of the Tomb Raider se presenta continuista respecto a su anterior entrega, manteniendo la señas de identidad que la trilogía ha tenido desde el juego de 2013, aunque ampliando algunas características y añadiendo algunas mecánicas nuevas. Para empezar, hay una menor presencia de secuencias de tiroteos (aunque no faltan) y un mayor énfasis en los puzles zonales y la secciones de plataformeo, lo que acerca más el juego a ese concepto de Tomb Raider. Eso no quiere decir que no vayamos hacer uso de las armas del juego, porque enemigos no nos van a faltar, tanto humanos como animales y otros un poco más especiales, a los que tendremos que hacer frente en más de una ocasión. En ese sentido, el uso del sigilo, que ya se vio mejor implementado en Rise, vuelve a tener un peso considerable y, aunque afrontar los combates de una u otra forma dependerá del estilo de cada jugador, lo cierto es que las opciones que nos da el sigilo pueden «facilitarnos» algunas fases del juego.
En lo que a nuevas mecánicas se refiere, encontramos el rapel, que nos permitirá una serie de movimientos nuevos, como descender más rápido por una pared y balancearnos para alcanzar nuevas zonas. También se ha ampliado la sección acuática; en Shadow vamos a pasarnos un buen rato debajo del agua, donde además encontraremos una serie de peligros propios, como quedarnos sin aire o ser atacados por morenas y pirañas si no tenemos cuidado de por dónde avanzamos. Ahora podremos recoger una serie de plantas para consumir y que, desbloqueadas las habilidades pertinentes, nos permitirán activar ventajas pasivas para recibir menos daño en combate cuerpo a cuerpo, tener mejor percepción del entorno o una mayor concentración que ralentiza el tiempo al apuntar a los enemigos. Podremos cubrirnos de barro y mimetizarnos con ciertas paredes para realizar ataques sigilosos. Y hacer uso de nuevos tipo de munición, como las fechas alucinógenas, que harán que los enemigos se disparen entre sí.
El comercio y la creación de trajes son también dos nuevos aspectos del juego. Con el primero podremos usar el dinero que obtengamos durante el juego para adquirir nuevas armas, materiales o mejoras para ampliar la capacidad de munición, por ejemplo, además de vender aquello que nos sobre y el oro y el jade que encontremos. Con el segundo, teniendo los materiales necesarios y habiendo descubierto la receta en las diferentes criptas del juego, podremos elaborar trajes ancestrales que nos darán alguna ventaja, como ganar más experiencia, conseguir más recursos de una fuente determinada, hacer menos ruido al correr, etc.
Como es ya habitual en esta saga, tendremos una enorme cantidad de coleccionables para encontrar, desde reliquias, pasando por documentos, hasta monedas y murales con los que ir aprendiendo las diferentes lenguas del juego (mame, quechua y yucateco) para poder leer monolitos y encontrar los secretos y tesoros a los que hacen referencia. A eso se suman las misiones secundarias que nos darán algunos NPCs, las criptas y las tumbas de desafío, con las que no solo subiremos experiencia, sino que nos ayudarán a ir completando el mapa de juego y descubriendo zonas ocultas y animales «especiales» que cazar. Las criptas y las tumbas presentarán puzles zonales que varían en su dificultad, si bien es cierto que no encontraremos ninguno imposible, sí pondrán a veces a prueba nuestra habilidad con los controles y el mando. En cualquier caso, los puzles están bastante bien elaborados y alguno que otro nos hará pensar un poco para resolverlo.
Algo que también repite son esas secuencias de huida «sobre raíles» en las que tendremos que guiar a Lara por escenarios que se nos vienen encima, huyendo de inundaciones, corrimientos de tierra o enemigos con malas intenciones. Estas secciones nos harán estar atentos y centrados a lo que pasa en pantalla, ofreciendo algunos de los momentos más tensos del juego en lo que a acción se refiere.
Para afrontar todos estos desafíos, Lara vuelve a contar con tres árboles de habilidades: Buscadora (orientado a la exploración y obtención de recursos), Guerrera (combate y armas) y Carroñera (supervivencia y trampas), que podremos ir comprando a cambio de los puntos de habilidad que recibiremos al subir de experiencia, aunque hay habilidades que solo podremos obtener al alcanzar cierto punto de la historia o al superar las tumbas de desafío. Como en los otros juegos, estas habilidades solo podremos desbloquearlas en los fuegos de campamento, en los que también podremos mejorar nuestras armas y crear trajes con los recursos recogidos durante la aventura. Ganaremos experiencia no solo superando las diferentes partes de la historia, sino al derrotar enemigos, encontrar y completar tumbas de desafío, criptas, coleccionables… De manera que si somos completistas, es posible desbloquear todas las habilidades de los tres árboles en una sola partida. Aún así, deberemos elegir a qué le damos más peso en el desarrollo, si al combate cuerpo a cuerpo, al sigilo y las trampas o encontrar más recursos.
En lo que respecta a las armas, tenemos las mismas que en la entrega anterior; arco, fúsil de asalto, pistola y escopeta, junto a los piolets para el cuerpo a cuerpo, que se completa con un cuchillo para algunos ataques sigilosos y para cortar cuerdas. Tendremos ocasión de mejorarlas para que hagan más daño, tengan más munición, mejor cadencia de disparo o mejor estabilidad. Junto a las habilidades de Carroñera adecuadas, podremos crear munición venenosa e incendiaria, así como flechas trampa, y diferentes tipos de granadas y cócteles molotov para usar en el acto. Evidentemente, para todo ello necesitaremos materiales, que podremos recoger de enemigos caídos, del entorno y de los alijos de supervivencia.
Como podéis ver, aunque Shadow of the Tomb Raider cuenta con sus buenas dosis de acción y combate, las secciones de plataformeo y puzle se han visto más reforzadas y ampliadas, algo que es de agradecer, ya que encontraremos algunas zonas que pondrán a prueba nuestra habilidad con el mando y nuestros reflejos. En niveles superiores de dificultad además no contaremos con ningún tipo de guía que nos indique por dónde seguir. Y en general, el título mantiene un buen equilibrio entre la trama principal, las misiones secundarias y esas tumbas y criptas opcionales, alcanzado una duración más que aceptable de entre unas 25-30 horas dependiendo del nivel de completismo de cada uno.
La belleza mortal de la selva
Ya dijimos al comienzo de este análisis que Eidos Montreal ha hecho un buen trabajo con el desarrollo de Shadow of the Tomb Raider y es algo que queda evidente en el apartado técnico del mismo. Gráfica y visualmente casi podemos decir que es impresionante, con unas vistas que os harán parar y echar mano del modo foto con el que cuenta para sacar una preciosas capturas de pantalla. Además de contar con unas físicas y animaciones bastantes realistas y fluidas, acompañadas de un buen control y una respuesta al mismo de la que no tenemos queja (al menos en nuestra partida no tuvimos ninguna clase de problema en este aspecto).
Gráficamente el juego corre a 1080p y una tasa de de 30 frames por segundo que se mantiene bastante estable, de hecho no hemos notado caídas realmente notables, salvo en una zona en concreto del juego, donde este se paraba a cargar unos segundos, si bien no era ni en un momento crucial ni en medio de ninguna secuencia, por lo que no era más que una molestia menor. Nos ofrece espectaculares paisajes que plasman una selva espesa, oscura y húmeda, con unos magníficos juegos de luces y sombras y unos entornos acuáticos muy logrados en cuanto a fluidez e iluminación. Tiene un gran nivel de atención al detalle y la distancia de dibujado es notable. Las animaciones de los personajes siguen en esa línea y desde luego no les falta expresividad en sus rostros y sus movimientos resultan naturales. Vuelve a hacer alarde de mover diferentes elementos en distintos niveles en una misma secuencia, lo que hace que los escenarios se noten mucho más vivos y dinámicos.
Respecto al sonido, nos encontramos otro trabajo notable y sólido, con unos efectos sonoros que nos sumergen en la selva completamente y capaces de ponernos los pelos de punta o de los nervios en algunas secciones más oscuras. La música de fondo ayuda también a esto, con temas inspirados en la selva y en las culturas que se reflejan en el juego, junto a otras piezas de corte más épico para las escenas clave del juego. El juego está completamente doblado al castellano con un buen resultado en lo que al trabajo de los actores de doblaje se refiere para los personajes principales, aunque como pero hemos encontrado algún fallo de sincronización labial puntual.
Conclusión
Shadow of the Tomb Raider es un buen punto y final para esta trilogía de reinicio de la saga y puede muy bien dejar la puerta abierta a futuras entregas (aunque no estaría de más dejar descansar la serie un poco). En lo que a trama se refiere, el punto fuerte sigue estando en el desarrollo del personaje de Lara Croft. Mientras que en lo que jugabilidad respecta, son sus secciones de plataformeo y puzles las que más juego dan al título y las que más presencia tienen, aunque las secuencias de acción y disparos o sigilo también nos mantendrán atentos, lo cierto es que el foco está esta vez sobre esos dos primeros aspectos. A lo que se suma una mayor presencia de tumbas de desafío y criptas, que no hacen más que reforzar la impresión en ese sentido. Es continuista, sí, pero añade algunas novedades y refuerza otras que fueron de agrado de los fans. Para esta redactora, mejora lo visto en Rise, tanto a nivel argumental como en lo jugable, y desde aquí os recomienda darle una oportunidad si ya habéis disfrutado de las dos entregas anteriores.
Historia - 75%
Jugabilidad - 90%
Gráficos - 95%
Sonido - 90%
88%
Shadow of the Tomb Raider es un buen punto y final para esta trilogía de reinicio de la saga y puede muy bien dejar la puerta abierta a futuras entregas. En lo que a trama se refiere, el punto fuerte sigue estando en el desarrollo del personaje de Lara Croft. Mientras que en lo que jugabilidad respecta, son sus secciones de plataformeo y puzles las que más juego dan al título y las que más presencia tienen. Es continuista, sí, pero añade algunas novedades y refuerza otras que fueron de agrado de los fans. Para esta redactora, mejora lo visto en Rise, tanto a nivel argumental como en lo jugable, y desde aquí os recomienda darle una oportunidad si ya habéis disfrutado de las dos entregas anteriores.
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