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Análisis: The Elder Scrolls IV Oblivion

Publicado el 21 enero 2017 por Emiliomolinar @EmilioMolinaR

Análisis: The Elder Scrolls IV Oblivion


Qué puedo decir que no se haya dicho ya de la saga de rol de Bethesda "The Elder Scrolls". Con cinco entregas numeradas más un juego multijugador masivo, es una de las licencias actuales más famosas gracias a un universo propio de una amplitud enorme y repleto de posibilidades, en el cual nos podemos mover libremente. Aunque yo la conocí gracias a su tercera entrega, "Morrowind", no fue hasta la siguiente cuando quedé prendado. Ahora, tras muchos años y horas de juego (más de 1600) voy a analizar como se merece "The Elder Scrolls IV Oblivion"...

"Oblivion" nos sitúa en un periodo concreto y muy importante de la llamada Tercera Era, en un momento en el que Cyrodiil, que es como se llama el lugar en el que se desarrolla toda la historia, se verá pronto amenazado por fuerzas oscuras provenientes del infernal reino de Oblivion. En nuestras manos estará el destino de esta tierra y, por ende, de sus habitantes. ¿Lucharemos por defenderla o por el contrario iremos a nuestro aire sin preocuparnos de nada?

Análisis: The Elder Scrolls IV Oblivion


Porque esa libertad de elección y acción es una de las señas de identidad de The Elder Scrolls. En ningún momento estaremos obligados a cumplir tal o cual misión, y no se nos reprochará nada si no lo hacemos aunque, naturalmente, en ese caso tampoco ganaremos nada. Podríamos pensar que más allá de la trama principal no hay mucho que hacer pero nada más lejos de la realidad. Tenemos muchas opciones preestablecidas, como hacernos miembros de un determinado gremio y llevar a cabo las tareas que nos manden, ayudar a quien nos lo pida o simplemente movernos por el vasto mapa y enfrentarnos a lo que surja. El juego como tal no tiene final, de modo que podemos estar todo el tiempo que queramos haciendo lo que nos apetezca, incluso pasear hasta un lugar elevado para contemplar una puesta de sol. Yo lo he hecho y os aseguro que merece la pena...

Como buen juego de rol tenemos la posibilidad de crear nuestro personaje determinando su sexo y atributos físicos (forma y color de la cara, del pelo, rasgos faciales...), además de la raza y habilidades mágicas, de sigilo y de combate. En The Elder Scroll podemos, además de imperiales o nórdicos (humanos), ser altos elfos, elfos oscuros, elfos del bosque, orcos, khajiitas (felinos) o argonianos (reptiles). En cierto momento también tendremos que elegir un signo de nacimiento, que nos otorgará una bonificación o habilidad permanente y una clase, bien predefinida o personalizada a nuestro gusto. Una vez tengamos todo ya será cosa nuestra el evolucionar en una u otra dirección, dependiendo de lo que hagamos.

Análisis: The Elder Scrolls IV Oblivion


Independientemente de la naturaleza de las misiones, el juego ofrece tres principales formas de proceder: el combate, la magia y el sigilo antes mencionados. El combate puede ser tanto cuerpo a cuerpo, con espadas, dagas, hachas o mazas, como a distancia haciendo uso del arco. La magia, aunque también pueda usarse para combatir, tiene un amplio abanico de posibilidades, con varios tipos de hechizos (de curación, misticismo, conjuro, alteración, etc), para aprender y utilizar en función de nuestro nivel. Por último, el sigilo nos servirá para movernos sin ser vistos ni oídos por los demás, sobre todo en espacios cerrados. Cómo nos manejemos en cada área es lo que determinará nuestro éxito o fracaso según sea la tarea que vayamos a desempeñar. Podemos también por supuesto correr, saltar, nadar e incluso montar a caballo, aunque esto último ciertamente sirve de muy poco.

Las recompensas que obtendremos, ya sea en misiones o en los tesoros que encontremos, además de objetos diversos y armas casi siempre será dinero. Pero hay otras formas de hacer fortuna, como comerciar con ciertos personajes, algo que será una buena forma de deshacernos de aquello que no queramos conservar o que nos estorbe, por su peso, en el inventario. Es, además, muy útil para salir de apuros en los primeros compases del juego, en aquellos momentos en los que necesitemos comprar algo, no nos llegue el oro y no estemos haciendo ninguna misión. Armas y armaduras, pieles, objetos mágicos, comida y bebida, ropa, todo se puede comprar y vender. Claro que, si os atrae más la senda oscura, podéis por ejemplo entrar a robar a alguna propiedad. Me olvidaba de la Arena de la Ciudad Imperial en la que, como si fuéramos gladiadores, podremos luchar para ganar dinero y respeto o, si no queremos poner en riesgo nuestra salud, apostar por un luchador y esperar que se lleve una victoria que nos dé dinero fácil. Como veis, las posibilidades que nos brinda el juego son muchas y muy variadas.


Aunque podría continuar hablando de las cosas que podemos llevar a cabo en el juego, para no extenderme en demasía voy a pasar a comentar sus aspectos técnicos. "Oblivion" es un juego de 2006 pero, a pesar del tiempo que ha transcurrido, sigue luciendo espectacular. El paisaje recreado es una delicia en su conjunto, y abarca distintas áreas: grandes bosques, lagos, zonas abiertas de baja vegetación, selvas pantanosas y montañas con picos nevados, todo salpicado de cuevas, fortificaciones y ruinas antiguas. Una variedad de entornos tan bellos de día ya luzca el sol, haya nubes o llueva, como de noche bajo las estrellas. La iluminación cambia en tiempo real según estas condiciones y nos da la sensación de estar en un lugar vivo, algo acrecentado por la presencia (algo escasa, todo sea dicho) de diversos animales y criaturas fantásticas, y de la gente que habita las ciudades o recorre los caminos, inmersos en sus quehaceres cotidianos. Podemos por supuesto acceder a prácticamente la totalidad de las viviendas y locales, con o sin permiso de sus dueños, y maravillarnos ante la cantidad de objetos con los que es posible interactuar de alguna forma (sentarnos en una silla, dormir en una cama, abrir muebles como cofres, armarios o despensas, etc).

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Las animaciones de todos los seres vivos del juego están también bastante logradas, más si tenemos en cuenta el tiempo que ha pasado. Destaco en especial los primeros planos de las personas con las que conversemos, pues sus rasgos reflejarán si están contentos, enfadados o tristes con nosotros o con su situación. Como punto al menos controvertido tengo que deciros que, una vez iniciada una conversación, todo a nuestro alrededor se detendrá, rompiendo de esta forma ese "realismo" pero, salvando ese detalle, podemos decir que el apartado visual del juego es impresionante, aún a día de hoy. Se me olvidaba decir que podemos jugarlo tanto en primera como tercera persona, cambiando de una a otra cuando queramos.

Pero para el final me he dejado la joya de la corona, algo que puede llevar al traste a todo lo demás o, como es el caso, elevarlo a lo más alto: la música. La banda sonora compuesta por Jeremy Soule no roza la excelencia, no. La supera y con creces. La atmósfera que todas y cada una de las piezas consigue impregnar a cada momento del juego es algo que cala hondo en el jugador, que te sumerge por completo en este universo de fantasía hasta el punto de hacernos olvidar cualquier preocupación para, como dije al principio, limitarnos a pasear y contemplar nuestro alrededor. Tan solo "Shenmue" (y esto es una apreciación muy personal) ha sido capaz de provocar en mí dicho efecto.

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Aunque existan en el mercado joyas del calibre de "Skyrim" (The Elder Scrolls V) o "Fallout 4", ambos también obra de Bethesda, además de otros juegos de mundo abierto como por ejemplo la saga "Grand Theft Auto", si por la razón que fuere no tuvisteis ocasión de jugar a "Oblivion", dadle una oportunidad, no os arrepentiréis. El juego viene con voces en inglés y textos en español, y cuenta con varias expansiones y contenidos adicionales, que se pueden conseguir con alguna de las ediciones completas que salieron tiempo después del original. Aventuraros a entrar en Cyrodiil, pues cientos de horas de épica aventura os aguardan...


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