No siempre es fácil encontrarse con trabajos unipersonales en los que la calidad y el buen hacer sobresalgan por encima de muchas producciones pese a sus pocos recursos tanto técnico como humanos. Pero la virtud es algo que nos se compra, sino que se nace con ella. Y justamente es esto lo que nos hemos encontrado con este maravilloso The Floor is Jelly, o lo que es lo mismo, el juego desarrollado, por la que desde hoy será seguida muy de cerca, mente de Ian Snyder.
Disfrutad de las siguientes líneas como nosotros hemos disfrutado de esta original y preciosista aventura en un colorido y gelatinoso mundo virtual.
UN TODO HECHO CON GELATINA
The Floor is Jelly, es de esos juegos que entran por los sentidos en vez de por los ojos y nuestro olfato jugón. Un juego de los que disfrutamos de la experiencia de encontrarnos ante algo mágico, pese a ser un sencillo juego de plataformas y puzles.
Un juego que desde los primeros compases; nos trasmite amor, nos trasmite belleza, y nos trasmite esa felicidad ante un trabajo bien realizado. No nos importa el carisma de un personaje casi indescriptible, no nos importa la dificultad que este pueda tener, solo nos importa el disfrutar de cada rincón, de cada salto o de la sencilla sensación de felicidad que nos da el movernos por unos escenarios verdaderamente bien realizado y diseñados.
Podréis decir que The Floor is Jelly a simple vista parece simple y repetitivo como cualquier juego del genero, pero es solo simple vista, porque una vez ante él, sentimos ese afán por no dejar de jugarlo, y de querer repetir y repetir cada rincón, con la única misión de querer ver que peculiar paisaje nos encontraremos a continuación.
Eso sí, haceros a la idea de que si hay algo que va a caracterizar al juego, más allá de su diseño y sensibilidad, es su más que elástico, y como su nombre reza, gelatinoso mundo. Este se nos irá introduciendo segundo a segundo. Enseñándonos las mecánicas jugables como solo los grandes juegos saben hacer… sin darnos cuentas. Una vez metidos en vereda, solo tendremos que comprender que el saltar sobre tan curioso terreno tiene unas virtudes y unos problemas, los cuales podrán ser utilizados a nuestro favor o en nuestra contra, demostrando con ello nuestro ingenio y sabiduría videojueguil. Y hablamos de sabiduría ya que no solo es saltar, hay que saber cómo, dónde y ante todo un porqué.
The Floor is Jelly, nos hace disfrutar de la simpleza de las plataformas, de la virtud de no importarnos morir, y de una sensación de libertad a la hora de superar cada zona del juego que nos parecerá increíble dentro de cada uno de sus rincones. No sabemos porque no dirigimos hacia allí, solo sabemos que nos gusta realizar el camino, y que el objetivo es ese.
No podemos decir que sea un juego fácil, ni que su control sea el sumun del refinamiento, e incluso no podemos decir que sea algo inaudito, pero sin lugar a duda, si os podemos decir que una vez ante él no podremos despegarnos en las cuatro horas que dura esta minimalista “historia”, por ello atentos a vuestro sentimientos y sensaciones, más que a vuestro lóbulo de gamer.
MINIMALISMO Y SENCILLEZ SIN COMPLEJOS
No podemos dejar de hablaros de el apartado técnico del juego, ya que si es capaz de trasmitir las sensaciones que trasmite este The Floor is Jelly, es por el increíble diseño artístico, por su apasionante diseño de escenarios, y ante todo, por una música ambiente colocada con amor en cada pixel del juego.
Es capaz de entrarnos por los ojos con esos increíbles diseños minimalistas, de un mundo más que especial por estar formado de lo que está formado. Además, hay que destacar por otro lado esa integración del personaje principal sin apenas centrarnos en su simpleza con todo lo que nos rodea, consiguiendo que el protagonista del juego pase casi desapercibido.
Pero la cosa no queda ahí, ya que la música y la integración de los diferentes efectos sonoros es algo también realizado con un cariño más que especial. Melodías tranquilas, efectos simples, y una perfecta implementación con cada acción del juego, consigue demostrarnos la importancia de un buen sonido.
Pese a todo estos elogios, es juego sufre muy rara vez de algunos bajones de fps considerables, pero como ya nos ha confirmado el autor serán resueltos en futuros parches.
NUESTRA OPINIÓN FINAL
Os ha podido parecer que hayamos sido excesivamente elogiadores con el juego, pero os podemos asegurar que sin jugarlo y solo con videos no podréis sentir lo que nos quiere mostrar. Es cierto que posee errores, que sería mejorable en muchos puntos, pero siendo un juego de una sola persona hay que decir que las cosas no se pueden valorar igual.
Si Ian Snyder sigue trabajando en este sector, y es capaz de realizar esta pequeña joya en su más intima soledad, no sabemos que será capaz de mostrarnos con un equipo mayor y con más recursos, por lo que es alguien en el que fijaremos nuestros ojos en cada uno de los pasos que de por este gelatinosos mundo videojueguil indie.
LO MEJOR
-Diseño artístico y de escenarios
-Lo que trasmite
-El propio Ian Snyder.
LO PEOR
-Algunas bajadas de frame
-El control algunas veces no es todo lo preciso que uno quisiera