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Análisis: Thief

Publicado el 16 junio 2014 por 99redpotions @99RedPotions
A veces coges un juego, y después de un rato dándole, te pones a pensar si escribir algo o no, y planeas cómo vas a abordar el texto, si vale la pena, y si tienes algo interesante que contar al incauto que se va a leer tu texto. Es un ejercicio que hago desde que abrimos esto, hace casi ya tres años, y al hacerlo siempre tengo sentimientos encontrados: ¿Me estropea los juegos el hecho de tener que escribir sobre ellos? ¿Me hace ordenar la cabeza y apreciarlos mejor? ¿Da lo puto mismo? Así me paso el día, los ratos muertos, filosofando. Pero en esto que llega Thief, y después de un rato jugando, tengo bastante claro lo que quiero escribir sobre él. Así que allá voy.
Análisis: Thief
Dishonored, uno de los mejores juegos del año pasado, lleva toda la noche de celebración, ha bebido más de la cuenta, y se dispone a entrar en un bar, a altas horas de la noche, para tomarse la "penúltima". Se ha pasado todo el año así, de bar en bar, sin pensar en secuelas ni spinoffs de momento, que la nextgen está muy verde y ya habrá tiempo de volver al trabajo.
Cuando lleva más de media copa, y está pensando en marcharse a casa, dirige su mirada hacia la barra y ve algo que le deja con la boca abierta. Ahí está Assassins Creed, con el guapo subido, haciendo gala de trailers y de CGI, con la esperanza de pillar a alguien desprevenido, y rentabilizar la entrega de este año. Hablan un poco, tontean, y Dishonored, con las facultades menguadas, se deja hacer y acaba pasando la noche con el vástago de Ubisoft.

Análisis: Thief

Yo no he sido, ha sido Square Enix


Unos meses después, en una clinica clandestina, nace Thief. Ambos progenitores se miran, avergonzados. Ninguno quiere tener relación con eso, que pinta muy mal desde el principio y no está la cosa para perder prestigio. Lo dejan a su merced, le ponen un nombre de un juego antiguo conocido, para que tenga alguna posibilidad y se van cada uno por su lado.
El pobre bastardo crece, a trancas y barrancas, queriendo parecerse a su padre: Un argumento oscuro, enfermedades, cuervecitos y mucho sigilo, con los clásicos poderes paranormales. Pero claro, a la que se descuida, le salen los ramalazos maternos: se le hace todo pasillo y cuando no puede con algo, te mete un QTE. Él lo intenta muy fuerte, pero no le sale. Es una mala imitación, casi una parodia, porque no consigue nada de lo que hace. Su desarrollo es casi doloroso, triste. Lo sería menos si no tratara de honrar a su progenitor, pero al hacerlo, la comparación lo deja en peor lugar. Es como Leticia Sabater intentando ser sexy; como Casillas jugando con los pies; Como si quisieras ir a ver Conan el Bárbaro, y te llevaran a ver El Señor de las Bestias. 
Huid, corred, y no miréis atras. Y jugad a Dishonored.
Nota: BLERGH

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