EDITOR Embracer Group
DESARROLLADOR Aspyr Media
GÉNERO Acción/Aventura
AÑO 2024
VERSIÓN ANALIZADA PS5, PS4, Nintendo Switch
PRECIO 29,99€
¡Lara Croft ha vuelto!
Veintiocho años después de su primera aparición, que se dice pronto, la trilogía original de la aclamada franquicia Tomb Raider, formada por Tomb Raider (1996), Tomb Raider: Starring Lara Croft (1997) y Tomb Raider: Las aventuras de Lara Croft (1998) vuelve por todo lo alto con las remasterizaciones de los tres juegos y sus respectivas expansiones (las cuales están disponibles por primera vez en consolas) para PlayStation 5, PlayStation 4, Xbox Series X|S, Nintendo Switch y PC. Estas remasterizaciones, ansiadas por crítica y público, han sido un reclamo durante (muchos, quizá demasiados) años, pero lo que parecía que nunca se iba a cumplir, al final ha sucedido gracias al desarrollo de Aspyr Media, el estudio de desarrollo que se encargó de portear esta trilogía al ecosistema Mac hace más de veinte años. Con el código fuente original y mucha ilusión bajo el brazo, nos traen las remasterizaciones de los juegos que lo empezaron todo, y muy sin lugar a duda, los que hicieron de Lara Croft una leyenda de los videojuegos a finales de la década de los 90. Vuelve la Lara Croft original, aquella que lo empezó todo, la que consiguió revolucionar una industria heteropatriarcal con su impresionante carisma, un atractivo arrollador y mucha leña que repartir. Vuelve la Lara Croft que se perdió hace más de diez años tras su reinicio con Tomb Raider (2013). Los fans más clásicos están de celebración, pero los nuevos aún más, porque van a conocer de primera mano, y gracias a estas remasterizaciones, al icono que lo cambió todo. Es para mí un verdadero honor presentaros el análisis de Tomb Raider I-III Remastered.
Con un impresionante lavado de cara, texturas renovadas en HD, un nuevo modelado y controles actualizados, Tomb Raider I-III Remastered nos devuelve a una época donde los videojuegos no tenían por qué ser realistas, sino fantasiosos, divertidos y poco convencionales; donde la cultura woke no era un requisito indispensable para desarrollar un videojuego y, por supuesto, donde la esencia del personaje principal prevalecía frente a cualquier otra cosa. La asociación con Embracer ha puesto punto y final a un tema que parecía estar vetado, véanse las remasterizaciones de los juegos clásicos, y solo hay que ver la tremenda expectación que han causado desde su anuncio el pasado mes de septiembre para reconocer el éxito de estos pese a su escasa (y prácticamente nula) promoción por hasta hace dos días como quien dice. Este lanzamiento demuestra sin opción a réplica lo que se espera del futuro de la franquicia, lo que de verdad interesa, el camino a seguir. Si bien unos remakes completos de los juegos como está haciendo Capcom con Resident Evil hubieran sido excelentes, no estoy del todo seguro de si hubieran sabido mantener la esencia original de los juegos como con estas remasterizaciones, así que podemos estar (y estamos) verdaderamente felices de que haya sido así. De hecho, hay hasta un innecesario texto al iniciar el juego que condena los estereotipos vistos en estos juegos. No sé muy bien de quién habrá sido la idea (aunque me lo puedo imaginar) de poner un texto tan banal, pero lo que queda claro es que preferimos esto a un realismo insulso.
Juegos modernizados que ensalzan su encanto original
El principal atractivo de estas remasterizaciones es cómo Aspyr ha conseguido modernizar de arriba abajo los títulos que se incluyen en esta colección para adaptarlos al presente. El cambio gráfico es su pilar más importante, y es que el rediseño tanto de Lara como de los niveles es abrumador. El modelado de la arqueóloga es completamente nuevo, siendo más cercano a las cinemáticas originales, las cuales son el único recurso que se ha mantenido idéntico a los juegos originales, y es cierto que queda un poco extraño en el conjunto final. Siendo sincero, no hay imagen que le haga justicia al nuevo diseño de Lara, es algo que se debe disfrutar jugándolo en primera persona, pero realmente es una delicia visual. Se mantienen intactos los elementos originales, pero se han mejorado soberanamente, respetando al máximo la seña de identidad del personaje; tanto sus atrevidos atuendos, como su descomunal físico. Por supuesto, se han corregido cosas como el cabello de Lara Croft en Tomb Raider (1996), que por limitaciones gráficas era un moño y ahora es su icónica trenza en todo su esplendor. Lo mismo ocurre con el resto de personajes, enemigos y, por supuesto, los escenarios, siendo estos últimos los que mayor y mejor cambio han sufrido después de Lara. Lo que más se agradece es la iluminación, que corrige la oscuridad de los niveles, da más profundidad a estos y permite disfrutar más de las localizaciones que visitamos a lo largo de los tres juegos, con unas texturas completamente nuevas que sí es cierto hasta reducen ligeramente la dificultad original.
Por otro lado, y aunque sí han sufrido importantes mejoras, los modelados ajenos a Lara Croft dan la sensación de estar acartonados. Aunque los personajes secundarios se acercan un poco más, los enemigos parecen estar hechos de plástico. No estoy del todo seguro de si ha sido una decisión de desarrollo o que no se han invertido tantos recursos como en Lara y en los escenarios, lo cual tiene sentido, pero si nos ponemos quisquillosos podrían haberles retocado más allá de actualizar solo las texturas, ya que el margen es alto. Para los más nostálgicos, y algo verdaderamente impresionante, es poder cambiar en tiempo real con solo darle a un botón entre los gráficos clásicos y modernos, contemplando la diferencia exacta al momento, lo cual es algo que pocas veces o ninguna se ve en una remasterización de este tipo; eso sí, mientras que los gráficos modernos corren a 60fps en todas las plataformas, cuando se cambia a los gráficos clásicos estos caen a los 30fps, notándose bastante la tan brusca diferencia entre modos. En cuanto a la cámara se refiere, con los gráficos antiguos está bien posicionada y funciona de maravilla, pero con los gráficos nuevos se vuelve absolutamente loca en algunos escenarios, sobre todo aquellos pasilleros o con techos bajos. No estoy seguro de si esto es algo que se corregirá con un parche de lanzamiento, más a futuro o directamente ni se corregirá, pero puede ser muy frustrante a la hora de avanzar por los niveles y/o en los combates. Sin duda, la peor experiencia durante la elaboración del análisis ha sido el control de la nueva cámara.
El segundo pilar de estas remasterizaciones son los controles mejorados. Se habló en su momento de que serían parecidos a los de la trilogía LAU, pero no es en absoluto cierto. De hecho, están muy lejos de parecerse a esos controles que eran todo fluidez y rapidez. Bajo mi punto de vista, y siendo gran conocedor de lo que voy a decir a continuación, los controles modernos de Tomb Raider I-III Remastered son prácticamente idénticos a los de Tomb Raider: The Angel of Darkness, bien implementados, eso sí. Este es mi primer y favorito título de la franquicia, así que diría que no estoy demasiado desacertado con la comparación. El movimiento de Lara se deja llevar con gusto, pero en ocasiones puede ser algo errático y lento. Insisto, se maneja muchísimo mejor que el juego mencionado anteriormente, pero el control va más en esa línea y no en la de LAU, tal y como se trató de hacer creer cuando salieron los primeros detalles jugables de estas remasterizaciones. Recordemos que los dos primeros Tomb Raider estaban hechos para jugarse con la cruceta de dirección en lugar de con el joystick, por lo que la actualización resulta una gozada para no solo los jugadores de siempre, sino también para aquellos que quieran disfrutar de estos juegos por primera vez, que los controles de tanque echaban mucho para atrás. Al igual que los gráficos, los controles se pueden cambiar entre los de tanque (configurados por defecto) y los modernos a través del menú opciones. El único fallito de los controles nuevos, es que ciertos movimientos y saltos resultan más complicados de ejecutar que antaño.
Es posible cambiar entre los gráficos modernos y los clásicos en tiempo realContenido de calidad para pasar semanas jugando, pero detalles con margen de mejora
Si una cosa está clara, es que Aspyr Media ha trabajado arduamente en ofrecer no solo un producto muy esperado, sino también uno muy completo. Tener tres juegos remasterizados con sus tres respectivas expansiones es un lujo para todos los jugadores, haciendo que la experiencia sea total y absoluta. Pensaba para mis adentros si hubiera sido mejor sacar un juego cada tres o cuatro meses, con tal de que hubiera margen para jugar y exprimir cada uno de ellos por separado, ya que aunque no son especialmente larguísimos (teniendo también en cuenta que los controles facilitan la accesibilidad considerablemente), entre ellos y las expansiones pueden llegar a ocupar fácilmente varias semanas de juego; lo cual, por supuesto, es uno de los mayores atractivos de esta trilogía. Además, con los más de trescientos logros entre los tres juegos y expansiones, los completistas estaremos bien saciados de contenido. Fantasías aparte, sí creo que a Tomb Raider I-III Remastered le hubieran venido bien unas pocas semanas más de desarrollo para pulir todo de cara al lanzamiento; aspectos como el control de la cámara o un mayor dominio de los controles puede ser, o podría ser retocado para mejorar la calidad de vida del juego así como la experiencia del jugador, pero insisto en que hablo de esto como dos apartados en absoluto negativos, sino con amplio margen de mejora. El manejo de los controles es fácil y accesible, si bien hay que acostumbrarse un poco, resulta gratificante al poco de comenzar a jugar. Se puede dar algún traspiés, pero nada que sea constantemente molesto o manche la experiencia.
Algo que sí podría haber sido ya no mejorado, sino actualizado, porque ni siquiera eso, es el apartado sonoro e incluso las cinemáticas, como comentaba antes. Y no, no hablo de las preciosas piezas musicales que acompañan a Lara a través de sus aventuras, porque siguen siendo idóneas, sino de los efectos de sonido como las armas al disparar, que suenan igual que hace casi treinta años, u otros que siguen siendo el mismo archivo de audio que entonces. Estas remasterizaciones siguen siendo un lujo, sobre todo por lo lejanas que parecían, pero a la hora de la verdad los cambios se sustentan en el modelo de Lara, los impresionantes escenarios que ahora cobran una segunda vida, y poquito más. Pese a eso, jugar tres títulos tan consagrados, sus tres expansiones y sus tres casas de Lara de una manera renovada tanto tiempo después es lo que hace que Tomb Raider I-III Remastered se merezca todo el apoyo posible, incluso ojalá sirva para remasterizar la segunda trilogía original de Core Design. Este lanzamiento, al que tengo la suerte de llevar jugando un par de semanas, me ha vuelto a recordar por qué amo Tomb Raider, y por qué me enamoré de Lara Croft hace ya veintiún años. Eso, y lo digo emocionado, no tiene precio alguno, porque he vuelto a sentir sensaciones e impresiones que hacía años no sentía. Espero que el futuro nos traiga más Tomb Raider, pero de este, del que deja huella, del que es puro, del que no tiene miedo al qué dirán, del que arriesga. He vuelto a una infancia preciosa, siendo además la primera vez que disfruto al completo de estos tres juegos. Esto, jugadores y jugadoras, es Tomb Raider. ¡A saquear muchas tumbas!
CONCLUSIÓN: Tomb Raider I-III Remastered es la muestra de que lo bueno siempre será bueno, pasen los años que pasen. Si a eso se le suma un apartado gráfico y jugable totalmente renovado con un contenido tan amplio como el de tres juegos, la teoría se refuerza. Pese a su margen de mejora en algunos aspectos, estas remasterizaciones son el mayor tributo a la trilogía original de Tomb Raider.
8
Este análisis se ha elaborado gracias a una copia digital del juego ofrecida por Aspyr Media y Crystal Dynamics.