Sé que en otros países llega la primavera y que muchos celebran esa estación como si fuera más especial que las tres restantes, perooooooo resulta que para mí es más lindo el otoño. Así que no les voy a desear una feliz primavera, porque no quiero (jaja ¿qué le pasaba?) Querido hemisferio norte: suerte con las alergias y con el calor, yo me quedo con las tazas de té y los libros gordos atrás de la ventana (?)
Ok, luego de pelear sin razón aparente a una estación del año pasemos a otro tema: hoy es el día mundial de la poesía.
No soy muy fanática de la poesía, y si tuviera algo mejor que postear no le dedicaría una entrada, ¿para qué les voy a mentir? jaja
Pero, ya que es, y un saludito al otoño me parece poca cosa para rellenar una entrada, comparto con ustedes un par de versos sueltos que me gustan y una poesía entera, de las pocas excepciones que amo :D
Pregunté a la tarde de abril que moría:
¿Al fin la alegría se acerca a mi casa?
La tarde de abril sonrió: La alegría
pasó por tu puerta —y luego, sombría:—
Sé
también que sois unos depravados, y aparte de desear al fregadero, os gusta que mientras os lo cepilláis os miren, sobre todo si es una lechuga. Es algo que teníais muy escondido, claro, lo comprendo, es normal. Los vegetales son duros de pelar, sobre todo los cocos.
Hilarante cortometraje del genio
Empezando por el modo historia, decimos que Tomodachi Life no tiene historia como tal, que venga definida por unos parámetros o algo similar. Cada jugador vivirá una determinada historia dentro de una isla a la que nosotros mismo bautizaremos, y que no tendrá apenas similitud con la de cualquier otro jugador, dado a la inteligencia artificial del juego de la que os hablaremos más adelante. Ir a la playa, ir a tomar café, realizar unos juegos u otro, todo depende cómo interactuemos y qué decidamos hacer. Cada uno, tendrá su propio Mii que tengamos registrado en la Nintendo 3Ds (o 2 Ds en algunos casos), y una población creada mediante creación propia, portándolo desde el Mii de nuestros amigos, o mediante los códigos QR que hay con numerosos personajes famosos, tales como Albert Einstein, Stephen King, Joker, King Kong, B.o.B., Bob Marley… un larguísimo etcétera.
¿Pero que es este TomodachiLife? Pues podríamos denominarlo como un simulador social en el que interactúan las vidas virtuales de los personajes que tengamos creado en el cartucho. Siendo por lo tanto una experiencia difícil de explicar pero tremendamente interesante de jugar por lo que aporta.
Pasó por tu puerta. Dos veces no pasa.
Greg Hanson, al cual, y con el permiso de todos vosotros, aprovecho para enviarle un fuerte abrazo. Este micro corto es rompedor, con una historia que hará las delicias de todo amante del cine, y que si nos descuidamos casi ni lo veremos, recordar que dura menos de 2 minutos, cr -Antonio Machado
Yo no estimo tesoros ni riquezas;y así, siempre me causa más contentoponer riquezas en mi pensamientoque no mi pensamiento en las riquezas.-Sor Juana Inés de la Cruz
Seguimos las huellas de pies que bailaban
hacia la calle alumbrada de luna
y nos detuvimos bajo la casa de la ramera.
Adentro, por sobre estrépito y movimiento,
oímos los músicos tocando a gran volumen
el «Treues Liebes Herz» de Strauss.
Como formas extrañas y grotescas,
realizando fantástico arabesco
corrían sombras detrás de las cortinas.
Vimos girar los fantasmales bailarines
al ritmo de violines y de cuernos
cual hojas negras llevadas por el viento.
Igual que marionetas tiradas de sus hilos
las siluetas de magros esqueletos
se deslizaban en la lenta cuadrilla.
Tomados de la mano
bailaban majestuosa zarabanda;
y el eco de las risas era agudo y crispado.
veces un títere de reloj apretaba
la amante inexistente contra el pecho,
y otras parecía que querían cantar.
A veces una horrible marioneta
se asomaba al umbral fumando un cigarrillo
Como cosa viviente.
Entonces, volviéndome a mi amor dije,
«Los muertos bailan con los muertos,
el polvo se arremolina con el polvo».
Pero ella escuchó el violín,
se apartó de mi lado y entró:
entró el Amor en casa de Lujuria.
Súbitamente, desentonó la melodía,
se fatigaron de danzar el vals,
las sombras dejaron de girar.
Y por la larga y silenciosa calle
en sandalias de plata asomó el alba
como niña asustada. -Oscar Wilde, La casa de la rameraéditos incluidos. Comentar también que la fotografía es fantástica, un poco ochentera dir
El apartado técnico es en lo que puede flojear este título si lo comparamos con otros, que debido a la experiencia obtenida con los años es algo normal. Hay que tener presente que TomadochiLife es el primero de una más que probable saga, y que tal y como ha sido acabado, seguramente se vea mejorado con el paso de los años. La mecánica es básica, interactuar con los Mii según sus necesidades y según queramos, algo importante a la hora de jugar, ya que nuestra libre elección hará que los Mii nos soliciten unas acciones u otras. Acciones como pedirnos de comer, enamorarse o no de nosotros, querer o no quedar con nosotros… y un larguísimo etcétera que no os contaremos para que descubráis por ustedes mismo el gran abanico de opciones que nos ofrece.
El control, totalmente táctil, es idóneo. Así resumimos este apartado en el que todas y cada una de la acciones las desarrollaremos únicamente con el lápiz táctil. Una manera cómoda y sencilla para jugar a este título.
Como innovación podemos destacar la ya nombrada utilización de códigos QR de diferentes personajes famosos, históricos, deportistas, escritores, del mundo del cine… etcétera para descargarlos en formas de Mii y poder interactuar con ellos.
La inteligencia artificial es lo que más nos ha llamado la atención de este juego. En TomodachiLife, cada decisión cuenta, no es lo mismo dar de comer una determinada comida, por ejemplo, o darle otra, ni jugar en un momento determinado o en otro. Todo lo que hagamos tiene unas consecuencias en unos Mii y en otros, y hace que cada consecuencia sea progresiva, donde inevitablemente, podamos tener todo controlado.
En lo que respecta a la duración de TomodachiLife, es muy amplia incluso infinita, ya que podemos jugar tantas horas como deseemos y tiene la capacidad de mantenernos durante horas con la consola.
¿Pero y la dificultad? Pues sencillamente es inexistente. Bien es verdad que al principio podemos estar algo perdidos y no saber cómo o de qué manera desbloqueamos las cosas, pero es un juego muy sencillo que con poco que dediquemos, y con el perfecto tutorial que tiene (corto pero preciso para no aburrirnos) hace que no tengamos presente la dificultad en ningún momento del juego.
El multijugador es algo secundario en este título, ya que debemos centrarnos en nuestra isla y los personajes Mii no son obligatorios de manera en línea. Por lo que, aunque esta la opción, es algo que es irrelevante en el juego.
Desde el punto de vista del apartado visual es nintendero, ya que usa la apariencia de los Mii con un toque especial, ya que los elementos que les podemos ofrecer son imágenes reales de las cosas, y hacen que la unión de las dos sea particular. No estamos nada acostumbrado a ver este tipo de cosas. Además, el amplio abanico para poder editar los personajes hace que la variedad de los Mii sea diferente casi en su totalidad.
El apartado sonoro también tiene la particularidad de ser editado. Podemos seleccionar el tipo de voz del Mii, la velocidad con la que hablan, la intensidad… etcétera. Además, las diferentes melodías que suenan durante la partida, son pegadizas, y aunque algo repetidas, no suelen aborrecer.
En definitiva, TomodachiLife es un título que los seguidores de Nintendo deben probar, ya que no es un videojuego normal y corriente, si no que trata de transmitirnos una sensación de la que no estamos acostumbrados a vivir en este mundillo y que rara vez llegan. En futuras entregas más que probables, esta saga dará de que hablar. Esperemos que Nintendo siga confiando en este producto.
LO MEJOR
-Nintendo
-La variedad
-Inteligencia artificial de los Mii
LO PEOR
-No esta exprimido.
-Mecánicas algo simple
(Espero que no haya quedado cualquier cosa esta entrada. Intenté ponerle onda, pero estoy de muy mal humor, ¿se nota? jaja)
(x)(x)(x)ía yo, con un tono amarillento que encaja perfectamente con la idea que