Aunque los aficionados a la serie Yakuza fuera de Japón siempre han tenido que luchar para que SEGA trajese las diferentes entregas de la saga a sus territorios, desde hace un tiempo la compañía del erizo azul no para de traernos los últimos juegos. Así, en lo que llevamos de generación ya hemos disfrutado de Yakuza 0, Yakuza: Kiwami, y ahora nos toca jugar a Yakuza 6: Song of Life. Y aunque su puesta a la venta en Occidente siempre lleva un retraso amplio con respecto a los lanzamientos japoneses, se agradece poder disfrutar de esta franquicia, que tantas alegrías nos da, sin temor a perdernos alguno de los juegos.
EL OCASO DEL DRAGÓN DE DOJIMA
Con Yakuza 6: Song of Life estamos en el final de la historia de Kazuma Kiryu. Este ha sido el juego en el que sus creadores han decidido que terminaran las aventuras de este protagonista, que lleva al frente de la saga Yakuza desde hace más de una década, cuándo el primer juego vio la luz en PlayStation 2. Es por esto que no habrá más personajes jugables, y que toda la trama se centra en Kiryu.
En cuanto a esta, y sin entrar en destripes que puedan arruinaros la experiencia, tiene su inicio justamente dónde se quedaba en Yakuza 5. Tras los hechos acontecidos, Kiryu decide no resistirse y cumplir condena, con la intención de quedar limpio y así abandonar su pasado criminal para poder estar con su hija adoptiva Haruka, que es una idol famosa y en un concierto revela las relaciones familiares que comparte con la yakuza.
Nuestro control sobre la aventura, sin embargo, comienza unos años después, cuando nuestro ya cincuentón protagonista salga por fin de prisión y descubra que Haruka ha desaparecido y nadie conoce su paradero. Comienza así nuestra búsqueda, nuestro retorno a Kamurocho, y pese a los deseos de Kiryu, nuestro descenso de nuevo al submundo criminal japonés, que ha cambiado mucho en su ausencia.
Una vez más, no vamos a revelaros más para evitar soltar información importante, pero, tal y como nos tiene acostumbrados la saga, el argumento principal es de película. Serio, personal, y bien construido. No hay espacio aquí para la broma, algo que el juego prefiere dejar para las tareas secundarias y demás actividades opcionales.
También, dado su carácter final, resulta evidente que todo se comprende y entiende mejor si hemos jugado a los juegos previos. Yakuza 6: Song of Life proporciona resúmenes de lo acontecido en los anteriores Yakuza y se preocupa por proporcionarnos secuencias flashback y presentación de personajes, por si es nuestra primera aproximación a la saga, pero se sigue disfrutando más si ya venimos con un bagaje, que ayude a entender el camino recorrido por cada personaje. También ayuda saber inglés, pues el juego, como siempre, viene con todos sus textos en dicho idioma, y sus voces japonés, en este último caso, por primera vez todas las líneas de diálogo del juego han sido dobladas.
EL NUEVO DRAGON ENGINE
La mayor de las novedades de este Yakuza 6: Song of Life, es que es el primer juego de la saga que utiliza un moto gráfico nuevo, y no heredado de PlayStation 3. El Dragon Engine supone el primer intento por parte de sus creadores de hacer uso de un apartado gráfico que saque provecho a la potencia de PlayStation 4, y el resultado se nota, aunque también tiene sus peros.
Gracias a este nuevo motor, Kamurocho y el nuevo barrio de Onimichi lucen mejor que nunca. Y no solo por que tenga una mayor carga gráfica en cuanto a texturas y efectos visuales, también porque no hay tiempos de carga entre muchas de las zonas. Así, podemos entrar a cualquiera de las tiendas sin tener que esperar un breve parón, algo que ayuda a la inmersión, y que hace del barrio un lugar más vivo y natural, sobre todo cuando nuestras peleas acaben afectando a esos mismos establecimientos.
Si a esto le sumamos que el juego incluye un montón de marcas y establecimientos reales, transmite con maestría la sensación de estar en verdad en una localización japonesa, y captura muy bien el espíritu de los lugares de los que toma su inspiración, como son Kabukicho e Hiroshima.
El nuevo Dragon Engine ha dado un mejor aspecto también a los personajes, que ahora gozan de un aspecto menos artificial, y que en las cinemáticas clave cuentan con un realismo muy logrado y una gran expresividad, acercando al título a ese tono cinematográfico que siempre ha buscado y que tan bien le sienta.
Sin embargo, la optimización del nuevo apartado gráfico tiene sus inconvenientes, en especial si jugamos en la PlayStation 4 normal, o en su versión Slim, y no así en la PlayStation 4 Pro. Porque en las dos primeras el juego sufre de tearing, o cortes de pantalla, sutiles en los exteriores, pero que se hacen muy presentes y llamativos cuando Kiryu entra en tiendas u otro tipo de interiores. Un problema, que en cambio, está corregido si jugamos con una Pro, y que por tanto no padeceremos en ese caso.
CONSERVADOR EN LO JUGABLE
Yakuza 6: Song of Life no cambia un ápice del esquema jugable visto en los diferentes juegos de la saga. Nuevamente tenemos un juego de acción con toques RPG en el que podemos explorar el escenario a nuestro antojo. Repartidas por los mapas, hay un gran número de tareas opcionales y mini-juegos, que podemos disfrutar cuándo queramos darnos un respiro de la historia principal.
Como es costumbre, es en estas misiones opcionales dónde el juego deja volar su sentido del humor para descomprimir de la seriedad del argumento central. Así tenemos aquí misiones que nos llevan a comprar un recuerdo de la carrera de idol de Haruka para una niña que es su mayor fan, o seguir las enseñanzas de un tipo algo salido en un live chat con chicas dispuestas a quitarse la ropa. Otras, en cambio, vendrán dadas mediante mensajes en nuestro teléfono móvil, que nos invitan a estar en un determinado punto durante un momento específico.
Al mismo tiempo, también podemos invertir nuestro tiempo, y nuestro dinero, en un montón de actividades lúdicas, muchas de las cuales ya son veteranas de la saga Yakuza, como el karaoke o el baseball. Otros mini-juegos, sin embargo, son nuevos, como las conversaciones vía chat con chicas reales, o ni más ni menos que Virtua Fighter 5 en los salones arcade. Eso si, en Yakuza 6: Song of Life, hay también alguna ausencia en este aspecto, que no repite aquí.
El mini-juego estrella, de hecho, es un sistema de creación y gestión de nuestro propio clan mafioso. Aunque no goza de unas mecánicas muy complejas, se trata de un añadido muy entretenido, que fácilmente puede absorbernos horas de juego casi sin percibirlo, encargando a nuestros subalternos pelear con otras bandas, incluidas las que hayan creado nuestros amigos en sus propias partidas. Este gestor de clanes tiene incluso su propia pequeña historia asociada.
Por último, Kamurocho y Onimichi están llenas de coleccionables por encontrar si somos completistas. Ahora serán más sencillos de localizar, ya que podemos manejar el juego en primera persona siempre que no estemos en combate.
Dónde si notaremos diferencias en este Yakuza 6: Song of Life, en especial si solo hemos jugado a Yakuza 0 y Yakuza: Kiwami, es en el sistema de combate. Aunque el sistema de esta entrega es más fluido, gracias sin duda a unas mejores animaciones, nosotros hemos echado de menos la posibilidad de escoger entre los distintos estilos de combate, como se había visto en los anteriores juegos. Se pierden, a nuestro juicio, unas mecánicas de lucha muy interesantes, que nos dejaban variar nuestra estrategia de lucha en plena pelea. Aquí eso no está, y es una pena.
Por su parte, el sistema de progresión de Kiryu es mucho más rolero que en pasados juegos. En Yakuza 6: Song of Life mejoramos sus características y habilidades con puntos de experiencia, y suele ser necesario haber adquirido ciertas habilidades antes de acceder a otras.
CONCLUSIONES
Yakuza 6: Song of Life se postula como un excelente final tras más de una década de juegos. Si bien no es el juego más notable de la franquicia, aunque esto responde más a una opinión personal que a un análisis crítico, se trata de un juego que agradará tanto a los fans como los que se acercan a esta serie por primera vez.
Estamos ante una entrega con uno de los guiones más serios e íntimos de la franquicia, y el nuevo motor gráfico suma enteros a la puesta en escena, a pesar de los inconvenientes que tiene en los modelos inferiores de PlayStation 4. Añadido esto a la siempre divertida y extensa experiencia que proporciona un juego como Yakuza con sus misiones opcionales y actividades varias, hay aquí juego para meses.
Hemos realizado este análisis en una PlayStation 4 normal, con una copia física de Yakuza 6: Song of Life proporcionada por Koch Media.
Historia - 90%
Jugabilidad - 88%
Gráficos - 80%
Sonido - 84%
86%
Estamos ante una entrega con uno de los guiones más serios e íntimos de la franquicia, y el nuevo motor gráfico suma enteros a la puesta en escena, a pesar de los inconvenientes que tiene en los modelos inferiores de PlayStation 4. Añadido esto a la siempre divertida y extensa experiencia que proporciona un juego como Yakuza con sus misiones opcionales y actividades varias, hay aquí juego para meses.
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