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Analizamos el piloto de Girls.

Publicado el 27 abril 2012 por Lapalomitamecanica
Ni Gossip Girl ni Sexo en Nueva York, ni mierd...
Analizamos el piloto de Girls.
Nota: 6’5
Si existe una cadena hoy en día que se haya ganado una reputación inmejorable a base de ofrecer ficciones de calidad, ésa es la HBO. Con un olfato para captar audiencia y una selección de guionistas con aptitudes celestiales, terminan pronosticando el éxito de la temporada en la mayor parte de los casos, ofreciendo la serie que estará en boca de todos. Pues actualmente, parece que todo lo que lleva el sello distintivo de la HBO, es sinónimo de triunfo asegurado. No hay más que echar un vistazo a las últimas producciones que han salido de la cantera (Juego de Tronos o Enlightened, entre otras). E incluso esta tendencia reciente de que renombrados directores de la gran pantalla se estén cambiando de acera para colaborar en la caja tonta (Scorsese para Boardwalk Empire, o Spielberg para...cuatro o cinco series). Así, la última propuesta de la cadena estadounidense, Girls, está dirigida por Lena Dunham - que resulta ser también la guionista y la protagonista de la serie - y apadrinada por el éxito que avala a su productor, Judd Apatow (Freaks and Geeks, Virgen a los 40).
El análisis de su piloto, tras el salto.
Envasada en un formato fresco y digerible de 30 minutos, la serie se centra en la vida de Hannah (Lena Dunham; ventajas de ser también la directora, que puedes ser la protagonista si se te antoja), una veinteañera en su segundo año de carrera que trabaja de becaria en una oficina. Este episodio piloto está más enfocado a este personaje, pero ya deja entrever poco a poco que en los siguientes capítulos, el protagonismo estará más repartido entre Hannah y sus pintorescas amigas: Marnie (Allison Williams), la amiga dulce que sale con un tipo que la adora aunque ella no parece corresponderle; Jessa (Jemima Kirke), típica colega descarriada sin remedio; y Shoshanna (Zosia Mamet), la rarita envidiosa. Descubrimos que Jessa está embarazada en contra de su voluntad y que Hannah tiene un ‘folla-amigo’ al que va a ver cuando la despiden de su trabajo por pedir que le paguen. 
Analizamos el piloto de Girls.
Girls parece apostar por un humor algo peculiar – bastante alejado del que estamos (mal) acostumbrados a sufrir en sitcoms estilo Friends (por nombrar una al azar) - que da lugar a todo tipo de situaciones bizarras, incluso incómodas (la escena de sexo de Hannah con su folla-amigo en el sofá es realmente incómoda de ver). Una prueba de ello es la secuencia con la que se abre el piloto: conocemos a Hannah, que está cenando con sus padres en un restaurante lujoso en Nueva York, pues ellos han hecho el viaje para visitarla. Todo parece ir perfectamente bien hasta que sus padres le comunican sin venir a cuento que han decidido no pagarle los estudios universitarios durante más tiempo. Consideran que es lo suficientemente mayor como para encontrar un trabajo remunerado que le permita mantenerse. Siendo hija única y sus padres profesores, no existe ninguna traba real que les impida ayudarla económicamente, por lo que la protagonista no da crédito a lo que le está ocurriendo. Es un buen comienzo, que ya proporciona al espectador las claves de por donde se moverá una serie como Girls, a la vez que plantea problemas reales con un toque de humor muy marcado.

Una vez superado el recelo y el miedo inicial que a menudo entrañan este tipo de producciones, sospechosamente dirigidas a un público - en principio - femenino, es posible disfrutar de una serie como Girls. Porque admitámoslo, cuánto daño hacen producciones mediocres como… ¿hace falta que las nombre? que normalmente funcionan como repelentes naturales para la mayor parte del sector femenino cuya meta en la vida no es ir de compras y/o encontrar un macho alfa que las mantenga. 


Analizamos el piloto de Girls.
Así que calma pueblo, porque en Girls no hay kilos injustificados de maquillaje, ni blazers de Zara combinadas con sandalias de Louboutin. Ni citas para la manicura ni mechas californianas, ni fiestas vistosas ni cabinas de bronceado, ni pretendientes buenorros revoloteando alrededor de las protagonistas. Porque las protagonistas ni siquiera son guapas ni se esfuerzan en serlo. No son floreros, ni estereotipos andantes; son gente normal con problemas reales. El cool lifestyle ha salido huyendo por la puerta de atrás para dejar paso a una ficción realista y divertida, que no deteriora ni vulnera la imagen de la mujer. Por eso, chicas normales del mundo y sus variantes distribuidas en tribus urbanas (hipsters, indies y demás modernas) uníos porque parece que esta serie se dirige a vosotras.

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