Analizamos el regreso de The Walking Dead

El apocalipsis zombi vuelve con mejor pulso y record de audiencia




Nota: 6,5
Y está de vuelta la que fue considerada la serie revelación de la pasada temporada hasta la aparición de Juego de Tronos. Una producción ambiciosa del canal de moda que a nosotros no nos terminó de gustar más allá de su piloto por muchas y diversas razones (análisis aquí), que básicamente se pueden resumir en dos: un ritmo lento y alguna decisión argumental poco coherente.
No obstante, la serie de AMC ha regresado con la promesa de retomar el vuelo y cargada de novedades, aunque no todas positivas. Al ya sonado despido de Frank Darabont (lo que no ha impedido que siga figurando en los créditos de la serie) hay que sumarle unos recortes presupuestarios resultado de duplicar el número de episodios para esta temporada. Y es un alivio confirmar que por lo menos en esta premiere de una hora de duración no se nota para nada que se han tenido que apretar el cinturón. Eso sí, aunque en AMC han decidido apostar más por la tensión que en entregas anteriores, los fallos pueden resumirse exactamente en los mismos puntos. La review completa del 2x01 What Lies Ahead tras el salto.
7.3 millones de espectadores estadounidenses siguieron el domingo el estreno de la segunda temporada de The Walking Dead estableciendo no solo un récord para la cadena de Breaking Bad y Mad Men, sino también en la historia del cable básico superando la oferta de los canales generalistas (y gratuitos). Todo un hito que nos invita a reflexionar sobre las ganas de muertos vivientes que tiene el respetable y lo poco que le importan al gran público los bailes de nombres tras sus series favoritas.
El episodio comienza prácticamente donde nos habíamos quedado, es decir, saliendo a toda prisa de Atlanta tras la explosiva parada en el centro de investigación. El grupo no tarda en quedarse barado en un tramo de autopista que no tardaremos en conocernos al dedillo ya que se trata de casi el único escenario del episodio. Pero antes hemos asistido a una especie de prólogo desubicado en el que Rick, como si de un superhéroe se tratara, nos suelta un discurso sobre la esperanza con la excusa de un mensaje radiofónico a los Jones. Una pieza que lejos de cumplir su cometido de situarnos en el acto en pleno contexto de la serie ha resultado demasiado artificial evidenciando la falta de carisma de su protagonista, que, irónicamente, nos ofrece un trabajo bastante más esforzado que el del año pasado en el resto del episodio.

El primer momento de tensión llega acompañado de la primera incoherencia de la temporada, en la que decenas de zombis se plantan en un abrir y cerrar de ojos junto a nuestros protagonistas a pesar de que Dale se encuentra vigilando desde el techo de la caravana. Y como en esta serie las criaturas solo tienen un olfato desarrollado cuando a los guionistas les interesa, a nuestros protagonistas les sirve con esconderse bajo los coches para evitar convertirse en merienda de muerto viviente.
Menos mal que nos han ofrecido un momento notable con el zombi curioso que ha entrado en la caravana para desgracia de Andrea. No solo el maquillaje de la criatura es uno de los mejores que nos ha dejado The Walking Dead en el que seguramente sea su punto fuerte, sino que la forma en la que la rubia suicida ha terminado con su vida nos ha dejado claro que en esta segunda temporada no piensan cortarse con el gore. Y bien que hacen.

Durante el ataque, Sophia ha salido huyendo hacia el bosque obligando a Rick a hacerse el héroe una vez más. Tras asesinar a un par de caminantes en una escena ya avanzada en trailers pero no por ello menos potente, volvemos al tedio con el rastreo de la joven por parte de Daryl, uno de los pocos personajes interesantes de la serie básicamente porque tiene un arco y pintas de cazador. Que eso siempre mola. El pequeño de los Dixon no decepciona y nos ofrece otra ración de gore con excusa argumental (no vayan a acusarnos de gratuitos) en el que destripa a un zombi buscando restos de la niña. Nada de nada.
No tardan en oír unas campanas cuyo sonido siguen hasta una iglesia bautista que parece abandonada. En su interior nos encontramos un eco a la última película decente de Romero La Tierra de Los Muertos Vivientes, con esos caminantes comportándose como humanos sentados en la iglesia. ¿Tienen las criaturas ecos de su vida humana? Esa es la única pregunta realmente interesante que nos ha deparado este episodio, en el que Rick ha esquivado de una forma bastante burda revelarnos el misterioso mensaje del científico y nadie ha hecho ningún descubrimiento revelador.

En la última escena asistimos a un momento de innegable fuerza visual con el joven Grimmes observando a un ciervo que destila vida....hasta que una bala atraviesa su estómago alcanzando al chaval en su trayectoria. Cliffhanger de manual y fin del episodio. ¿En serio que alguien pensaba que llevar al crío en la búsqueda de Sophia era buena idea? Esa solo es otra de las incongruencias argumentales que nos vuelve a dejar The Walking Dead en su relato sin rumbo de las peripecias de un grupo perfectamente heterogéneo de americanos en el apocalipsis zombi. Menos mal que en la promo del próximo episodio se avista cierta granja ante la que los fans del cómic no dejan de relamerse. ¿Conseguirá The Walking Dead consolidarse en los próximos capítulos?
Por lo menos, este primer episodio nos ha servido para desmentir uno de los mayores temores que teníamos ante esta temporada, ya que los recortes presupuestarios se han equilibrado con más casquería en detrimento de los planos generales y, tampoco vamos a negarlo, alguna escena de diálogo sobrante (sobre todo las del triángulo amoroso) que esperemos solo haya sido resultado de la necesidad de alargar la duración de esta premiere. La jugada les ha salido bien en cuanto a espectadores pero el ritmo de por sí pausado de la serie se ha visto muy perjudicado por esos 20 minutos extras. Un fallo que el próximo capítulo corrige por defecto al contar con una duración normal, aunque arreglar a unos personajes que no inspiran ningún tipo de simpatía o interés va a ser la verdadera tarea pendiente de esta segunda temporada. Eso sí, que divertido sigue siendo asistir a las diferentes formas de acabar con un zombi.