Finalmente no hubo salvación y solo Dios sabrá si Dexter tendrá redención. Y no hablo del personaje ni muchísimo menos, sino de la serie de Showtime ya que visto el nivel de esta temporada, que poco o nada tiene que ver ni siquiera con sus temporadas más flojas (la tercera y quinta) que la preceden. Muchos nos preguntamos si Dexter volverá a volar cerca del sol así como ya hizo con su ópera prima y su fabulosa cuarta temporada. Creo que podría escribir cien adjetivos negativos y todos podrían incluirse para describir las sensaciones que esta sexta temporada me ha transmitido en cada uno de los doce episodios que la componen. Y es que si muchos ya olían a rancio todas las referencias a religión antes de la premier, ¡cuánta razón tenían!
A partir de aquí SPOILERS!
El año pasado fue el año de Lumen con una estupenda Julia Stiles. Tras el portentoso final que Trinity nos regaló en la cuarta temporada, todos los seguidores de Dexter entendimos que la quinta temporada podía ser entendida como la clásica temporada de transición. Sin embargo, a pesar de que finalmente acabó desinflándose nos regaló auténticos momentazos como solo la serie de Michael C.Hall ha sabido regalarnos durante estos últimos seis años. Un Jordan Chase al que Jonny Lee Miller supo sacar todo el jugo que sus guionistas le permitieron y una Julia Stiles que otorgó a la serie un rol diferente de todos los que habíamos disfrutado hasta entonces. Una temporada regular, de la que al menos obtuvimos grandes capítulos. Esa es la principal diferencia de esta sexta temporada donde no se puede rescatar ni un solo capítulo que supone este abismo sin fondo.Dexter al igual que otros muchas series (Supernatural y su horrenda séptima temporada) sufre el clásico síntoma de agotamiento que surge a partir de estirar una historia (y todavía nos quedan dos temporada más) hasta que las audiencias y el todopoderoso dólar digan lo contrario. La sexta temporada ha estado marcada en todo momento por el cuestionamiento religioso de Dexter a partir de tener que elegir la educación del pequeño Harrison (Por cierto, ¿qué pasó con Astor y Cody?) y sobre todo a partir del hermano Sam. Casualmente, toda la revelación del agnóstico Dexter viene acompañada por el “Doomsday Killer” una pareja de fanáticos religiosos homicidas que están determinados a representar el apocalipsis.
Realmente nunca me ha resultado demasiado verosímil que alguien como Dexter jamás se haya cuestionado sus propias creencias anteriormente y que lo haga ahora con un motivo tan irrisorio como elegir en que ámbito se educará su hijo no creo que ayude. Pero si vamos más allá, el forense del Departamento de Policía de Miami es y siempre será un hombre de ciencia, por lo que caer en misticismos o supersticiones me parece totalmente fuera de lugar sobre todo por cómo nos lo han descrito al personaje a lo largo de seis temporadas. La religión tan solo sirve de pretexto para que nuestro serial killer predilecto vuelva a tener la esperanza de poder arrojar algo de luz sobre su persona, donde el oscuro pasajero siempre ha prevalecido. Pero Dexter Morgan es lo que es, y si todos los telespectadores lo tenemos asumido, ¿Por qué el propio Morgan no? Creo que la fase de exploración personal ha concluido hace tiempo, y Dexter ha de tomar definitivamente conciencia de sí mismo y seguir hacia adelante sin caer en absurdas vueltas de tuerca.
La temporada posiblemente llega a su cota de mayor mediocridad tras el “6x09 Get Gellar” con ese final que pretendía ser uno de esos giros de guión que hacen época. ¿De verdad pensaban los guionistas que el fiel seguidor de Dexter no sería capaz de averiguar que Gellar no era sino el oscuro pasajero de Travis? Dos capítulos fueron necesarios para que en La Palomita nos oliésemos el pastel ante lo escandaloso que resultaba ver a Edward James Olmos actuar como Patrick Swayze en la emblemática Ghost. Hay que ser exigente y no subestimar al telespectador porque un seguidor de esta serie tiene cultura suficiente en este ámbito y no puedes venderles giros de guión tan absurdos como en su día lo fue el memorable final de Los Serrano como si se tratase del magnífico final del Imperio Contrataca.
Respecto a Colin Hanks creo que todos estaremos de acuerdo en que pasará a la historia como uno de los peores personajes de la televisión contemporánea. Lamentablemente, el patético Travis ha resultado ser un villano nulo en carisma y cuyo interés acaba nada más conocer la noticia de que el mismo puso fin a la vida del profesor Gellar. En cuanto al mencionado Edward James Olmos (Blade Runner) está totalmente desaprovechado, en un año en el que muchos posaron sus esperanzas en el veterano actor que un día dio vida al mítico Comandante Adama (en Battlestar Galáctica). Para desgracia de Colin Hanks, Olmos era el único que conseguía darle algo de carisma a este dueto de homicidas, pero una vez borrado de escena tan bruscamente, el interés (si es que alguna vez lo hubo…) decae estrepitosamente.
Pero lo que realmente me ha llegado a causar verdaderamente vergüenza ajena y una total incredulidad ante el sinsentido que estaba presenciando es todo el tema incestuoso de Debra hacia su hermano. Como recordaréis, Debra tras abatir a tiros a un asaltante armado, es obligada a asistir a las protocolarias terapias con psicólogos. Pues, no sé si han intentado emular algún caso de la magnífica En Terapia pero visto el resultado, no ha podido ser más pedante y pretencioso. Tras un raciocinio que yo todavía no he alcanzado a comprender, Debra acaba siendo consciente de que está completamente enamorada de su hermano Dexter. ¿Incesto? Que va, si Dex es adoptado, ¡que viva el amor libre!
Tras un capítulo final horrendo, falto de emoción ni ritmo, tan deplorable quizás como el primero que abrió esta triste sexta temporada, tenía claro que al menos algún indicio de por dónde irían los tiros la temporada que viene tendrían que darnos, y ya lo creo que lo han hecho. Sin saber de dónde sale Debra, ésta asiste en primera línea ante el ritual de asesinato de Dexter con Travis sobre su mesa. Finalmente ocurrió lo que tanto hemos esperado, aunque seguramente no de la forma que muchos imaginábamos. Sinceramente, creo que han gastado la única bala que quedaba en el cargador. Siempre he creído que el clímax final de Dexter vendría a partir de que ésta descubriera la verdadera cara de su hermano y de la decisión que ésta tomase al respecto o viceversa. Sin duda, con Rita ya gastaron una de esas balas y creo que está ya era la última por lo que mucho me temo que los próximos dos años no sentarán demasiado bien al veterano Dexter, espero equivocarme…