Analizando 50 Sombras de Grey

Ya que toda fémina que conozco está leyendo esta trilogía pues que menos que hacer unas preguntas y poner algún que otro consejo sobre el tema ¿verdad?

“Cincuenta sombras de Grey” ha supuesto mucho más que un best seller erótico que ha enganchado a miles de mujeres en todo el mundo. Erica Leonard James, la autora de “porno para mamás”, ha hecho que los juegos de sumisión sean una nueva forma de redescubrir el sexo y reactivar muchas relaciones apagadas. Si tú también quieres probarlo, aquí tienes una pequeña guía para empezar a jugar.

¿Estás dispuesta a someterte?

Esta es la primera pregunta que tienes que hacerte si quieres probar el placer que experimenta la protagonista de “Cien sombras de Grey” con los juegos de dominación. En estas prácticas existe un punto sado que no todo el mundo tolera y que hay que controlar muy bien para que se quede siempre en el ámbito del juego y el placer mutuo. Si la sensación de que un hombre te domina y te hace el amor a la fuerza es tu fantasía erótica, te animamos a ponerla en práctica. Y, por qué no, también puede que sea a él a quien le guste ser sometido…

¿Placer o dolor?

Los juegos de dominación y sumisión suelen estar relacionados con el bondage, es decir, las ataduras e inmovilizaciones, el spank (pequeños zotes), el fetichismo, los roles de amo y esclavo y todo lo que tú quieras incluir. La única regla es que todo sea consentido y placentero, que no sobrepase nunca las reglas del juego. Eso quiere decir que las esposas nunca deben hacer daño, que los azotes nunca deben ser golpes y que en todo momento te sientas totalmente segura y se trate de un sexo placentero y divertido

Controla tu rol

Unas veces te tocará hacer de ‘domintarix’ y otras de ‘sumisatrix’, y en ambos papeles tienes que sentirte cómoda y saber cuáles son los límites. Si estás ejerciendo de ama, asegúrate de que tu pareja está bien y disfrutando con el juego. Y cuando sea al revés, para y dilo claro si algo no te está gustando o sientes que él se está extralimitando con sus órdenes. Pero, por encima de todo, métete en el papel y pásatelo bien, jugar a ser otra persona puede ayudarte a sentirte mucho más sexy y desinhibida.

Sexshopping

Para meterte mejor en tu papel en los juegos de dominación te ayudará mucho tener un set de juguetes y accesorios eróticos adecuados: ropa interior hot, antifaz, fusta, esposas, cintas para atar, pala de spank, vibradores, stilettos… ir de shopping erótico será un buen estímulo para tu imaginación. Ypuedes hacerlo de forma real o virtual.

Sólo en la alcoba

Los juegos de dominación o sumisión podrían llegar a engancharte tanto que acabes metiéndote demasiado en tu papel incluso fuera de la cama. Por supuesto, el juego puede desarrollarse durante una cena, en un intercambio de mensajes, en el gimnasio… pero en el momento en que uno de los dos quiera salirse del papel, hay que parar. Si notas que él o tú estáis adoptando actitudes de dominación, machistas o humillantes en ‘la vida real’ hay que hablar de ello y dejarlo inmediatamente. Que te guste ser su esclava en la cama no quiere decir que tengas que ser su asistenta en casa o que él tenga derecho a comportarse de forma machista.

Códigos

Algo que puede ayudaros a delimitar las reglas del juego y separarlo del resto de aspectos de vuestra relación es establecer unos códigos verbales o gestuales. Ciertas palabras clave pueden dar comienzo al juego y otras dejar claro que uno de los dos quiere que termine. Otras pueden expresar que queréis jugar más intenso y otras que preferís que vuestra pareja sea más delicada. Además de juguetes y accesorios hot, podéis tener ropa especial para jugar. Pero ¡asegúrate de esconderlo fuera de las miradas ajenas si no quieres darle un susto a tu madre o a la asistenta!

Lecturas inspiradoras

Además de la famosa trilogía de E.L. James, los títulos sobre juegos de dominación abundan actualmente en el mercado. Si quieres iniciarte en el tema, te recomendamos “Deséame como si me odiaras”, de Venus O’Hara y Erika Lust, “Diario de una ninfómana” de Valerie Tasso, “Porno para mujeres”, de Erika Lust. O “Atrévete con el sadomasoquismo”, de Gala Fur.