Analizando la realidad de la minería española

El Gobierno central del PP ha aplicado un recorte brutal en cada uno de los parámetros del Plan del Carbón 2006/2012(64%), incluidas las ayudas al funcionamiento de las minas. El recorte planteado por Europa sumado al del Gobierno español aboca, sin duda, a las explotaciones mineras a un cierre inmediato con la consiguiente pérdida de empleo y con las graves consecuencias económicas que esa decisión supone para unas zonas que, sin la minería, corren el riesgo de quedar más despobladas y empobrecidas.

Hay que reconocer el papel socio-económico que desempeña la minería del carbón en las zonas y comarcas mineras, y apoyar sus reivindicaciones y movilizaciones, exigiendo un futuro digno. Después de los últimos debates sobre el tema de la minería y sobre la supuesta incoherencia de defender el sector minero con pertenecer a un movimiento político ecologista y de izquierdas quisiera exponer varias reflexiones relacionadas con ello:

• Ninguna fuente energética es completamente limpia, todas generan algún tipo de contaminación ambiental.
• El Ministerio de Industria, la patronal Carbunión y los sindicatos firmaron en 2006 el Plan nacional del carbón 2006/2012 y el modelo de desarrollo integral y sostenible de las comarcas mineras, entre ellas las de la zona norte de la provincia de Palencia. Cuando se firma un Plan es para cumplirlo íntegramente en todos sus parámetros de ayudas: producciones, empleo, recolocaciones y reactivación: proyectos empresariales, proyectos de infraestructuras, formación y becas.
• Los Planes del Carbón sucesivos(firmados el primero por el PP y el segundo por el PSOE) han sido los que nos han llevado hasta donde estamos, no han resuelto el presente ni el futuro de esas poblaciones mineras y el dinero para la reestructuración de la comarca invertido en obras no han aportado viabilidad económica a las comarcas.
  • La gestión de los Planes del Carbón tiene que auditarse para demostrar que no ha existido malversación de fondos públicos o fraude.
    
  • El Plan vigente tolera más del 35 % de la producción de mineral a cielo abierto. A lo cual nos oponemos los movimientos de izquierdas y ecologistas, esa es la apuesta de la Patronal minera, lo cual genera altos costes medioambientales.
    
• Las pérdidas económicas del sector se han afrontado con dinero público, lo lógico es que sea el Estado el que controle todo el sector. El único plan serio que aseguraría el mantenimiento del sector del carbón sin costes sociales, ni medioambientales irreversibles sería la nacionalización de la Minería del Carbón como fuente energética estratégica y la gestión pública directa de las concesiones mineras.

La propuesta energética desde lo público sería fomentar la reducción del consumo por parte de la población y caminar hacia un futuro horizonte donde tengamos un grado de utilización energética renovable del 100%. Algunas organizaciones como greenpeace cifran el 2050 como horizonte para que ello sea posible, es necesaria voluntad política, de la cual carece el actual gobierno.

El problema con la minería no es la utilización del carbón como fuente energética, lo cual no se está cuestionando, el problema es eliminar la extracción de carbón autóctono por ser deficitario. Carbón se va a seguir quemando pero quiere prescindirse del extraído en nuestras comarcas para quemar el de otros países donde es más económico. En cualquier caso, siempre será más contaminante quemar carbón de fuera que autóctono.

Sin embargo, España no puede prescindir de esta fuente energética que genera el 28% de la electricidad, ya que quedaríamos a merced de otros países (o empresas), que al desaparecer la competencia nacional, incrementaría sus precios y la tarifa eléctrica se dispararía más aún.

En política, no se pueden realizar cambios que condenen a la pobreza a determinadas comarcas sin tener una alternativa laboral. En todo caso antes de tomar esa decisión habría que realizar un Plan que recolocara a quienes viven ahora del carbón a la par que se estudia la implantación de Energías renovables.

El descenso poblacional de las cuencas y el del número de empleos con respecto a unos años antes unido a la desesperación de la gente va en contra de la solución del conflicto de la minería, la gente no cree en las palabras porque demasiadas veces han sido traicionados. Sino hay alternativa los trabajadores se aferran a sus puestos de trabajo de manera desesperada. Y la política no está para generar conflictos sino para solucionarlos, aunque los mercados no lo entiendan y el partido que nos gobierna tampoco.