La pupila es la abertura central del iris. Se abre con poca luz y se cierra cuando hay mucha luz, mediante la acción de los músculos esfínter y dilatador de la pupila. Su diámetro puede ir desde los 3 hasta los 9 mm.
Así como la pupila se constriñe en respuesta a la luz brillante, también lo hace cuando se sostiene un objeto cercano a los ojos, creando un efecto estenopeico. Este efecto ayuda a enfocar mejor todo lo que vemos.
La mayoría de las personas con vista normal tienen las pupilas de tamaño similar en ambos ojos, aunque aproximadamente el 10% tiene una asimetría en el tamaño, que se conoce como anisocoria. Una marcada anisocoria puede ser causada por la presencia de una enfermedad cerebral y deberá ser evaluada por un neurólogo.
Las pupilas muy pequeñas pueden señalar adicción a la heroína o a la morfina, y en paciente mayores de 40 años pueden indicar glaucoma.
La pupila se puede aprovechar como un indicador de la actividad cerebral. Uno de los indicadores de muerte cerebral es el diámetro pupilar y su reacción a la luz de una lámpara. La pupila se dilata hasta 6 mm y no se constriñe ante la luz.
También es indicador del estado emocional: por ejemplo, al presentar el retrato de una mujer desnuda a un hombre, sus pupilas probablemente se dilatarán.
La industria de la publicidad también ha hecho uso de la pupilografía para atraer la atención del consumidor, analizando ante qué anuncios se dilatan más sus pupilas.
Al analizar las pupilas se busca revisar si las pupilas son iguales, redondas y que respondan a la luz y a la acomodación.
La respuesta directa a la luz es la que tiene la pupila que ha sido iluminada.
En general se producirá una respuesta consensual en la pupila que no ha sido iluminada, pero será una respuesta más débil.Referencia
- Miller, D.(1983) Oftalmología, México, Edit. Limusa.
- Vaughan, D., Albury, T., (2000) Oftalmología General, México, Manual Moderno.