Había intentado salvarla. Infinidad de veces. Nada sirvió. El viaje en el tiempo no permite cambiar el futuro. Greta está muerta. Y yo me conformo con observarla mientras lee sentada contra un árbol del parque. Aún falta más de un año para su muerte. Lo ignora.
No debería volver a hacer esto. Me siento mal al observarla. Pero la echó tanto de menos. No conseguí resistirme a venir.
No se repetirá. Debo continuar con mi vida.
Escuchó un ruido a su espalda. Se giró sin poder evitar que un hombre chocase contra ella. Una rama cayó junto a ellos, la había esquivado. Se miraron a los ojos un instante. El hombre huyó. Era tarde. Ella lo vio.
Se olvidó de la rama.
Observó a su alrededor. Había evitado a tres hombres por lo mismo. Conocía sus disfraces. Miró al resto. Sus sospechas se confirmaron. Era ella. Aquel hombre era ella disfrazada de hombre. Ella también iba disfrazada. Y todas las demás ella presentes.
– ¿QUÉ? ¡JODER! ¡JODER! – la respiración agitada. Había conseguido no gritar. – ¡Es una locura! ¿Qué coño he hecho? ¿Cuántas veces he venido? Recuerdo tres… – las manos a la cabeza al comprender. – Las otras están por llegar.- Las palabras cayeron en su mente como una losa de piedra. – El viaje en el tiempo no permite cambiar el futuro. –