Andalucía, lastimosa precariedad

Andalucía es un temblor inquietante. Tal vez, su presente político sea un hado ficticio y ruinoso; el pasado, un ocaso frío y seco que se resiste a caer y el futuro, un azar incierto y oscuro que se desvanece en la espera. Ese temblor y esa oscuridad mantendrán por siempre en Andalucía el hedor maloliente de los ERE y de los falsos Cursos de Formación

Se adelantaron las elecciones al 22 de Marzo y la situación política que ha resultado es de una lastimosa precariedad, no hay una clara mayoría ni la Sustituta Aspirante cuenta con unos decididos apoyos para la gobernabilidad de la JUNTA; y, así­, hemos presenciado el efecto demoledor y mezquino que ha tenido lugar en la constitución³n del Nuevo Parlamento. Bien es cierto que esa Cámara Regional sufre un gran deterioro y viene decayendo por muy variadas razones, entre ellas, por la escasa altura y bajo nivel de sus integrantes, a lo que se añade el irrefrenable e indómito habito de los Dirigentes de maniobrar y retorcer el Reglamento a su antojo y control. La actuación, al constituir el Parlamento, ha sido un cúmulo de arbitrariedades por parte del Presidente de Edad, quien, en su sesgada y particular interpretación del Reglamento, apropiándose tal misión que no le corresponde, consuma la consigna de S. Díaz de arrinconar al PP más allá de lo permisible y tolerable por un criterio de proporcionalidad.

Los socialistas en la Junta Andaluza, ahí instalados ya casi cuarenta años, han convertido Andalucía en su cortijo y creado su propio clientelismo en el mundo rural; se pasean y comportan como los antiguos caciques a quienes han sustituido. Una gran responsabilidad de este desgraciado hecho recae en los Nuevos partidos, "Podemos" y "Ciudadanos", que, consecuentes con las condiciones que pusieron, no han querido negociar la composición equilibrada de la Mesa; sus vagas razones han permitido a los dirigentes dominar el hecho y hacer el reparto a su arbitrio sin justificación alguna. Es un gran escándalo designar como presidente a un condenado por la Audiencia Nacional por su desastrosa gestión en CajaSur; como es escandaloso, que ese mismo hombre haya declarado que "la derecha no sabe más que matar"; son palabras groseras, obscenas y degradantes. Supone un tremendo y desgraciado error su designación, para ocupar un puesto como segunda autoridad andaluza; su extrema parcialidad y mísera ceguera es incompatible con la alta función de presidir la representatividad de un pueblo. La más mínima responsabilidad de la Presidenta debe impedir tamaño descrédito y arbitrariedad.

Los andaluces parecen estar resignados a soportar su casta política y su clientelismo con su silencioso sometimiento de 35 largos años ya bajo el régimen socialista. El proceso de Constitución³n de la Mesa del Parlamento refleja muy claro ese temblor obscuro; muestra unas formas de actuar cutres, miopes, ramplonas del partido dominante en la Región. "El socialismo andaluz, dice A. Maestre, ha actuado, como lo viene haciendo ya en décadas, maltratando la ley, con broncas permanentes y chanchullos a su antojo; ha seguido actuando, como si tuviera mayoría absoluta; y lo peor es que ha domesticado a los andaluces para que vivan ajenos permanentemente a sus instituciones... ; lo sucedido el jueves indica que todo sigue igual después de las elecciones y seguramente, que irá a peor" (EL MUNDO, 20 de Abril).



C. Mudarra