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Todo comenzó en Mimas, en un día dedicado al ocio, Zaida desempacó tres barritas de goma de mascar, cada una de un color y sabor distinto. Las masticó al mismo tiempo hasta fusionarlas en una sola masa ectoplasmática y, cuando sintió que la mezcla estaba lista, la extrajo de su boca y empezó a moldear con ella el continente que se conocería como Aurelia. En cada extremo dejó los polos helados y,
