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Andrés García Calle “Lacalle”

Publicado el 28 noviembre 2020 por Rmartin
Andrés García Calle “Lacalle”

Andrés García Calle, nace en Sestao (Vizcaya), el 4 de febrero de 1909.

Este aviador, que prestó un distinguido servicio, en la aviación Republicana, ingresó voluntario en Aviación Militar en julio de 1929. Ese mismo año realizó el curso elemental en el Aero Club de Cuatro Vientos, consiguiendo el título elemental de piloto expedido por la FAI. Una vez realizada la instrucción como recluta, durante el mes de octubre, pasó a la Escuela de Alcalá de Henares. En los primeros meses de 1930, hizo el curso de transformación en Guadalajara, ascendiendo a cabo y obteniendo el título de piloto militar de aeroplano.

Ya con su título, fue enviado a Ahuámara (Larache), pasando en enero de 1932, a la Escuela de Observadores. Realizado, en los Alcázares, el curso de Tiro y Bombardeo, en diciembre de 1932 fue destinado a la 1ª Escuadrilla de la 2ª Escuadra, con sede en Sevilla. En 1933 ascendió a sargento, y fue destinado a la 1ª Escuadra con sede en Getafe, donde quedó encuadrado en la 2.ª escuadrilla del Grupo 11 de Caza. En este destino le sorprendió el inicio de la Guerra Civil, dando comienzo su destacada actuación al servicio de la Aviación gubernamental. Sus primeras acciones consistieron en ataques a las columnas del ejército sublevado que avanzaban desde Extremadura en dirección a Madrid. El 3 de septiembre obtiene el primer ascenso por méritos, a alférez, como recompensa por su actuación del día anterior, en que luchó contra un Fíat sublevado, al que averió y venció, quedando en nuestro poder avión y piloto. En estos combates continuo su distinguida actuación, hasta que, el 5 de noviembre fue destinado a la escuadrilla rusa de Richagov (Palancar) volando los primeros Chatos I-15.

En febrero de 1937, ya ascendido a capitán, se le confirió el mando de la 1.ª escuadrilla española de Chatos, formada por siete pilotos españoles y cuatro americanos. La escuadrilla intervino, activamente, en las duras batallas que se libraron en el frente de Madrid, principalmente en la batalla del Jarama, en la que la aviación gubernamental mantuvo, inicialmente, el dominio del aire. La actuación de la escuadrilla de García Calle fue valiente y arriesgada, perdiendo a cinco de sus pilotos. Tras la batalla del Jarama y durante la batalla de Guadalajara estuvo al mando del Grupo de Chatos en Aragón. Este grupo estaba compuesto por dos escuadrillas: una rusa y otra española. En Guadalajara, cuyo desenlace había sido favorable a los gubernamentales, su unidad también perdió a dos pilotos.

Andrés García Calle “Lacalle”

En julio 1937, con problemas de salud, fue enviado a Rusia como profesor a la Escuela Rusa de Kirovabad, en la República de Adjerbaijan en el Cáucaso. A su regreso a España quedó, inicialmente, incorporado a la subsecretaría de la Aeronáutica. En febrero de 1938, después del bombardeo sufrido por Barcelona, se le nombró jefe de las Defensas de Barcelona y de Costas, organizando los aeródromos de la costa catalana. Mandó el Grupo 28 de Grumman “Delfín”. Días antes del comienzo de la batalla del Ebro, pasó como asesor aéreo de los generales ROJOy MODESTO. Durante dicha batalla, de nuevo, dio muestras de su valía. El 22 de diciembre de 1938 fue nombrado jefe de Estado Mayor de la Escuadra de Caza del frente de Cataluña.

Su intervención en la defensa de Cataluña fue menos lucida que en campañas anteriores, debido a la superioridad de la aviación enemiga, y la profunda desmoralización que en sus subordinados producía el continuo retroceso y la falta de material, que era prometía continuamente por el Gobierno pero que nunca llegaba. En noviembre de 1938 es ascendido a mayor por méritos de guerra. Según datos de otros pilotos, García Calle tenía en su haber una docena de aviones enemigos derribados en combate y era considerado el “As” más famoso de la caza gubernamental.

El día 6 de febrero de 1939 despegó de Villajuiga (Gerona), para realizar la entrega de los Chatos en Toulouse-Francazal, teniendo que combatir duramente para poder llegar a Francia, en el que sería su último vuelo y servicio de guerra. Acabada la guerra, marchó a México donde fijó su residencia. Posteriormente se trasladó a Santo Domingo, donde fallecería el 8 de abril de 1975.



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