Revista Deportes

Andrés luis dorado pide paso a base de mucho oficio

Publicado el 25 septiembre 2011 por SubbÉtica Taurina
ANDRÉS LUIS DORADO PIDE PASO A BASE DE MUCHO OFICIO
ANDRÉS LUIS DORADO PIDE PASO A BASE DE MUCHO OFICIO
ANDRÉS LUIS DORADO PIDE PASO A BASE DE MUCHO OFICIO
ANDRÉS LUIS DORADO PIDE PASO A BASE DE MUCHO OFICIO
ANDRÉS LUIS DORADO PIDE PASO A BASE DE MUCHO OFICIO
ANDRÉS LUIS DORADO PIDE PASO A BASE DE MUCHO OFICIO
ANDRÉS LUIS DORADO PIDE PASO A BASE DE MUCHO OFICIO
ANDRÉS LUIS DORADO PIDE PASO A BASE DE MUCHO OFICIO
ANDRÉS LUIS DORADO PIDE PASO A BASE DE MUCHO OFICIO
FICHA DEL FESTEJO:
Ganado: Cinco toros de Jódar y Ruchena, uno de ellos con las defensas reglamentariamente despuntadas para rejones, y cuatro cinqueños para lidia ordinaria muy bien presentados, con mucho trapío, noblotes pero justitos de fuerza.
Luís Valdenebro: tres pinchazos (silencio).
Andrés Luis Dorado: tres pinchazos, estocada casi entera y dos descabellos (vuelta al ruedo); y bajonazo (dos orejas con petición de rabo).
Javier González: dos pinchazos, estocada y dos descabellos (una oreja tras aviso) ; y dos pinchazos y media estocada (una oreja).
Plaza: Alcalá la Real. Casi tres cuartos de entrada en tarde entoldada. El festejo dio comienzo con diez minutos de retraso. En la UVI móvil fueron atendidos Javier González, de las contusiones sufridas durante la lidia de su primer ejemplar, y un subalterno de su cuadrilla de un corte en la mano.
La afición a los toros en Alcalá la Real es digna de un estudio sociológico. Por el coso portátil de esta preciosa localidad del sur de la provincia jiennense han pasado algunas de las primerísimas figuras de la tauromaquia de los últimos años e incluso, con carteles de no mucho relumbrón, se ha llegado a colgar el ahora casi desconocido cartel de “no hay billetes”. Los tiempos cambian, pero como digo, los aficionados alcalaínos siguen fieles a su cita con la Fiesta hasta tal punto que el pasado viernes llenaron casi tres de las cuartas partes del efímero coso instalado para la ocasión, en el que estaban anunciados el joven rejoneador Luis Valdenebro, y los matadores Andrés Luis Dorado y Javier González, que como indicaba un cartel en plan “casero” colgados en los accesos a la plaza, lidiarían un encierro de Jódar y Ruchena en lugar de las reses anunciadas de El Travieso.
Y la verdad que, el balance general de lo visto sobre el ruedo es bastante positivo, primero por la presentación del ganado, algo impropio de una portátil pero que el aficionado agradece, sobre todo por trapío (no entraremos en cuestiones de barberías), y por la vistosidad de unos pelajes, el berrendo, tan característicos en la divisa que pasta en el término de Utrera. Toros, a excepción del primero, cinqueños, con mucha cara y sobre todos unas defensas más que respetables que pusieron en aprietos en más de una ocasión tanto a las cuadrillas como a los propios matadores. Otra cosa fue la falta de fuerzas, y sobre todo la sosería de su embestida, aunque fueron nobletes en líneas generales.
Y junto al ganado, una sorpresa más que agradable, ya que tras la lección de pundonor que ofreció en Lucena, el cordobés Andrés Luis Dorado, con una cornada envainada y fajado hasta las cejas, dejó retazos de un toreo profundo, con muletazos en algunos casos eternos y entendiendo a la perfección lo que pedía cada uno de sus dos enemigos. Una pena que Dorado no tenga más continuidad, porque con cuatro festejos en esta temporada, dejó en Alcalá pasajes ciertamente interesantes y más que suficientes para argumentar su presencia en un mayor número tardes la próxima temporada y, por qué no, ser un nombre muy a tener en cuenta en Los Califas.
Así, en su primero, al que recibió con dos largas cambiadas de rodillas y un variado saludo capotero, dejó varias tandas con la derecha cuajadas de temple y gusto, siempre con el engaño a media altura ya que el toro tenía las fuerzas justitas, como se comprobó cuando intentó alargar el viaje y bajar la mano. Lo intentó por el izquierdo, sin mucho éxito, así que de vueltas a la diestra, volvió por sus fueros recetando otra buena tanda para finiquitar su actuación con unas ajustadísimas bernardinas, perdiendo por su mal uso de los aceros unas más que merecidas orejas.
Pero si estuvo bien en su primero, el mejor Andrés Luis Dorado vino en el cuarto de la tarde, otro cinqueño de bonita capa (berrendo en colorado), con el que el cordobés también estuvo muy correcto en el capote, pero de manera especial con la muleta, enjaretando varias tandas con la derecha de bella factura, bajando la mano hasta que animal rozaba con el hocico el albero, midiendo los tiempos y aprovechando la nobleza de su oponente. En su debe, el no haberlo intentado por el pitón izquierdo y el bajonazo que dejó por estocada, pese a lo cual, queda dicho, su faena fue merecedora del premio recibido, con el que Dorado vuelve a exigir un sitio y que su nombre sea tenido en cuenta ya no sólo en las ferias de la provincia, sino en plazas importantes.
Y si Dorado fue el caramelo, la miel que por momentos saborearon los aficionados, el alcalaíno Javier González, al que se le vio muy falto de sitio y con numerosas dudas, sólo pudo ofrecer voluntad a raudales en sus dos toros, mostrándose más acertado en su primero, en el que con la muleta, en una faena de las denominadas en el argot de más a menos, exprimió con más corazón de cabeza las pocas embestidas que tenía el animal, que le propinó una fea voltereta sin consecuencias en el tramo final de la lidia. En su segundo, el más desrrazado del encierro y que se quedaba en mitad de la embestida, Javier volvió a derrochar voluntad, chocando una y otra vez ante la sosería del que cerraba plaza.
Completó la nómina de acartelados el joven rejonedador Luis Valdenebro, mucho mejor cuando toreó a caballo, sobre todo de costadillo, que clavando, errando en demasía en los encuentros y de manera especial con el rejón de muerte.

Volver a la Portada de Logo Paperblog