Los test para la cena
En estos días en que, por el incremento de la demanda que suponen la variante Ómicron, los catarros propios de la temporada y la celebración de fiestas navideñas, las carencias de test antigénicos constituyen norma, comprobamos que todo este argumentario fue como levadura para el pan, a la hora de potenciar la picaresca que caracterizará siempre a este país nuestro, y que no habrá de perdonar al día a día de nuestro centro de salud.
No son pocos, por ejemplo, los pacientes que ayer, incluso anteayer, nos visitaron simulando síntomas (cefaleas, distermia, sudoración nocturna, tos…), con el único objetivo de conseguir un test rápido, con el que justificar la tranquilidad que requiere una cena como la de nochebuena. Incluso a uno tuvimos que, quizá por su mayor inocencia o quizá no, se presentó preguntando: -. ¿Es aquí donde hacen los test para la cena? Las fiestas de los positivos
Ayer, llamando a los pacientes para comunicarles los resultados de las pruebas diagnósticas, relacionadas con la Covid-19, a las que les habíamos sometido previamente: -. Hola, buenas tardes, le llamo desde el Centro de Salud, pregunto por Amparo… ¿?, soy su médico… -. Es mi madre, Doctor, vive aquí con nosotros, ahora está durmiendo. Dígame a mí, que ella está muy mal y apenas entiende. -. Es para comunicarle el resultado del PCR que le hemos hecho ayer… -. Sí, sí, diga ¿? -. Es positivo. -. ¡Bien! -. ¿Bien? -. Sí, es que mi marido y yo también somos positivos, ¡así podremos pasar la nochebuena todos juntos!... Más tarde supe, a través de las redes sociales, que en estos días se organizan “fiestas de los positivos” en las que, quienes están infectados por el coronavirus, quedan para no cenar solos en días tan señalados en los que, por las circunstancias que impone la crisis biológica que soportamos, la soledad será compañera de muchos…